Sensibilidad democrática, pluralidad y libre expresión: “Otras sensibilidades” es la reciente publicación de la revista Comunicación del Centro Gumilla, correspondiente al tercer y cuarto trimestre de 2017
Gustavo Hernández Díaz
Otras sensibilidades es la reciente publicación de la revista Comunicación del Centro Gumilla que corresponde al tercer y cuarto trimestre de 2017. Sensibilidad democrática, pluralidad y libre expresión. De allí que el equipo de Comunicación rinda un sentido homenaje a la memoria de Margarita D’Amico, quien nos dejó un pensamiento humanístico de enorme influencia en la cultura de nuestro tiempo.
Margarita D’Amico en expansión
En palabras de Margarita Duque de Márquez: “Margarita D’Amico expresó en muchas ocasiones que hacía periodismo cultural porque creía en el poder del conocimiento, de la cultura, de lo que el hombre sabe, así el conocimiento se adquiere con la cultura –reafirmaba– y la cultura se aprende y para que se aprenda se requiere la enseñanza informando primero. Y ¿cuál fue el resultado? Que contribuyó al conocimiento y difusión de la cultura de vanguardia, marcando pautas específicas, con la reflexión sobre la plástica, arte-ciencia, avances tecnológicos, conceptos nuevos de comunicación, cultura de las innovaciones, reflexión cultural, arte de vanguardia”.
Humberto Valdivieso se refiere al libro Lo audiovisual en expansión con estas palabras: “Margarita D’Amico conjugó en ese texto el oficio de la sala de redacción, el olfato del reporterismo, la disciplina del escritor, el pensamiento de quien investiga y la estrategia de su discurso didáctico entrenado en las aulas de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Central de Venezuela. La voz que habita entre sus párrafos hurgó en la información más avanzada de la ciencia y la tecnología del siglo XX, en las ideas de las grandes mentes del momento y en las obras de las últimas vanguardias. Su estilo se debate entre la funcionalidad y la seducción”.
Y para Gustavo Hernández: “Margarita D’Amico siempre estará en expansión entre los seres creativos, honestos y perseverantes. Y también por las preguntas que le hizo a la vida y por las respuestas que recibió, por trascender el pensar convencional y los lugares comunes; y por mantener su labor divulgativa y educativa en todas las facetas que le tocó emprender en su prolífica existencia”.
Intervenidos
Comenta Humberto Valdivieso sobre la serie Intervenidos del fotógrafo venezolano Ricardo Arispe: “Las máscaras en Intervenidos ofrecen una poética del tiempo y el espacio urbano. En ellas hay trazos extraídos de calles y avenidas, memorias de vidas comunes, leyes e indicios de la presencia de los medios de comunicación. Ellas no protegen ni conectan a sus usuarios con lo transcendental, a diferencia de los objetos sagrados. Su cometido es brutal: adosan las variables del caos global-local al rostro de unos seres híbridos, inconclusos, inseguros”.
Agregaría que Ricardo Arispe refleja la condición posmoderna de Jean François Lyotard, cuando desde la mirada del fotógrafo crítico y no acopiador de imágenes sensacionales, “interviene” el descalabro de los gobiernos chavistas, su historia oficial autoritaria y la represión asesina contra la civilidad venezolana.
La talentosa investigadora venezolana Johanna Pérez Daza afirma: “La fotografía ofrece rutas donde lo alternativo ha servido de bisagra para aproximarnos a la realidad sociopolítica nacional de los últimos años. El país que vivimos y el país que vemos se encuentran en una fotografía que, dentro de los parámetros de la cultura visual contemporánea, adopta los marcos de referencia de las alternativas comunicacionales que llegan a ser expresiones incómodas, detonante, epicentro y reflejo de otras formas de interacción, apropiación y participación ciudadana, de modo tal que nos encontramos en un sistema simbiótico que articula los medios tradicionales y las formas alternas de comunicar que se complementan y retroalimentan, atendiendo las demandas de la era digital con su característica sobreabundancia visual”.
El cine o el hombre imaginario
Lo dice Jesús María Aguirre en El cine como arte cinéticamente modularizado: “No puede perderse de vista que el cine es un fenómeno comunicacional, es decir pragmático e intersubjetivo, es decir, ‘emirec’, y no simplemente epitáctico. El perceptor, aun en el caso de la mínima interacción, puede desconectarse, cerrar los ojos, no prestar atención, distraerse, etcétera”.
