Durante el Jubileo de los Gobernantes, el cardenal Secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, destacó la urgente necesidad de abordar las desigualdades globales y la deuda ecológica en un encuentro celebrado el 21 de junio en el Capitolio de Roma.
En su intervención, el cardenal Parolin expuso una visión crítica sobre el estado actual del mundo, señalando que vivimos en un contexto histórico marcado por “demasiada discordia, heridas causadas por el odio, la violencia, los prejuicios y un paradigma económico que explota los recursos de la Tierra mientras margina a los más pobres”. Estas palabras, inspiradas en la homilía de inicio de pontificado de León XIV, sirvieron como punto de partida para reflexionar sobre las profundas desigualdades entre las naciones ricas del norte global y las más pobres del sur.
El encuentro, centrado en el tema de la “Deuda Ecológica”, reunió a representantes gubernamentales y administradores locales en el histórico “Aula Julio César” del Capitolio. Allí, Parolin enfatizó la necesidad de una colaboración global basada en el respeto mutuo y la conciencia de que “todo está interconectado”. Según él, construir un mundo nuevo donde reine la paz es un desafío exigente pero alcanzable, siempre que se adopte una “nueva mirada” que permita abordar los desafíos actuales con esperanza y diálogo social.
La deuda ecológica: una cuestión de justicia global
El cardenal Parolin subrayó que la deuda ecológica refleja “la injusta desproporción entre el daño ambiental causado por las naciones ricas y los sufrimientos que soportan las naciones más pobres”. En este sentido, destacó que reducir el impacto ambiental no solo es una cuestión ética, sino también una forma de abordar las desigualdades financieras. Para ello, propuso un cambio significativo en la arquitectura financiera internacional, incluyendo cláusulas relacionadas con el cambio climático en las deudas y reformulando el sistema financiero global.
Parolin también criticó cómo los bancos centrales, los fondos financieros privados y organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial perpetúan estas desigualdades. Según él, estas instituciones representan “a los viejos y nuevos poderes dominantes” en lugar de servir a las poblaciones más vulnerables. Asimismo, denunció que las intervenciones financieras actuales, como los fondos especulativos, no resuelven los problemas estructurales de los países endeudados.
El papel de la política en la búsqueda de justicia
El evento contó con la participación de destacados líderes políticos y sociales. El senador Pier Ferdinando Casini, presidente honorario de la Unión Interparlamentaria, instó a la comunidad internacional a asumir su responsabilidad en la protección del bien común. “La buena política debe promover una distribución justa de los recursos”, afirmó.
Por su parte, el alcalde de Roma, Roberto Gualtieri, destacó que el concepto de deuda ecológica pone en evidencia las responsabilidades históricas de los países desarrollados hacia los países en desarrollo. En una línea similar, Francesco Rocca, presidente de la Región Lacio, señaló que “la política debe escuchar a los más pobres” y recuperar su capacidad para abordar el malestar social.
Europa como líder en la resolución de desigualdades
El exprimer ministro italiano Mario Monti también participó en el encuentro y expresó su deseo de que Europa desempeñe un papel central en la resolución de las desigualdades globales. Según Monti, el continente europeo tiene una tradición de democracia liberal y estado de derecho que podría servir como base para promover soluciones justas y sostenibles.
Un llamado a la acción
El mensaje central del encuentro fue claro: es urgente adoptar una nueva perspectiva que permita abordar las desigualdades entre el norte y el sur del mundo desde una óptica ética, económica y ambiental. Solo mediante un compromiso colectivo será posible construir un futuro más equitativo y sostenible para todos. Como recordó el cardenal Parolin, “la paz verdadera proviene de Dios, un Dios que nos ama incondicionalmente”, y es nuestra responsabilidad trabajar juntos para reflejar ese amor en nuestras acciones hacia los demás y hacia nuestra casa común.
Versión de la nota de Federico Piana para Vatican News