La onda expansiva del terremoto de Bolsonaro hace temer el regreso de una derecha antidemócrata. Pero el problema no está en la derecha o la izquierda, sino en la decepción con las élites gobernantes de ambos bandos
José Ospina-Valencia
Ni Bolsonaro ha ganado (aún) la presidencia de Brasil, ni la economía florece sin democracia. Estos parecen ser dos hechos de mención obligada ante las alegrías, por una parte, y los temores, por otra, que ha desatado la victoria, en primera ronda, a la que 50 millones de brasileños catapultaron a Jair Bolsonaro el pasado 7 de octubre.
Miedos, que el presidente de Chile, Sebastián Piñera, de visita en Europa, se ha encargado de atizar con su bienvenida prematura a Bolsonaro, afirmando en un foro económico en Madrid que el candidato, “en materia económica, va en el camino correcto”. Palabras que luego matizó diciendo que “con Brasil hay importantes acuerdos de integración económica y de modernización de la economía”.
Por su parte, el canciller argentino, Jorge Faurie, destacó al término de una reunión del gabinete que encabezó el presidente, Mauricio Macri, que “los brasileños hicieron un ejercicio democrático con total libertad, con un posicionamiento que mira hacia el futuro, no hacia el pasado”.
Ni las declaraciones de Chile ni las de Argentina han sido bien recibidas, por “apresuradas”. ¿Surge una nueva derecha en América Latina, si se tienen en cuenta los triunfos de Macri, en Argentina, Piñera, en Chile, ¿Duque, en Colombia, y, posiblemente de Bolsonaro, en Brasil? Hay que tener en cuenta que “la democracia vive del cambio”, dice a DW Andreas Michael Klein, director de la Fundación Konrad Adenauer (KAS) en Chile, quien considera que “la alternancia en el poder en América Latina o Europa no debiera ser una sorpresa, sobre todo, teniendo en cuenta el auge de la izquierda durante más de 15 años”.
Un programa económico compuesto de recortes
Que haya una “nueva derecha” en América Latina tampoco se aventura a asegurar a DW Mariana Llanos, investigadora del Instituto alemán para Estudios de América Latina (GIGA), con sede en Hamburgo. Si Piñera se refiere al presunto “camino correcto” de la política económica de Bolsonaro, Llanos precisa que “este tuvo que inventarse una política económica que no contiene otra cosa que más recortes”. Ajustes a la maltrecha economía brasileña que ya había empezado a ejecutar la destituida Dilma Rousseff, y ajustes que el actual presidente Michel Temer continuó. “En este sentido, es incomprensible de cuál acierto económico habla Piñera”, acota la politóloga Llanos, especializada en “sistemas políticos, su legitimidad y eficiencia”.
Es más, Llanos no considera correcto “meter a Macri, Piñera y a Bolsonaro en la misma bolsa”, y prosigue: “Gústele a uno o no, Macri, por ejemplo, juega dentro de las reglas democráticas y busca consensos con la oposición, como lo hace un gobernante sin mayorías en el Senado en toda democracia”.
En el caso de Piñera, agrega la politóloga del GIGA, no se puede decir otra cosa sino que “respeta las reglas de la democracia”. Algo que no se puede afirmar, hasta ahora, de Bolsonaro quien “ha amenazado con no reconocer los resultados, si no gana. Y si obtiene la victoria, ¿qué va a hacer Bolsonaro si un día el Congreso se rehúsa a aprobar una de sus leyes?”, plantea.
No es un movimiento de derecha, es uno antidemocrático
Para Llanos, “lo que sucede en Brasil no es un simple movimiento hacia la derecha en políticas públicas, sino la incertidumbre de si Bolsonaro va a respetar la Constitución”. Ambos expertos coinciden en que el problema no es la alternancia del poder entre la izquierda y la derecha sino en el cuestionamiento de la democracia y el respeto de las reglas. A pesar de que, dado el caso de que Bolsonaro llegue a la presidencia, también “tendrá que respetar que a la mayoría de los brasileños les gusta su Constitución y quieren vivir en democracia”, advierte Llanos, doctorada con la tesis “privatización y democracia en Argentina”.
Pero, ¿por qué 50 millones de personas votan por un candidato sin programa económico, que promete sacar a Brasil de la pobreza? y ¿Por qué un empresario presidente le alaba un programa inexistente? Lo segundo tendrá que explicarlo Piñera mismo. Lo primero, el caso Bolsonaro, “hace parte de la ola de movimientos populistas en auge en diversas partes del mundo y de quienes, espero, no serán capaces de cumplir las promesas”, concluye el politólogo Andreas Klein, de la Universidad de Bonn. El director de la KAS en Chile coincide con Llanos en que el capital de los populistas es “la decepción de millones de electores con las élites gobernantes, sean de esta derecha, o de izquierda”.
Fuente: https://www.dw.com/es/no-se-puede-meter-a-bolsonaro-macri-y-pi%C3%B1era-en-el-mismo-bolso/a-45836087