Memoria, asociaciones, proyecciones e identificaciones, conocimientos e informaciones previas. Todo eso transcurre al unísono en nuestra mente. Ver cine o televisión deviene en zapping cognoscitivo y en la excitación sensorial del voyerista. Control remoto para el aburrimiento. Editamos televisiones globalizadas, cambiando de canales y, por ende, de narrativas informativas y ficcionales, siempre desde el confort pragmático de nuestros gustos y preferencias.
Aguirre se pregunta: “¿Es posible establecer un canon cinematográfico sobre las mejores películas tal como se hace en la literatura con las obras llamadas ‘maestras’? ¿Qué criterios se manejan en el establecimiento de ese canon? ¿Son estos transferibles al campo audiovisual o al llamado séptimo arte?”
El libro y la Imagen de Caracas
Dos artículos recuerdan la exposición Imagen de Caracas (IC), que se llevó a cabo en 1968. Para Isabel Redondo: “Si la etimología de la palabra espectáculo relaciona la actuación con la diversión, ¿podemos llamar a IC espectáculo? En IC la visitante deja de ser espectadora en el sentido literal de la palabra; no se trata de alguien que ve o mira, que asiste a un acto para divertirse. Se trata de ciudadanos que reconocen su ciudad”. Y José Ignacio Rey, aun cuando reconoce la importancia de Imagen de Caracas, en aquel entonces, precisa: “Yo me atrevería a decir que a Imagen de Caracas le falta una filosofía, le falta pensamiento, le falta decir algo. Es lenguaje abundante para decir bien poco. Es, casi exclusivamente, un experimento formal. Pero un experimento formal extraordinario”.
Hay que decir con Ivonne Rivas El libro te hace libre. Su artículo aporta las experiencias orientadas a promover el libro, el autor y la lectura a finales del siglo XX. “El libro contribuye a la conciencia de cohesión social para mejorar el mundo, es un continente con infinitos contenidos, herramienta del pensamiento, emisario, portador e instrumento de los valores culturales del hombre, bien material que consigna los pensamientos y las creaciones de los hombres para todos los tiempos, por eso puede dar libertad y hacer libre”.
Por su parte, María Jesús D ’Alessandro Bello nos habla de los principales aportes que dejó en Venezuela la inmigración europea (española, italiana y portuguesa) que llegó al país a mediados del siglo XX (1945-1958). “Muchos de los inmigrantes europeos trajeron al país su conocimiento. Fueron ellos quienes fundaron sus pequeñas y medianas organizaciones y ofrecieron al consumidor nuevos productos y servicios que generaron beneficios económicos a las organizaciones y a sus empleados”.
Titulares del sensorium político venezolano
Libertad bajo palabra. Opina la gente del libro en torno a la situación venezolana: “Nosotros, gente del libro y la palabra, decimos basta. Basta de represión, de asesinar a nuestros hijos, de perseguir vecinos, de encarcelar inocentes”.
Libertad de expresión. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos denuncia restricciones arbitrarias de la libertad de expresión y de reunión en Venezuela.
Silencios frágiles. Afirma Rafael Quiñones: “La información se ha visto afectada con la intimidación en momentos en los que se denomina enemigo interno al ciudadano independiente. Hay una criminalización de la ciudadanía a través de medios del Estado”.
Los juegos del lenguaje. Subraya Franz von Bergen Granell que “existen dos elementos esenciales detrás de la poca efectividad del discurso de Maduro: 1) su poca credibilidad y 2) su uso excesivo de elementos ideológicos y emocionales, dejando de lado otros aspectos iguales o más importantes”.
Hay que leer la Carga simbólica de las protestas de Mariela Matos Smith, Imaginación y cautela del periodismo venezolano de Maruja Dagnino y Reinvenciones periodísticas para vencer la censura en Latinoamérica de León Hernández. Todo ello enmarcado en el terreno de la comunicación política.
Y, para terminar, invitamos a nuestros a nuestros lectores a seguirnos en la nueva página de la revista Comunicación:
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Fuente: http://www.el-nacional.com/noticias/entretenimiento/otras-sensibilidades_224845