Sonia Domínguez Ramírez
La dignidad e integridad de la mujer son unas de las principales preocupaciones que el papa Francisco ha tenido presente a lo largo de los cinco años de su pontificado, así lo ha reflejado en las muchas referencias que al respecto ha hecho durante todo este tiempo en las que siempre ha propugnado por su respeto en todos los ámbitos de la vida, respaldado sus legítimas aspiraciones como protagonista en la sociedad, e inclusive, motivando a que sus horizontes se expandan mucho más.
Como parte de un compendio de las afirmaciones sobre el valor femenino que Francisco ha realizado, María Teresa Compte Grau, directora del Máster de Doctrina Social de la Iglesia en la Universidad Pontificia de Salamanca, se dio a la tarea de escribir el libro “Diez cosas que el Papa Francisco propone a las mujeres”, en el cual profundiza en las reflexiones hechas por el Sumo Pontífice, mismas que son una invitación para tomar acción y transformar las realidades en que viven las mujeres en el mundo contemporáneo y que aún no le permiten un desarrollo en plenitud.
Tan importante consideró esta obra el Santo Padre, que él mismo tuvo el detalle de escribir el prólogo al libro en el cual destaca su preocupación “siga persistiendo cierta mentalidad machista, incluso en las sociedades más avanzadas, en las que se consuman actos de violencia contra la mujer, convirtiéndola en objeto de maltrato, de trata y lucro, así como de explotación en la publicidad y en la industria del consumo y de la diversión.
“Me preocupa igualmente que, en la propia Iglesia, el papel de servicio al que todo cristiano está llamado se deslice, en el caso de la mujer, algunas veces, hacia papeles más bien de servidumbre que de verdadero servicio”, asegura Francisco.
Asimismo, indica que “siguiendo el pensamiento de mis antecesores, es necesaria una renovada investigación antropológica que incorpore los nuevos progresos de la ciencia y de las actuales sensibilidades culturales para profundizar más y más no sólo en la identidad femenina, sino también en la masculina, para así mejor servir al ser humano en su conjunto. Avanzar en esto es prepararnos para una humanidad nueva y siempre renovada”, subraya.
Para el Papa, el modelo de mujer es la Virgen. Claro que María tiene poco que ver con la actitud servil –y mucho menos ñoña– con la que a menudo se ha identificado a la Madre de Dios. María no pide permiso para decirle sí al ángel. Se va a visitar sola a su prima Isabel. En Caná, actúa por sí misma por vocación de servicio, y la que se queda al pie de la cruz es ella, cuando los discípulos huyen despavoridos de miedo.
La cultura del encuentro
La autora del libro asegura que contrario a lo que históricamente ha practicado la Iglesia, hoy no hay diálogo con las feministas, recordó que la Iglesia siempre ha dialogado con todos los movimientos nacidos de la Ilustración, sin que ello haya implicado nunca renunciar a alguna convicción.
Consideró que la identificación que hemos hecho entre movimientos para la defensa de la mujer y aborto ha provocado que nos neguemos a entrar en diálogo con los feminismos, dijo Compte, pero aunque ambas partes sabemos que no vamos a estar de acuerdo en los planteamientos últimos, sí podemos coordinar acciones concretas en defensa de la dignidad de la mujer que hoy siguen haciendo vulnerables al sector femenino como lo son la trata, la prostitución, la violencia contra la mujer, la gestación subrogada, la hipersexualización de la infancia o los abusos sexuales. Estamos llamados a la cultura del encuentro, a buscar soluciones para mejorar al mundo, destacó.
“Estamos ante una oportunidad histórica de tender puentes. Bastaría con que se bajaran algunas espadas”, insistió.
Fuente: http://www.yoinfluyo.com/especiales/22302-necesario-redimensionar-la-dignidad-de-la-mujer