Por Félix Arellano
El diferendo por el Esequibo con la República Cooperativa de Guyana, se está convirtiendo en un tema cargado de profundas contradicciones. El Gobierno bolivariano no ha conformado un equipo de trabajo y negociación del más alto nivel profesional, multidisciplinario e incluyente, que represente al país en su conjunto. Tampoco se ha desarrollado una estrategia coherente y sostenible y las improvisaciones han predominado la escena; ahora, con la adopción del referendo consultivo se confirman las debilidades.
El referendo, que nada aporta en la organización de una defensa sólida frente a Guyana, está generando una nueva contradicción para el Gobierno bolivariano que es su promotor, toda vez que incrementa el deterioro en sus maltrechas vinculaciones con la comunidad internacional; incluso, importantes aliados tradicionales lo están cuestionando.
Son múltiples los temas que se pueden abordar sobre el caso del diferendo y muy extensa la bibliografía existente, pero en esta breve reflexión nos concentramos en las contradicciones que está generando el referendo consultivo en el contexto internacional, un área sensible para el Gobierno bolivariano.
Pasando revista a la situación, sin un orden jerárquico, nos encontramos con el rechazo de los países miembros del Caricom. Al respecto, el Caricom expresó su preocupación por el referendo venezolano, toda vez que “abre la puerta a una posible violación del derecho internacional” (france24.com, 27/10/2023).
Conviene recordar que Guyana es un país fundador del Caricom, organización que nace con el Tratado de Chaguaramas en 1973 y tiene en Georgetown, la capital de Guyana, su sede. Cuenta con 15 países miembros plenos, 5 países asociados y 8 países observadores. Adicionalmente, debemos destacar que Caricom ha gozado de un tratamiento privilegiado por parte del Gobierno bolivariano, mediante el programa de facilidades de pago de la factura petrolera, Petrocaribe, adoptado en el 2005.
La situación administrativa de los programas petroleros adoptados por el Gobierno bolivariano resulta difícil de precisar, pues según la acuciosa ONG Transparencia Venezuela, la opacidad ha caracterizado el funcionamiento de tales programas; sin embargo, pese a las dificultades en el acceso a la información, tal organización calcula que los países participantes en petrocaribe adeudan más de siete mil millones de dólares a Venezuela.
Sobre los programas petroleros venezolanos otorgados en el hemisferio (petrocaribe, petroandina y petroamérica), conviene destacar que no han generado mayores beneficios económicos al país, pero han reportado un importante apoyo político al proceso bolivariano, en particular en el marco de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Cabe recordar que, para adoptar decisiones en el marco del Consejo Permanente de la OEA, se requiere de un mínimo de 18 votos y, los 15 votos de los países miembros de Caricom, permitieron al proceso bolivariano por varios años controlar las decisiones, e impedir que la organización pudiera desarrollar, de forma efectiva, la labor de alerta temprana, ante el progresivo deterioro de la institucionalidad democrática y los derechos humanos en Venezuela.
Petrocaribe fue suspendió en el 2019, según la versión oficial, producto de las sanciones que ha adoptado el Gobierno de los Estados Unidos contra Venezuela; empero, el funcionamiento de Pdvsa indica otra realidad, pues ha enfrentado un proceso de politización y desmantelamiento de su capacidad productiva, incluso de su infraestructura.
Por otra parte, el gran aliado brasileño, el presidente Lula Da Silva, ha optado por una sorprendente prudencia sobre el tema del diferendo. Postura que sorprende, al observar que el presidente Lula, desde que asumió por tercera vez la presidencia en Brasil, ha desarrollado una desbordante diplomacia de micrófono, asumiendo algunas posiciones, que luego su equipo se ve obligado a enmendar.
Brasil tiene una importante relación ideológica con el proceso bolivariano, pero Guyana, país con el que comparte una frontera de 1.605 km, es un socio cada día más importante. La relación comercial entre ambos países ha crecido, desde el 2019, empresas brasileñas participan en el negocio petrolero. Adicionalmente, ambos países han desarrollado una estrecha vinculación en el ámbito militar.
