Consejo de Redacción Revista SIC
Desde el Centro Gumilla, teniendo en cuenta los muy lamentables hechos de violencia motivados por la dinámica política nacional, se rechaza de manera firme y categórica todo acto de violencia.
Apelar a la violencia para resolver las contradicciones políticas es degradar la política misma como posibilidad de entender y construir formas de convivencia pacífica entre opciones plurales y diversas. Lejos de resolver las pugnas, las profundiza y las agrava. Por ese camino perdemos todos.
En un escenario ampliamente polarizado se hace exigible a los dirigentes políticos de los bandos en pugna que den muestra de responsabilidad en sus actuaciones.
Desestimular y sancionar moralmente toda acción que implique el ejercicio de la violencia como modo de resolver las diferencias es una conducta que esperamos de un liderazgo responsable y realmente democrático.
El ejercicio más global de violencia es no reconocer al otro como contendiente legítimo, instamos a que se haga efectivo este reconocimiento básico.
Es necesario, en estos momentos de alta crispación política, favorecer toda forma de diálogo social y negociación política, asumiendo que es la política el ámbito de acuerdos frente a objetivos plurales éticamente reconocidos como legítimos por la sociedad en su conjunto.
El camino que tenemos por delante no es fácil, pero es necesario transitarlo, tenemos que construir un país donde cada cual aporte lo mejor de sí, teniendo como horizonte el bien común, con particular atención a las demandas populares como criterio ineludible de universalización de ese bien común.