A través de un video mensaje dirigido a los obispos y sacerdotes de Venezuela, reunidos en un encuentro virtual con el fin de compartir sus experiencias sacerdotales en medio de la pandemia, Francisco agradeció a todos por su misión pastoral animándolos a seguir trabajando unidos, “sin fracturarse”, y sin perder de vista dos principios fundamentales que garantizan el crecimiento de la Iglesia: “el amor al prójimo y el servicio de los unos a los otros”.
Por Sofía Lobos | Vatican News
El Papa Francisco envió un video mensaje al clero diocesano y religioso de Venezuela con motivo de una reunión virtual que se llevó a cabo del 19 y 20 de enero sobre el tema: “Nuestros sacerdotes en la pandemia: su experiencia y ejercicio ministerial en este período”.
En el video, el Papa agradeció a Dios la oportunidad de poder compartir con todos, “en espíritu de fraternidad ministerial”, sus experiencias sacerdotales, “sus cansancios, sus incertidumbres, sus anhelos y su convicción de llevar adelante la obra de la Iglesia, que es la obra del Señor”.
Asimismo, el Santo Padre citó el pasaje del Evangelio de Marcos (cf. Mc 6,30-31), que relata cómo los apóstoles al regresar de la misión a la que Jesús los había enviado, volvieron a reunirse con Él: “Le contaron todo lo que habían hecho, todo lo que habían enseñado. Luego, Jesús los invitó a irse, solos con Él, a un lugar desierto a descansar un poco”, dijo Francisco.
En este contexto, el Pontífice señaló que el “ser Pastores de la Iglesia en el contexto actual”, también pide a los sacerdotes actuar de esta manera fraterna, es decir compartiendo siempre los acontecimientos vividos.
“No podemos actuar solos, aislados, autosuficientes, con agendas encubiertas. Es indispensable que volvamos siempre a Jesús, que nos reunamos en fraternidad sacramental, para contarle y contarnos entre nosotros «todo los que hemos hecho y enseñado», con la convicción de que no es obra nuestra sino de Dios. Él es quien nos salva, nosotros sólo somos instrumentos en sus manos”
El amor al prójimo y el servicio a los demás
Por otra parte, Francisco recordó que esta asamblea organizada por el Episcopado de Venezuela de manera virtual a causa de la pandemia del Covid-19, “tiene como objetivo permitir el encuentro de quienes han recibido la misión de testimoniar y extender la paternidad del Señor en el pueblo santo fiel de Dios”.
Es por ello que el Sucesor de Pedro indicó a sus participantes dos principios “que nunca se deberían perder de vista”, y que garantizan el crecimiento de la Iglesia si nosotros somos fieles: “El amor al prójimo y el servicio de los unos a los otros”.
La Eucaristía y el lavatorio de pies
Para el Papa, se trata de dos principios “anclados en las dos instituciones que Jesús lleva a cabo en la Última Cena”, y que son el fundamento, por decirlo de algún modo, de su mensaje: “La Eucaristía, para enseñar el amor, y el lavatorio de pies, para enseñar el servicio. Amor y servicio juntos, si no, no va”.
Igualmente, en su mensaje, el Obispo de Roma hizo hincapié en que el Señor quiere que “seamos especialistas en la tarea de amar” a los demás, “siendo capaces de mostrarles en la sencillez de pequeños gestos cotidianos de cariño y atención, la caricia de la ternura divina”.
“Nos quiere también servidores de nuestros hermanos, pero servidores humildes, porque es Jesús quien nos envía y nos recuerda que el siervo no es más grande que su Señor, ni el enviado es más grande de quien lo ha mandado. Hay que reavivar en la vida el deseo de imitar al Buen Pastor, y aprender a ser «siervos» de todos, particularmente de los hermanos y hermanas menos afortunados y tantas veces descartados, y que, en este tiempo de crisis, ellos se sientan acompañados, sostenidos, y amados”
Gracias por dar testimonio en la pandemia
En el video, el Papa invitó a sus hermanos sacerdotes y obispos de Venezuela a seguir adelante, “trabajando con gozo y decisión, en su labor pastoral, renovando el don de sí mismos al Señor y a su pueblo santo” y les agradeció “el testimonio de amor y de servicio a los hermanos y hermanas venezolanos”, manifestado en su atención a los enfermos, a quienes han llevado la fuerza de la palabra de Dios y la Eucaristía; sin olvidar el acompañamiento que han ofrecido al personal médico, paramédico y voluntarios que asisten a los pacientes en esta pandemia, “en su diligencia por socorrer a los pobres y excluidos, por aquellos que carecen de lo necesario para sobrevivir y salir adelante dignamente”.
¡No se fracturen hermanos!
“Gracias, gracias por todo esto”, reiteró Francisco, renovando con gratitud su cercanía y oración con todos ellos, “que llevan adelante la misión de la Iglesia en Venezuela, en el anuncio del Evangelio y en las numerosas iniciativas de caridad hacia los hermanos extremados por causa de la pobreza y la crisis sanitaria”.
“A todos los encomiendo a la intercesión intención de Nuestra Señora de Coromoto y de san José”, finalizó el Santo Padre invocando a Dios su bendición:
“Que el Señor bendiga y acompañe el trabajo de ustedes, las ilusiones de ustedes, los buenos deseos y, sobre todo, la unidad de ustedes. No se fracturen hermanos. No se fracturen. Siempre hay una posibilidad de unirse; como también siempre hay una posibilidad de aislarse y crear una actitud del corazón sectaria, fuera de la unidad de la Iglesia”, concluyó Francisco pidiendo a los sacerdotes, como es habitual, que no se olviden de rezar por él.