El Caricom se distancia, Lula se torna prudente y, el gran aliado del proceso bolivariano, el Gobierno comunista de Cuba, asume un silencio que para Miraflores debe resultar ensordecedor. Las vinculaciones de Guyana con Cuba han sido muy estrechas desde que se establecieron las relaciones diplomáticas en 1972.
Al respecto, cabe recordar que, Fidel Castro, el líder fundador de la revolución cubana, apoyó permanentemente la integridad territorial de Guyana en su diferendo fronterizo con Venezuela. En este contexto, en 1981 se firmó el Pacto Cubano-Guyana, mediante el cual, el Gobierno cubano ofrece un apoyo incondicional a Guyana.
Por otra parte, también ha crecido la relación comercial entre los dos países y se calcula que las compras cubanas en Guyana podrían alcanzar hasta 150 millones de dólares anuales, principalmente en alimentos y productos de higiene (cadal.org 03/05/2017).
Estados Unidos no podría estar ausente en este conflicto, que geopolíticamente se torna cada día más relevante y, su apoyo a Guayana, también es de larga data, pues lleva aproximadamente 38 años realizando ejercicios militares con las fuerzas armadas de Guyana.
En ese contexto, los ejercicios efectuados en el presente año, han contado con la participación de: los 15 países miembros de Caricom y representantes de Canadá, Francia, Gran Bretaña, México y los Estados Unidos. Para concluir tal jornada, la comandante del Comando Sur de los Estados Unidos realizó una visita oficial a Guyana, precisando que no está previsto instalar una base militar en ese país.
Otros gobiernos están estrechando las relaciones económicas con Guyana, sin mayores consideraciones sobre el territorio en reclamación con Venezuela. Al respecto, Exxon fue una de las primeras corporaciones transnacionales en incursionar en el territorio guyanés, mediante la conformación de un consorcio de inversionistas, que incluyó la empresa petrolera china (Cnooc), que participa con un 25 %.
Adicionalmente, en el presente año, el Gobierno guyanés ha dado luz verde a la participación de 8 nuevas empresas extranjeras, para procesos de perforación en las aguas marítimas, sin haber iniciado la definición de límites marítimos con Venezuela. En este nuevo conjunto de inversiones participan países como Arabia Saudita, Francia, Malasia y Qatar.
Por otra parte, conviene destacar que el Gobierno comunista de China, que mantiene una activa participación comercial con la región, también ha incrementado sus relaciones con Guyana, tanto en el sector petrolero, como en la compra de los productos primarios agrícolas y minerales, que conforman la cesta de exportación de Guyana. País que también forma parte del emblemático proyecto de la Ruta de la Seda que promueve el Gobierno chino a escala mundial.
En el plano multilateral, en el cual el Gobierno guyanés ha desarrollado una activa estrategia, participando en todas las organizaciones a escala hemisférica y regional, también ha logrado el apoyo de la OEA, que en un comunicado ha calificado de “ilegal el referendo consultivo para defender el Esequibo” (23/09/2023). Por su parte, Luis Almagro, Secretario General de la organización, ha señalado que “el Gobierno de Venezuela provoca a Guyana con un lenguaje preocupante y la convocatoria del referendo sobre el diferendo” (01/11/2023). También las Naciones Unidas han expresado su voz de alerta en relación al referendo consultivo.
En este escenario adverso, el Gobierno bolivariano pareciera que ha decidido incrementar la escalada geopolítica del conflicto y, recientemente, el canciller venezolano se ha reunido con el canciller de Rusia (16/11/2023), para evidenciar al mundo que cuenta con aliados importantes.
Pero, no debemos olvidar que Rusia no tiene la fortaleza económica para sostener el proceso bolivariano, incluso la invasión a Ucrania ha demostrado su debilidad militar, lo que significa que las negociaciones en Barbados, que podrían garantizar el apoyo de occidente e incluso de las organizaciones multilaterales, siguen siendo relevantes.