Ya pronto comienza el nuevo año escolar. Seguimos en medio de una Emergencia Humanitaria Compleja, seguimos con problemas de todo tipo, pero los educadores que perseveran pueden prepararse para tener un buen comienzo, prevenir lo que se pueda prevenir, cambiar lo que haya que cambiar y generar alianzas en favor de los niños, niñas y adolescentes (NNA). Tips para el nuevo año escolar.
Por Luisa Pernalete
El año escolar pasado no fue fácil, este año no lo será tampoco, pero podemos los educadores y los equipos directivos tomar medidas para que se pueda comenzar con algunas previsiones, a sabiendas que hay aristas que no son competencias de los educadores sino del Estado.
En primer lugar, hablando de lo que no nos corresponde, se esperaría que las escuelas públicas, a las que acude el 86 % de la población en edad escolar, hayan sido arregladas en vacaciones, pues el ambiente también educa o des-educa. También se espera que los servicios públicos, sobre todo el agua, se pueda garantizar a los planteles y a las comunidades, pues sin agua es difícil tener escuelas funcionando, y las familias, cuando no tienen agua, no pueden enviar a sus hijos a clases. Debemos recordar que los derechos humanos son interdependientes.
Los equipos directivos darían una buena sorpresa al personal, si le hacen un recibimiento cordial, demostrando alegría por verles de nuevo, preguntando a todos por su salud, por sus familias, escuchando cómo están, y ese mismo recibimiento —acompañamiento psicoafectivo— deben dar los educadores a sus alumnos. Sería un complemento bonito poner carteleras con mensajes de buenos deseos y avisando que las clases comenzarán pronto. Ojalá que en las escuelas públicas se hable de clases cinco días a la semana y no se mantenga esa semana de dos días. Claro, para eso ya sabemos: los docentes tienen que tener un salario digno. Otra cosa que ayuda es registrar los problemas reales, no disfrazarlos: qué oportunidades ven en el año que comienza, qué amenazas, con cuántos docentes se cuenta…
Los educadores deben recoger los aprendizajes del año escolar pasado: qué salió bien que se puede repetir o mantener, qué debe eliminarse, qué hay que añadir. Saludar a los alumnos, preguntándoles cómo les fue en vacaciones, y luego sería extraordinario preguntar cómo evalúan el año que pasó y qué esperan de este, tanto los pequeños como a los jóvenes y adolescentes. Si ellos fueran los directivos ¿qué harían? Preguntarles qué esperan de este año escolar, qué les gustaría tratar en clase. Escucharles, partir de sus intereses.
Volvamos a ese “primer consejo de maestros” que se hará al comenzar el año: qué previsiones hacer para crear un ambiente seguro, cordial y prevenir todo tipo de violencia y acoso escolar. Ese es un tema del cual hay que hablar. Los primeros días de clase hay que hacer los acuerdos de convivencia, que se construyen con los alumnos, no es una lista que elabora solo el equipo directivo sobre lo que se puede o no hacer. Recordar deberes y derechos contemplados en la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (LOPNNA) —ciudadanía desde el primer día— recordar a los educadores que la disciplina debe ser para formar, que el buen trato es un derecho… Ciudadanía desde el primer día.
Un ejercicio bonito con los alumnos puede ser elaborar un escrito como si estuvieran terminando el año escolar, ¿qué les gustaría que fueran los resultados? Y luego, pensar qué se debe hacer para lograr eso que sueñan.
Tomar en serio en el plan anual, la educación ambiental, obligatoria en todos los niveles y modalidades según el art. 107 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), pero poco trabajada. Pensar en actividades con los alumnos para mejorar los jardines, y sería hermoso que los primeros días se hiciera alguna actividad alrededor del plantel, saludando a la comunidad, recordando a los choferes que deben reducir la velocidad, que hay que cuidar a los NNA que van a la escuela, proponer la conformación de las brigadas escolares para el tránsito…
Preparar una amena reunión con padres y representantes, donde prevalezca la mano extendida y no se use el dedo acusador, trabajar con ellos también una especie de “acuerdos de convivencia” entre escuela y familia, los cuales siempre deben jugar del mismo lado de la cancha. Qué espera la escuela de ellos y qué pueden esperar las familias de la escuela, problemas comunes que pueden enfrentar, aunque no sea de manera inmediata… Esta es una alianza muy necesaria.
Y una tarea que no sabemos cómo se puede abordar es cómo recuperar a todos esos NNA que están excluidos de las aulas, son muchos los que faltan, hay que llamarles, decirles que se les espera.
También hay que pensar qué alianzas se pueden hacer en la comunidad, también con los medios de comunicación, con las iglesias, con organizaciones civiles, con empresarios pequeños, medianos y grandes para salvar la educación, seguro que muchos querrán ayudar, porque la educación es un derecho y según el art. 103 de la Constitución esta debe ser integral y de calidad.
Finalmente, el artículo citado también dice que el Estado invertirá los recursos necesarios para garantizar ese derecho. Esperamos que este año busque y consiga recursos para aumentar el salario a los docentes. Deben saber que los salarios de los docentes venezolanos son los más bajos de toda América Latina, incluso por debajo de los de Haití (173$) y Cuba (124$). ¿Y en Venezuela? Hay que recordarle al Estado sus responsabilidades. Y hay que subrayar que sin maestros no hay escuela, no hay educación. Hay que seguir luchando por los salarios dignos. Eso no será fácil y requerirá perseverancia, imaginación, creatividad y fortalecer las alianzas.
Ningún país sale de una crisis sin una buena educación, que cada quien aporte lo que le corresponda y que tengamos un buen año escolar por el bien de esos NNA y por el bien del país.