En el marco del 60.º aniversario de la declaración conciliar , el Papa León XIV ha publicado la Carta Apostólica titulada “Diseñar nuevos mapas de esperanza”. Este documento, que busca revitalizar el papel de la educación católica en el mundo contemporáneo, coloca en el centro a la persona como eje fundamental del aprendizaje y la formación integral.
La carta, presentada este martes 28 de octubre desde el Vaticano, está compuesta por un prólogo y nueve títulos que abordan desde la historia de la educación católica hasta los desafíos actuales en los entornos tecnológicos y digitales. León XIV subraya que la educación no debe ser vista como una actividad accesoria, sino como una herramienta esencial para la evangelización y el crecimiento humano. Según el Pontífice, “la educación es la forma concreta en que el Evangelio se convierte en gesto educativo, relación y cultura”.
La centralidad de la persona: un llamado a la dignidad y la vocación
Uno de los puntos clave de esta carta apostólica es la reafirmación del derecho universal a la educación. El Papa recuerda que “Gravissimum educationis” señala a la familia como la primera escuela de humanidad, destacando su papel insustituible como núcleo educativo. Además, advierte contra las tendencias que reducen la educación a una mera formación funcional o económica. “Una persona no es un ‘perfil de competencias’, ni un algoritmo predecible; es un rostro, una historia, una vocación”, escribe León XIV.
El Santo Padre insiste en que la educación debe trascender la transmisión de contenidos y enfocarse en el aprendizaje de virtudes. “Se forman ciudadanos capaces de servir y creyentes capaces de dar testimonio, hombres y mujeres más libres que ya no están solos”, señala.
La escuela católica como entorno vivo
En su reflexión sobre las instituciones educativas católicas, León XIV destaca que estas no deben ser vistas únicamente como centros académicos, sino como espacios vivos donde la fe, la cultura y la vida se entrelazan. Para los educadores, el Papa lanza un llamado especial: su responsabilidad va más allá del contrato laboral. “Su testimonio vale tanto como sus lecciones”, afirma.
Asimismo, el Pontífice subraya principios esenciales como la identidad y subsidiariedad, la responsabilidad con la casa común y la contemplación de la creación. En este sentido, propone lo que denomina “la constelación educativa”, una red plural que incluye escuelas parroquiales, universidades, institutos superiores, movimientos y plataformas digitales. Según León XIV, estas constelaciones reflejan luces que se entrelazan como las variaciones cromáticas de un caleidoscopio, abriendo caminos para el encuentro y el diálogo con la sociedad civil.
Tecnología y ética: desafíos educativos en espacios digitales
La carta también aborda los retos que plantea el avance tecnológico en los entornos educativos. León XIV subraya que las tecnologías deben estar al servicio de las personas y no sustituirlas. Propone reforzar la formación docente en el ámbito digital, valorizar metodologías activas como el “service-learning” y evitar cualquier forma de tecnofobia. Sin embargo, advierte que “el punto decisivo no es la tecnología en sí misma, sino el uso que hacemos de ella”.
El Papa llama a orientar herramientas como la inteligencia artificial hacia objetivos éticos y participativos que protejan la dignidad humana. Además, insiste en que estos desarrollos deben ir acompañados de reflexiones teológicas y filosóficas capaces de responder a los dilemas contemporáneos.
Inspiración en el Pacto Educativo Global
León XIV retoma también los principios del Pacto Educativo Global promovido por su predecesor, el Papa Francisco. Este pacto invita a crear alianzas para educar en fraternidad universal mediante siete caminos fundamentales: poner a la persona en el centro, escuchar a niños y jóvenes, promover la dignidad de las mujeres, reconocer a la familia como primera educadora, abrirse a la inclusión, renovar la economía y política al servicio del hombre y cuidar la casa común.
El Pontífice destaca cómo estas “estrellas” han inspirado procesos concretos de humanización en comunidades educativas alrededor del mundo. En sus palabras, “la educación católica puede ser un faro: no un refugio nostálgico, sino un laboratorio de discernimiento, innovación pedagógica y testimonio profético”.
Un llamado a trazar nuevos mapas de esperanza
En su exhortación final, León XIV invita a las comunidades educativas a convertirse en “coreógrafos de esperanza”. Pide desarmar las palabras para avanzar con mansedumbre y escucha, levantar la mirada para superar los desafíos actuales y custodiar el corazón para preservar lo esencial. “Las constelaciones educativas católicas son una imagen inspiradora de cómo tradición y futuro pueden entrelazarse sin contradicciones”, afirma.
El Papa concluye con un mensaje directo a pastores, consagrados, laicos, profesores y estudiantes: “Sean servidores del mundo educativo, investigadores incansables de sabiduría y artífices creíbles de expresiones de belleza”. Así, León XIV deja claro que diseñar nuevos mapas de esperanza no es solo una tarea urgente, sino un mandato para construir un futuro más humano y reconciliado.
versión nota de Vatican News
Lee la carta apostólica aquí: CARTA APOSTÓLICA DISEÑAR NUEVOS MAPAS DE ESPERANZA



