En el marco de la celebración del Año del laicado venezolano, declarado así desde el pasado octubre de 2020 por el Consejo Nacional de Laicos de Venezuela (CNL), a través de un comunicado difundido por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), desde la Revista SIC hemos impulsado un seriado de entrevistas a distintas personalidades del medio con el fin de profundizar en los testimonios que dan cuenta de la misión que les es propia: la transformación del país, según los valores humano-cristianos del Evangelio
Por Juan Salvador Pérez*
En esta oportunidad conversamos con María Elena Febres Cordero, experta en Gestión Ambiental para el Desarrollo, profesora universitaria, investigadora y miembro de la Academia Internacional de Hagiografía. La actual presidenta del Consejo Nacional de Laicos de Venezuela (CNL), nos comparte sus reflexiones:
–El papa Francisco, en alguna catequesis sobre los laicos, destacó la importancia de Áquila y Priscila como modelo de pareja laica. Con su hospitalidad y su generosidad atendieron a Pablo durante su estadía en Corinto. ¿Cómo se practica hoy en Venezuela la hospitalidad y la generosidad cristiana?
–La entrega generosa y el servicio a la comunidad se practica hoy, en nuestro país, desde varios espacios, por ejemplo, puedo señalar:
- Desde Organizaciones propias de la Iglesia, las cuales trabajan a lo largo y ancho de la geografía nacional, atendiendo a las más urgentes necesidades de la población: pobreza, hambre, desnutrición, violación de los DDHH, entre otros.
- Desde las diócesis y parroquias, en su tarea evangelizadora que mira al necesitado y se reviste de solidaridad, respondiendo a las diferentes realidades y contextos. En los últimos tiempos, hemos visto como movimientos eclesiales, consejos diocesanos y arquidiocesanos, redes, asociaciones profesionales, empresas, en fin, organizaciones de la vida civil y pública, desarrollan su misión para apoyar y acompañar a la población. Son muchos los testimonios y actividades que se adelantan en Venezuela, teniendo a la Doctrina Social de la Iglesia como fundamento. La hospitalidad y la generosidad se han convertido en fuente de ejercicio cristiano.
- Desde sectores familiares y comunitarios, cuando encontramos un amplio abanico de asociaciones que, según su carisma y misión, responden a la sociedad para acoger al necesitado y vulnerable, apoyar a las comunidades y familias que viven en las fronteras existenciales, abonando el camino para la práctica de la fe y la caridad. La esperanza se ha convertido también, en pieza clave de nuestra acción en medio del caos, de la destrucción del aparato económico y social del país.
- Desde el exterior, encontramos grupos de venezolanos en alianza con organizaciones, que despliegan actividades de ayuda a la población, y acogen con amorosa y respetuosa presencia, a tantos que emigran a otras latitudes. El amor evangélico no tiene fronteras.
–El papa Benedicto XVI se refería a los laicos como el “humus” del crecimiento de la Fe. Señalaba que más que colaboradores del sacerdote, deben ser corresponsables en la Iglesia. ¿Qué representa eso? ¿Qué retos supone? ¿Qué debemos decir los laicos venezolanos hoy? ¿Cómo apoyamos a la Iglesia?
–El llamado del Papa Benedicto XVI nos invitó a abrir las ventanas de la Fe para acercar nuestras miradas y visiones del mundo con originalidad, compromiso misionero y novedad de una Iglesia en salida.
Entre los retos que tiene el laicado en sus manos, es fortalecer la organización laical para apuntar con mayor firmeza a la consolidación de estrategias de trabajo y acción en una Iglesia que camina en sinodalidad. Asimismo, en este orden de ideas, el Papa Juan Pablo II, nos recordó en la Encíclica Redemptoris Misio, el papel que podemos cumplir ante los modernos areópagos, es decir, los nuevos púlpitos en el mundo de hoy: la ciencia, los medios de comunicación y las redes sociales, las universidades, los ambientes donde se crean las élites intelectuales, los ambientes de los escritores y de los artistas.
Por consiguiente, dada la peculiaridad operativa del laicado, resulta evidente la necesidad de una mayor movilización de laicos hacia el multiforme cambio que el país requiere y la humanidad necesita. Es una tarea que implica una decisión y conversión individual, familiar y comunitaria, pero que exige también, unión de fuerzas, talentos, capacidad instalada, trabajo en redes, fortalecimiento del tejido social, con una visión amplia eclesial, ecuménica, interreligiosa y humana para apoyar a nuestra Iglesia.
–Dentro de las tentaciones de los laicos, el papa Francisco incluye la tentación del “clericalismo”, ya que la rigidez de la carrera eclesial asfixia la llamada a la santidad en el mundo actual. ¿Cómo se evita caer en esta tentación?
–Lo peculiar del laico, del bautizado, se centra en la tarea que debemos desarrollar para transformar las realidades. Lógicamente, el laico puede integrarse en la comunidad eclesial, participando en sus celebraciones y actividades tanto formativas, como de evangelización y servicios, pero nunca perdiendo de vista que su ámbito específico de compromiso está en el contexto concreto donde se desenvuelve, para la construcción de una nueva sociedad de paz, libertad, desarrollo compartido, solidaridad y fraternidad. Se trata de una inserción activa y proactiva en la convivencia social, desde la más próxima y fundamental que es la familia, hasta la más amplia en el contexto internacional.
