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Perseguir a los gusanos

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Noel Álvarez*

Foto: Bill Craighead on Unsplash

Hace algunos años, cuando sembraba piñas y otras especies en los campos trujillanos, en compañía de mi difunto padre y mis hermanos, me encontré con unos gusanos que merodeaban la hermosa siembra y le pregunté a mi progenitor por la incidencia de esos insectos sobre los sembradíos. Como buen conocedor de la agricultura primaria su respuesta fue muy rápida: “Es preciso consentir a los gusanos para que sean productivos. Esos que estás viendo son buenos, protegen la cosecha y no se comen las piñas. Sin embargo, hay otros que son perversos y dañan todo lo que tocan”

Después del breve comentario sobre los gusanos malos, mi padre se quedó alelado contemplando la inmensidad del campo, como evocando recuerdos y al cabo de un rato me comentó: “Cuando a un gusano malo se le complica la situación, se convierte en mariposa y sale volando a buscar mejores condiciones en otra cosecha”. Luego, pareciendo volver a la realidad, mi padre, haciendo gala de su naturaleza política, pero a la vez de su inmenso respeto por la gente, me dijo:” hijo, no se debe utilizar el nombre del animalito de manera despectiva como lo hacen algunos dirigentes políticos para descalificar a otros. Al fin y al cabo, nuestro cuerpo está lleno de gusanos”.

Esa ridícula actitud de insultar al otro mediante motes repulsivos, nos viene legada desde tiempos remotos, tal vez desde que el ser humano aprendió a expresar con palabras sus retorcimientos mentales. Los césares de Roma, que bien debieron conocer el principio semántico, lo utilizaron para imponer su lengua en las tierras conquistadas. En épocas más recientes, en Cuba, no solo el lenguaje, sino también la voluntad y la idiosincrasia fueron modificados por el sistema de acontecimientos que rigió la vida de los habitantes de la Isla, marcados todos por las palabras de quienes han provocado e impuesto esos hechos.

Se cuenta que hace algunos años, en España, un general cubano llegó a la cena de unos empresarios hoteleros. Vestía ropa y zapatos de una marca exclusiva usada por la alta sociedad española. Mientras atacaba con furia congoleña una bandeja de percebes y ensalada de insectos, comentó: “si no hubiera sido por Fidel, yo seguiría en la bodeguita de mi padre en un remoto pueblo de Oriente”. Un exiliado cubano presente en la cena le acotó: “Si no hubiese sido por Fidel mi padre no hubiera tenido que dejar la pequeña tintorería que tenía en Matanzas, coger un bote, estudiar ingeniería y hacerse millonario en Miami. Esa es la diferencia entre el esclavo comunista y el hombre libre democrático”.

En la isla del mar de la felicidad como la bautizó un redomado populista, el vituperio de gusano llegó a convertirse en un término corriente. Al escucharlo, nadie se remitía a esos invertebrados de estructura blanda, cuyo nombre también fue expropiado y puesto al servicio del poder revolucionario. Antes que todo lo demás, gusano es quien no actúa, piensa o se expresa de acuerdo con las pautas del régimen. Claro, los gusanos son inteligentes y les gusta respetar los derechos humanos.

En unas competencias deportivas en San Juan-Puerto Rico, a finales de los 60s, al prohibírsele a la delegación deportiva castro-comunista, asistir a las mismas por ser Puerto Rico territorio americano, Fidel Castro mandó a remodelar un barco mercante llamado el Cerro Pelado, y trasladó a los atletas cubanos frente a las costas de San Juan-Puerto Rico. Los atletas bajaban a competir en los juegos y regresaban a pernoctar en el barco. En un documental de la época filmado en el barco, se puede ver al dictador Castro, sobre la cubierta, rodeado de atletas y directivos, conminando a la delegación deportiva: “¡Denles duro a los gusanos!”.

Retomo el curso de la anécdota con mi padre para reflexionar sobre una parte de su contenido, me refiero específicamente al tema de los gusanos que destruyen todo a su paso pero que cuando la situación se les pone color de hormiga, se metamorfosean en mariposas para volar a nuevos y más prometedores destinos. No puedo evitar, aunque me lo proponga, el pensar en algunos de los dirigentes que pululan hoy en día en el espectro político venezolano, y ni por asomo piensen que, solo me estoy refiriendo a los personeros del régimen, en esta categoría también incluyo a personajes que, desde una supuesta oposición, muñequean política y económicamente a favor de que el status quo permanezca inalterable.

*Coordinador Nacional del Movimiento Político Gente

[email protected]

 

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