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Edificio Centro Valores, local 2, Esquina de la Luneta, Caracas, Venezuela.

¿Para qué guerra se preparan?

Luisa Pernalete

Desde hace unas semanas me ha sorprendido la aparición de unas pintas en paredes de diversos lugares en Ciudad Guayana: “Frente Müller Rojas – Soldados de la patria”, dicen las mismas. El primero lo vi en Puerto Ordaz, en la Avenida Atlántico, pero a la semana ya había unos cuantos por otras avenidas, entre esas, la Manuel Piar, en San Félix.

Ante esas pintas, una se pregunta ¿quiénes son esos “soldados”? ¿Quién los organiza? ¿Quién los entrena? ¿Quién los financia? ¿Estarán armados? Y sobre todo, me preguntó ¿para cuál guerra se preparan? ¿Contra quién es esa guerra?

Según el diccionario, soldado es: “El que sirve en la milicia. Partidario o defensor de algo”.

Si vemos la palabra milicia, en el diccionario leemos: “Ejercicio o profesión militar”. Y si vamos a militar: “relativo a la milicia o a la guerra ”. O sea, todo apunta a personas que se están organizando para una guerra o para enfrentar a algún “enemigo”. Dejando a un lado el diccionario, cuando se piensa en soldado uno lo relaciona también con una línea de mando vertical –nada de discusiones para llegar a consenso-, lo relaciona con armas de fuego … en fin: nada de chistes, la cosa es seria.

Claro que estoy preocupada, pues en esta ciudad y en este país lo que menos necesitamos es más armas, ya hay demasiadas. Incluso se ha nombrado una Comisión Presidencial para el Desarme, de manera que aparentemente el alto gobierno quiere desarmar a la población. ¿Quién la está armando por otro lado? Si recordamos lo que la misma Comisión mencionada ha dicho: la mayoría de los homicidios en Venezuela se cometen con armas de fuego. Entonces no entiendo nada. ¿Unas armas son malas y otras son buenas? Lo cierto es que todas buscan matar, eliminar al otro.

En el pasado Encuentro de Organizaciones Sociales, realizado en marzo en Ciudad Guayana, Juan Campos, coordinador de la Oficina de Derechos Humanos de la Diócesis, decía a los asistentes que lo que necesitábamos no eran armas sino libros, cuadernos, profesores de matemática –que no hay- liceos para los adolescentes que deben trasladarse kilómetros lejos de su casa, buenas y dignas universidades, no soldados armados.

Yo añado recreadores para que los niños y adolescentes no terminen en las bandas delictivas ante tanto tiempo libre ocioso. Añado músicos y artistas que potencien las habilidades de los niños, niñas y adolescentes de sectores populares, que terminan con su talento en canchas que son centros de distribución de drogas. No armas, hay que decirlo muchas veces a ver si alguien nos escucha.

Coincido con Juan, no son grupos armados lo que necesitamos, ninguna guerra es buena y ya la “guerra asimétrica” la tenemos declarada desde hace varios años: gente inocente, desarmada, frente a mucha gente armada que tienen balas, que se “pierden” y que matan a cualquiera que va a comprar pan, o que se interponen entre los escolares cuando van a clase.

No sé si el Frente Müller Rojas existe sólo en las pintas. En ese caso valdría preguntar a quién desean asustar o alertar. Tampoco sé si existe en otras ciudades del país. Mientras, yo insisto en educar para la paz y no para guerra.

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