En este sentido, considero importante destacar, que los laicos constituimos la mayoría, la casi totalidad de la Iglesia, con lo que esto implica de potencialidades y responsabilidades. El protagonismo debe entonces superar esquemas de indebida dependencia y pasividad (clericalismo), entendiendo que la relación con los pastores de la Iglesia es de comunión y corresponsabilidad. El papa Francisco resalta magistralmente este asunto en la Carta que escribió en el año 2016, al presidente de la Pontificia Comisión para la América Latina.
–Juan Pablo II en su exhortación apostólica Christifideles laici deja claro que para los laicos la propuesta cristiana no podía reducirse a un sentimiento espiritual o ideología religiosa o a un mero buscar las consecuencias morales, sociales o políticas de la Fe. ¿Cuál es el llamado concreto a la acción para nosotros los laicos?
–Esta Exhortación Apostólica ha sido documento clave del magisterio de la Iglesia. El llamado a los laicos, pasa en primer lugar, por comprender la imperiosa necesidad de participar en programas de formación permanente, que fortalezcan su protagonismo al interior de la Iglesia y, particularmente, en la sociedad, con una pedagogía práctica para la participación pública, así como para el rol que debemos jugar en el campo de la justicia y de la solidaridad, de la política, la educación, la economía, la gestión ambiental y en el amplio ámbito de la evangelización de la cultura, interpelados hoy por las emergencias planetarias, paradigmas y situaciones conflictivas.
En segundo lugar, los laicos estamos llamados a dar testimonio en el anuncio del Evangelio con fortaleza, pasión, creatividad, iniciativa y caridad, para ser fermento del reino de Dios y levadura en la sociedad contemporánea. El llamado al laico ha estado siempre presente en la historia de la humanidad. Sus respuestas han sido múltiples y variadas. La construcción de nuevos modelos de desarrollo, el avance de la ciencia y la tecnología, por mencionar algunos factores determinantes, han marcado la conducta de los cristianos y sus huellas imborrables en la humanidad.
En fin, nos situamos ahora en las nuevas realidades del mundo contemporáneo en medio de la pandemia del COVID-19, y las que habitan en el nicho eclesial, pues nos invitan a la reflexión y a dar respuestas oportunas y afectivas para consolidar la estructura y organización laical, su presencia protagónica y su acción evangelizadora como fuerza de la Iglesia.
–¿Cuál es la importancia de celebrar en este 2021 el Año del laicado en Venezuela?
–El Consejo Nacional de Laicos de Venezuela (CNL), declaró el Año del Laicado Venezolano, a los fines de profundizar la misión en los ámbitos ético, político, económico, social, cultural, educativo y ambiental de Venezuela, según los valores humano-cristianos del Evangelio. Esta histórica celebración está dedicada a recorrer el camino de la mano de nuestro próximo Beato Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, hecho esperado por todos los venezolanos. Su persona, fiel a Cristo, su caridad y entrega sin condiciones, nos permiten pensar que el Dr. José Gregorio comparte las alegrías y aflicciones de su Patria. El mensaje de su Beatificación se produce en medio de la pandemia del COVID-19 y de una inhumana y moralmente inaceptable situación. El nuevo Beato nos invita a trabajar con pasión y sin miedo, a poner nuestros talentos y dones al servicio de los más altos valores humano-cristianos en la transformación de la Nación. (Comunicado CNL, 2020)
En este marco de acción, hemos elegido como lema: Laicos promotores de paz en búsqueda de la santidad y del bien común. En el espíritu de sinodalidad que nos anima e inspira, desde la Comisión del Año del Laicado, se organizan e impulsan diversas actividades en colaboración con nuestra Iglesia y la sociedad en general, de manera especial, con la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), con la Conferencia Venezolana de Religiosas y Religiosos (CONVER), y diversas instancias propias de la vida pública, privada y eclesial. El Dr. José Gregorio Hernández se convierte para nosotros en modelo de eclesialidad laical.
El Año del Laicado Venezolano (ALV), declarado por el CNL en su Comunicado de julio 2020, busca promover y consolidar un espacio de encuentro y diálogo para desarrollar una eficaz acción del laico dando testimonio de fe en la vida diaria. Asimismo, deseamos impulsar el liderazgo cristiano en la empresa del bien común de la mano de nuestro próximo Beato José Gregorio Hernández Cisneros, al fortalecer la institucionalidad y organización del laicado para un trabajo en comunión con los diversos actores y sectores de la sociedad civil.
Como una gran noticia para el país, el CNL ha realizado las gestiones necesarias ante la CEV, para que el nuevo Beato José Gregorio Hernández Cisneros sea declarado patrono del laico venezolano, confirmando y renovando la solicitud planteada en nuestra Asamblea anual del año 2019. En el Decreto de heroicidad de las virtudes de nuestro Venerable se expresa: Fue el Siervo de Dios José Gregorio Hernández Cisneros, gloria de los laicos católicos… La Beatificación del Dr. José Gregorio será una fiesta nacional engalanada por la labor de un laicado que vive su compromiso, respondiendo a los signos de los tiempos y a los ritmos actuales en este cambio de época.
*Magíster en Estudios Políticos y de Gobierno. Director de la Revista SIC.