Antonio J. González Plessmann*
I.- El 08.10.13, participé como comentarista de una ponencia del profesor Roberto Briceño León (RBL), sobre la inseguridad en Venezuela, en el marco del IX Congreso Nacional de Estudiantes de Sociología (CONES), realizado en la UCV. Comparto aquí, una síntesis delos argumentos en debate.
II.- RBL expuso que las causas de la alta tasa de homicidios de Venezuela son de dos tipos complementarios. Las del primer tipo; compartidas, también, como explicaciones de las altas tasas en otros países de América Latina; están vinculadas con “las condiciones de desigualdad”. En particular en “centros urbanos [en donde] hay un grupo importante de millones de jóvenes que ni trabajan ni estudian […]que no tienen modo de ocupar su tiempo, ni medios de satisfacer sus necesidades básicas”; con déficit en su proceso de socialización; en un contexto de “democratización de expectativas” de consumo en el que “jóvenes ricos o pobres desean adquirir los mismos productos y las mismas marcas comerciales, pero la capacidad que tienen de satisfacer esas expectativas es muy diferente”. Otros factores asociados, son la “alta densidad poblacional y una trama urbana intrincada” de las zonas populares en donde se concentra la mayor parte de la violencia; la cultura de la masculinidad violenta; los cambios en el mercado de la venta de droga al detal; la impunidad de los delitos; “el exceso de consumo de alcohol y el porte de armas de fuego”.
El segundo tipo es, según defiende RBL, específico para el caso venezolano y constituye su tesis principal: “la explicación de esos homicidios adicionales que ocurren en Venezuela debe encontrarse en la crisis política que ha vivido el país en estos años y que ha llevado al quiebre del pacto social”. Cuando RBL desarrolla su argumento, la “crisis política” (que uno podría presumir obedece al enfrentamiento entre actores, con visiones del mundo distintas) se transforma en “los errores y omisiones de las políticas públicas desarrolladas por el gobierno” y su modo de“dividir y enemistar” a los ciudadanos. E ilustra su afirmación señalando que “…ha existido una postura de elogio sistemático de la violencia y los violentos, que ha debido tener un impacto en el comportamiento agresivo de muchas personas”. Cita como prueba que se reivindica al Che Guevara o Fabricio Ojeda. Para RBL se necesita “superar la conflictividad”.
III.- La tesis principal de RBL tiene inexactitudes y peligros:
A) La transformación de la “crisis política” en “la culpa es del Gobierno” invisibiliza a uno de los 2 actores de la “crisis”. La inseguridad en estados gobernados por la oposición (algunos aún y otros hasta hace pocos meses), medida por el número de homicidios, es más alta a la del promedio del país. Ocurre en Miranda, Carabobo, Zulia, Lara y Táchira. Si la culpa es solo del Gobierno Nacional ¿cómo se explica qué ahí no disminuyeran los homicidios? RBL invisibiliza a la oposición, además, en la radicalización de la crisis política ocurrida entre 2001 y 2003, cuando esta optó por la vía insurreccional y golpista; período en el cual hubo un salto relevante en el número de homicidios.
B) El modo en que ilustra la culpabilidad gubernamental es difícil de sostener. Podrían citarse infinidad de discursos de Chávez reivindicando a personas que lucharon contra la opresión, sin usar la violencia. Pero si fuera cierta la relevancia que le da a la reivindicación de actores que se vieron obligados a usarla en contextos de luchas contra la opresión, tendríamos que eliminar de los libros de historia, entre otros, a Bolívar y los patriotas del Siglo XIX.
C) La hipótesis de un vínculo entre crisis políticas y aumento de los homicidios es poderosa si se aplica a un período más grande (los últimos 25 años) y se abdica de su instrumentalización política contra la Revolución Bolivariana. En 1989-1990, luego del Caracazo, hubo un aumento significativo; lo mismo ocurrió en 1992-1993, luego del proceso de movilización popular por la salida de CAP y las rebeliones militares; también en 1999-2000 en el marco de la Constituyente y el cambio institucional del país; y en 2002-2003, con el sabotaje petrolero y el golpe de Estado (Ver gráfico).La operación realizada por RBL es responsabilizar de las crisis a la movilización contra la opresión y desdibujar la responsabilidad de la estructura y élites opresoras. Puede que momentos críticos de las luchas hegemónicas sean un contexto que facilite un cierto estado anómico propiciador de violencia. Pero, ¿es posible o deseable postergar conflictos societales ocasionados por el aumento de la conciencia y movilización de un pueblo y la negativa a ceder privilegios de unas elites? Ni posible, ni deseable.
IV.- No hay explicación única y suficiente para el aumento de los homicidios. Conocer, a ciencia cierta, cuáles son los factores más influyentes se asemeja a sostener arena entre los dedos. Por eso, al tiempo de profundizar, ampliar y diversificar la investigación, lo recomendable, de cara a la elaboración de las políticas públicas es asumir, como lo hizo la Gran Misión “¡A Toda Vida! Venezuela”, el conjunto de principales factores generadores que acumulan mayor consenso entre investigadores, articulados en una lógica garantista, entendiendo que las políticas de seguridad son parte de La Política, y que si la nuestra es una Política en y para la democracia socialista, la de seguridad no puede ser de derecha, sino consistente con la primera.
Otras hipótesis sugerentes de nuestro aumento de la violencia, además de la relación crisis-violencia, que la investigación académica, con apoyo del Estado, debería explorar son:
a) El aumento de los ingresos de los sectores populares, generó nuevas microdesigualdades a lo interno del barrio, pese a la tendencia a la disminución general de la desigualdad en el país (Luis Días, investigador de la UNES)
b) El aumento del crimen organizado como efecto secundario de las estrategias antidrogas de Estados Unidos, que han desplazado las rutas de América Central y México, hacia Venezuela (Julia Buxton, Investigadora de la Universidad de Bradford)
c) La existencia de “bolsones” de desigualdad y exclusión, que se resisten a las políticas inclusivas (Hugo Chávez) y que explican que en Venezuela exista “un millón de chamos que no está escolarizado ni trabajando” (Héctor Rodríguez, Ministro de la Juventud).
A los factores señalados por RBL en el primer conjunto de explicaciones, habría que agregar estas hipótesis; así como el entramado de poder que facilita los “delitos de los poderosos” y su articulación con personas de los sectores populares como ejército ejecutor; y una visibilización del carácter clasista y reproductor de la inseguridad, del propio sistema de justicia penal, lugar a donde no ha llegado aún la Revolución Bolivariana.
Antonio J. González Plessmann es director de la Línea de Investigación en Convivencia y Seguridad Ciudadana de GIS XXI.
Fuente: Correo del Orinoco.
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