Por Ary Waldir Ramos
En la entrevista emitida este domingo 31 de marzo en La Sexta TV, el papa Francisco habló con el reportero español Jordi Évole de migración (el caso Open Arms, la valla de Melilla), homosexualidad y presencia de la mujer en la Iglesia, entre otros temas
El papa Francisco concedió la primera entrevista a una televisión generalista española probablemente para llegar a más hogares y tocar los corazones y las mentes de cada vez más personas, incluso alejadas de la Iglesia.
Por su parte, Jordi Évole marcó un hito personal al entrevistar al Papa en un programa que duró más de 70 minutos y seguro tendrá un jalón de orejas en casa por la pregunta: “usted que conoce a los dos, ¿es un sacrilegio decir decir que Messi es Dios?”.
Algunos de los temas ya se habían tocado en los vuelos papales y parecía que se quería abarcar todo mediando con el original formato televisivo. La conversación grabada el pasado 22 de marzo entre el papa Bergoglio y el periodista Évole fue un carrusel de varios temas, desde el papel de la mujer en la Iglesia hasta la homosexualidad.
Una novedad ha sido la opinión sentida del Papa por lo que ocurre en la valla de Melilla y las concertinas de la frontera con Marruecos.
Sobre las tendencias homosexuales y la preocupación de padres de familia por la situación de sus niños y niñas, cabe notar que el Papa ha puesto por delante la unidad familiar, el diálogo y el “hogar” como refugio, derecho, para todos: tanto para hijos e hijas homosexuales o como para padres y madres que no tienen por qué renunciar a sus primogénitos.
El Papa: tendencias no son pecado
El periodista español vuelve sobre la frase del Papa: “No soy quién para juzgar a un homosexual” (julio 2013, vuelo de regreso de Río de Janeiro). Francisco responde que las “tendencias no son pecado. Si vos tenés tendencia a la ira no es pecado, ahora si eres iracundo y hacés daño a la gente, el pecado está allí”.
Asimismo, el Papa aclara que no es que quiera enviar a todos los homosexuales al sillón del psiquiatra. Asegura que el idioma le falló, y matiza que quiso decir un “profesional”, un “psicólogo” en el caso de los menores y que sus papás estén preocupados por ellos.
Por el contrario, considera al homosexual primero como una persona y como hijo. Por ello, confirma que un hijo cuando pasa por ciertos momentos de la vida debe tener apoyo de la familia.
Así pone por delante el papel de la familia, pues dice: un hijo tiene “derecho a un padre y a una madre, a tener un hogar, y los padres a considerar a su hijo “venga como venga el crío o la cría”.
“Si hay un caso de homosexualidad, yo comprendo que en una familia eso provoca dolor, pero diálogo. Nunca se echa del hogar”. “Yo estaba explicando eso (se refiere a sus palabras en el vuelo de regreso de Irlanda, agosto 2018)”.
E invita a que se visite a un profesional para ayudar en esa situación y en otras: “Cuando la persona es muy joven, muy pequeña y empieza a mostrar síntomas raros. Ahí conviene ir (…) a un profesional, a un psicólogo que más o menos vea a qué se debe eso”. Además, dice que puede que “no se trate de homosexualidad, sino de otra cosa”.
Mala entraña de algunos medios
El Papa lamenta la “mala entraña” de algunos medios de comunicación que publicaron grandes títulos sin la hermenéutica del contexto: “El Papa manda a los homosexuales al psiquiatra y no vieron lo otro…”.
El periodista vuelve a la carga y pregunta al Papa si ve la homosexualidad como una rareza.
Francisco no elude la cuestión y pone, en primer lugar, la preocupación de los padres y apunta que “para una familia es raro, se escandalizan”.
Entonces reitera que no hace un “juicio de valor” y que las familias “se saquen la duda con un profesional y tienen derecho a hacerlo. Tienen la patria potestad y todo eso”. Eso en el caso de hijos menores de edad.
Y reafirma: “No se puede echar del hogar a ningún hijo o hija homosexual”. Ante las posiciones conservadoras o progresistas que estarán siempre en la antípoda de la opinión del papa Francisco asegura que “acoger en familia es total”.
Las concertinas de Melilla que hacen llorar
Por otro lado, el Papa se manifiesta sobre “las concertinas de Melilla” -las cuchillas de la valla de la frontera a las que se enfrentan los que la saltan- que dice “es lo más inhumano que hay”.
“Cuando veo las muertes en el Mediterráneo, se me pasa por el corazón mucho dolor. No entiendo la insensibilidad. No entiendo la injusticia que hace que alguien tenga que emigrar y la injusticia de quien le cierra la puerta”.
Igualmente, recuerda los cuatro pasos marcados por él para la atención al migrante: acoger, proteger, promover, integrar.
“Recibir es un paso incompleto porque dejas al migrante en la calle, y sigue explotado”, expresó. “La madre Europa se volvió demasiado abuela”, dice el obispo de Roma e indica que “el principal problema de Europa es que se olvidó de que sus hijos después de la guerra fueron a golpear la puerta de América del Norte y de América del Sur”.
Respecto a la situación del barco varado de Open Arms en el puerto de Barcelona, opina que “no está parado por las autoridades de Barcelona, sino por el Gobierno”.
“Es una injusticia muy grande. Para qué se hace, ¿para que se ahoguen los inmigrantes? Vienen por una desesperación y por una ilusión, porque no miden la desesperación y nosotros no miramos las consecuencias”.
En el avión de regreso de Marruecos a Roma, este domingo Francisco dijo a la agencia EFE que había llorado pensando en las concertinas de la valla de Melilla que separan Marruecos de España.
Évole le entregó al Papa una de esas concertinas como símbolo que recuerda las carnes laceradas de hombres, mujeres y niños que intentan atravesar la frontera.
“Si mi mamá, mi hijo o mi hermana se arriesga y le pasa eso, lo viviría con mucho dolor. Y cada uno que lo sufre es mi hermano, mi madre… Nos hemos acostumbrado a esto. El mundo se olvidó de llorar”, le dijo con mirada desafiante.
“Esto es lo más inhumano que hay y demuestra hasta dónde puede descender la humanidad de una persona”, exhortó Francisco con la cuchilla entre sus manos.
A la pregunta de qué les diría a los católicos que rechazan a los migrantes, el Papa fue breve y contundente: “Si son católicos, que lean el Evangelio, que sean coherentes”.
El estilo femenino de la Iglesia
“Me equivoqué al decir que el feminismo es un machismo con faldas”, expresó el Papa al periodista catalán en otro momento. “¿La mujer está bien representada en la Iglesia?”, preguntó. “No”, sostuvo el Papa, que apreció que “más que funciones en la Iglesia, que las tienen que tener, hay que promover el estilo femenino de la Iglesia”.
Asimismo, lamentó: “Todos estamos llamados al servicio, pero parece que la mujer está destinada a la servidumbre, no al servicio”.
Fuente: Aleteia