La grave situación por la que atraviesa el país, caracterizada según los propios indicadores oficiales por dramáticos índices de inseguridad, inflación, desabastecimiento y caída de la producción nacional, en el marco de la precariedad del Estado de Derecho y de la separación de poderes consagrados en la Constitución, ha provocado la legítima protesta de la sociedad, liderada por el movimiento estudiantil.
Los Rectores de las Universidades manifestamos:
1. Nuestro total respaldo a los justos reclamos de los estudiantes venezolanos, y nuestro repudio a toda forma de violencia. Deploramos profundamente las violaciones a los derechos humanos que se han cometido con un saldo trágico de muertes, detenciones arbitrarias, torturas y de numerosos heridos como resultado del uso desproporcionado de la fuerza pública. Instamos a una investigación independiente e imparcial de estos hechos.
2. Nuestra preocupación porque estos hechos son expresión del deterioro de los espacios institucionales para la participación plural y la resolución pacífica de las controversias y diferencias propias de una sociedad democrática.
3. Nuestra certidumbre de que solo mediante el diálogo sincero, incluyente, que supone el reconocimiento recíproco, se podrán superar, en democracia, los graves problemas que enfrenta el país y la conflictividad social que de ellos se deriva.
Para ello es imprescindible:
a) Que los poderes Ejecutivo y Legislativo produzcan de manera perentoria señales inequívocas de la sinceridad del diálogo, propiciando condiciones apropiadas para recibir los planteamientos de los estudiantes y la atención de sus demandas.
b) Que la Asamblea Nacional funcione efectivamente como el foro del debate plural y constructivo en el marco del respeto entre sus integrantes.
c) Que sea asumido en todas sus implicaciones el principio de la separación de los poderes.
d) Que se proceda a la designación, conforme a la Constitución y con la participación de todos los sectores, de los magistrados del TSJ, de los Rectores del CNE, en los casos de períodos vencidos, y de los titulares de los órganos del Poder Ciudadano.
e) Que exista plena garantía para el ejercicio de la libertad de expresión y en particular, la garantía de pluralismo en todos los medios de comunicación.
4. Consideramos además que en el marco de la autonomía universitaria como principio fundamental del ejercicio académico, es necesario redefinir la relación entre las instituciones del Estado y las casas de estudio y enfrentar con urgencia la situación precaria de la universidad venezolana por causa de interrupciones en procesos de renovación de autoridades, la limitación de los recursos requeridos para su funcionamiento y los retrasos incurridos en el progreso de sus programas académicos, incluyendo la apertura de nuevas carreras y el retroceso de la investigación y la producción científica en el país.
La naturaleza y magnitud de los problemas que nos agobian precisa del sincero propósito de reconciliación nacional en el que el interés general prive por sobre aspiraciones personales o grupales. Exhortamos a todos los sectores políticos, económicos, sociales, gremiales y culturales a asumir institucionalmente su responsabilidad para procurar las urgentes soluciones que demanda nuestra nación.
Las universidades venezolanas siempre estarán dispuestas a ello.