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Preguntas sin responder sobre los escenarios pos-conflicto en Venezuela

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Carlos Alberto Meléndez Pereira

Las múltiples adversidades presentes en la cotidianidad venezolana hacen difícil la comprensión de todos los elementos que están definiendo la realidad sociopolítica nacional. Ello, gracias a las secuelas de las categorías de análisis fabricadas en polarización, por un lado: la incertidumbre sentida y vivida como angustia latente, reproducida a su vez por el juego conspirativo que mantienen los líderes políticos, y por el otro, sobre todo, la búsqueda por la sobrevivencia que ocupa nuestra mente en la consecución diaria de alimentos, medicamentos y demás satisfactores que cubren las necesidades básicas de los ciudadanos venezolanos.

Es por esto que quienes tenemos la responsabilidad profesional de investigar y analizar lo social, debemos advertir sobre horizontes invisibles en la ocupación inmediata de lo sucedido. Los cuales, tanto líderes como ciudadanos, no logran descifrar por distintas razones: desesperanza aprendida, lógica asistencial de nuestra idea de ciudadanía, intereses particulares, violencia política y política comunicacional de miedo, amedrentamiento y zozobra.

Dicho lo anterior, reitero mi posición sobre la importancia de estar atentos a lo que pueda ocurrir el domingo 30J. Sin duda alguna la ANC representa un peligro inminente a la idea ecohumana de la democracia. Pero, sobre todo, es nuestro deber imaginar escenarios post-domingo, que permitan una interpretación compleja de lo que pudiera ser nuestro futuro. Si el gobierno insiste en la ANC ¿cuál debe ser la actitud asumida por la MUD? Si no insiste ¿cuál es la ruta que deberían asumir ambas partes para ponerle freno al conflicto? Es decir, detener las acciones de los radicales que mantiene en ascenso la cantidad de fallecidos. La articulación entre la violencia política (discursiva y material) y la delincuencial puede cabalgar más allá de los límites que nos imaginamos. En el estado Lara han asesinado a más de una decena de personas, en su mayoría jóvenes, dentro del conflicto, además, hasta el mes de junio de 2017, en el Observatorio de Prensa del OVV-Lara hemos contabilizado 450 asesinatos. Aproximadamente 2.4 asesinatos por día, de los cuales 90 % son hombres, entre las edades de 15 y 33 años en un 72 %.

¿Qué tan catastrófico sería que esto se volviera sostenible en el tiempo? ¿Cómo negociar con los grupos autodenominados resistencia? Darle visión ciudadana del conflicto y hacerles entender el peligro de sus acciones, manejar sus expectativas el futuro de su bienestar. ¿Qué pasará con los grupos paramilitares a quienes se le dio fuerza, armas, y más odio en contra de otros venezolanos? ¿Cómo se garantizará la aplicación de la justicia a quienes hayan cometido asesinatos robos, secuestros, y otros delitos? ¿Cómo finalizar esta horrible etapa de la historia democrática venezolana sin más pérdidas, sin mayores odios y resentimientos? ¿Cómo retomar la credibilidad institucional de la FAN? Se imaginan un gobierno de la MUD con una oposición agrupada en movimientos de guerrilla urbana. ¿No es lo que la generación universitaria de los años ochenta del siglo XX hizo para delinear la ruta hacia el poder político? El cual conquistaron y mantuvieron bajo una lógica de lucha violenta, a su criterio revolucionaria, por el poder.

¿La sindéresis de los partidos de la MUD da para garantizar una verdadera alianza nacional de fortaleza, entendimiento y conversación con grupos del chavismo que pasarán a la oposición? ¿Cómo hacer que esos procesos de entendimiento sean lo menos tormentosos y se realicen bajo lineamientos democráticos y no desde la lucha aberrante del poder por el poder? Y mientras tanto, ¿Qué pasará con el hambre, la enfermedad, la delincuencia, la inflación? ¿Qué proyecto se tiene para dar respuestas inmediatas, mediatas y a largo plazo a Venezuela? A los deciles pobres que cada día crecen y sufren con mayor profundidad la crisis socioeconómica. ¿La coalición de partidos de la MUD es consciente que aun siendo gobierno tendrá una población sensible al posible discurso opositor –chavista- que hará énfasis en los “logros” de la política social de las misiones? ¿Hasta cuándo los dirigentes del PSUV creerán en la mentira de la guerra económica? ¿Estaremos los venezolanos lo suficientemente claros que esas dos visiones de país seguirán conviviendo en el discurso oficial del futuro que está por venir?

La ANC traza una meta importante para esta semana. Pero esas preguntas no se deben descartar, todo lo contrario, desde ya se pueden construir estrategias que vayan perfilando una salida de mayor alcance.

Vienen días de mucha intensidad y expectativas. El día miércoles 26 a media noche, Leopoldo López, quien pareciera encabezar las conversaciones con los voceros del madurismo y los mediadores internacionales, fue enfático con la posición de la unidad. Expresó que no se va a permitir la aplicación de la ANC. También dejó claro, para aquellos que aspiran la salida inmediata de Maduro, que esto no se está negociando, sólo se encuentran en la mesa tres peticiones: la apertura del canal humanitario, la liberación de los presos políticos y el cronograma electoral. De igual forma, definió dos rutas para salir de este conflicto; el pacífico (al que fonéticamente le atribuyó una tonalidad que sugiere, desde mi entender, poca fe. Seguro por los costos políticos que sabe tiene para el madurismo y es consciente de la dificultad que tienen para asumirla) y la otra la violenta, que, aunque no la expresó de tal forma, quedó clara para el buen entendedor. A lo que añadió un exhorto para el presidente a que la descartara por lo que pudiera resultar.

Atreviéndome a ir más allá de lo afirmado, y colocándome en el lado contrario de la acera, me pregunto ¿cómo hacer para devolver la ANC con el menor costo posible para la población que todavía legitima al actual presidente y sobre todo para su equipo heterogéneo de gobierno? Sin duda, la intención hasta ahora demostrada por el militarismo madurista deja como posible opción la violencia de Estado. Maduro máximo podría posponer la ANC (al estilo billete de 100 Bs) y administrar la disciplina de los radicales. Pero para eso debe convencerlos, lo cual pasa por una buena justificación ¿será la violencia que se estaría registrando estos días? ¿La presión internacional que EEUU lidera? ¿La poca motivación al voto? ¿La aparente negativa del Ejército Nacional a aplicar el Plan República? Siguen existiendo muchas lagunas. Aunque hay más certeza del avance paulatino de las negociaciones. Donde para el lamento de los que creemos en la urgencia de la paz, existe mucha policromía en un momento donde hace falta mayor precisión, disposición al sacrificio, entendimiento y tolerancia. Que la providencia nos brinde sabiduría.

Fuente: http://www.diarioelinformante.com.ve/2017/07/26/preguntas-sin-responder-sobre-los-escenarios-pos-conflicto-en-venezuela/

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