Noel Álvarez*
Corea del Norte vive hoy en el año 106 de Juche. Este pensamiento es un sistema filosófico, religioso e ideológico cuya formulación se atribuye al presidente Kim Il-sung y su desarrollo a Kim Jong-il. Según algunos sectores este sistema es una desviación del leninismo, del cual surge con el objetivo de adaptarse a la cultura norcoreana y a las necesidades del propio gobierno. Para la dictadura las personas no son consideradas como tales, sino como soldados al servicio del Gran Líder. En cada hogar tienen acoplado un altavoz a través del cual cada familia recibe una ración diaria de propaganda adoctrinante.
A pesar de los controles de la dictadura, la periodista Suki Kim nacida en Corea del Sur y criada en EE.UU, logró infiltrarse en Norcorea aprovechando la oportunidad que le brindaron de trabajar como docente en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Pyonyang, durante 6 meses ejerció su cargo y producto de sus investigaciones escribió un libro titulado: “Sin ti no hay nosotros”. Allí revela información sobre la vida de los universitarios más aventajados del país. El testimonio es sorprendente porque, a pesar de que estos jóvenes provenían de la élite norcoreana, todos tenían profundas carencias intelectuales.
La autora cuenta que al llegar a Norcorea le quitaron el pasaporte, el teléfono y todo sistema que permitiera comunicación con el exterior. La enviaron a un campus universitario aislado y cerrado en el que convivió con 270 jóvenes pertenecientes a familias de altos jerarcas del régimen. Durante aquel medio año, cuyo final coincidió con la muerte de Kim Jong-il, padre del actual mandatario, las otras universidades del país fueron cerradas y sus estudiantes enviados a centros de entrenamiento.
La periodista revela que “los estudiantes no sabían que era internet; desconocían que los televisores pueden emitir más de un canal; preguntaban que era una tarjeta de crédito e ignoraban lo que ocurría en el resto del planeta. Allí existe una cosa llamada intranet donde solo se puede ver, lo que el Gobierno ha cargado previamente. Existe un solo canal de televisión cuya función principal es emitir al Gran Líder”. Según ella los estudiantes pensaban que en todo el planeta se hablaba coreano y que su país era uno de los más avanzados del mundo.
Kim dice “En Norcorea existe la figura del pensador, que es una especie de guía que controla todos tus movimientos y te dice lo que puedes y lo que no puedes hacer o decir. Esto aplica no solo para los visitantes, sino también para los nativos”. Aterrada por la idea de ser descubierta, Kim cuenta que iba anotando sus vivencias en un diario que guardaba en un pendrive del que nunca se separaba.
En las sociedades sometidas por regímenes autocráticos, se instaura un sistema de mentiras como mecanismo de supervivencia. Todo el mundo miente. Las autoridades le mienten al pueblo a través de la propaganda y la gente se miente entre sí cuando ensalza a los autócratas. Nadie se atreve a decir lo contrario, por su bien. Estos sistemas basados en el miedo calan tanto, que la gente acaba creyéndose sus propias mentiras. “Corea del Norte es un cementerio de 25 millones de muertos en vida”, concluye Kim.