Luis Xavier Grisanti
En un país donde abundan los bustos y estatuas de héroes militares y escasean los de escritores y héroes civiles, no es inusual que el ingreso de un poeta como Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de la Lengua sea una noticia extraviada en alguna sección literaria de uno que otro medio de comunicación.
No es un tampoco un accidente fortuito que Luis Beltrán Mago (1924) haya abrazado las letras por vocación existencial. Perteneciente a la Escuela de Cumaná, Luis Beltrán integra la pléyade de poetas cumaneses y orientales que ha engalanado la poesía de la antigua Nueva Andalucía, hoy Estado Sucre: Andrés Eloy Blanco, J.A. Ramos Sucre, J.M. Rondón Sotillo, Humberto Guevara y Cruz Salmerón. Y su padre era primo-hermano del autor de Canto a España.
Dotado de una elocuencia lírica sinigual, el abogado oriental rinde tributo invariable a su terruño y en su poesía fresca y acogedora reposa la presencia exuberante de su Cumaná natal, con sus soles y sus lunas, su mar y sus montañas, su fauna y su flora. Pero su poesía también ausculta las virtudes más nobles del espíritu humano, entrelazadas con un paisaje pródigo de múltiples geografías.
El crítico literario, Fernando Sánchez Sabino, escribe: “…Luis Beltrán pincela sus poemas, los acromatiza, los llena de acuarelas y colores, de recursos luminosos y transformaciones emotivas, creando una metamorfosis fecunda en el gran lienzo de la poesía…Islas, mar, llanuras, altitudes de la geografía que él sobrevuela y capta; imágenes que nos llegan desbordantes; tropos, métrica y ritmo caribeño sentido en movimientos constantes, en ligereza de aire expresado desde una destacada y hermosa voz, canto universal, denuncia, o susurro coloquial…Y los expone sencillamente brillantes, sublimes, conmovedores…”
De su obra literaria destacan: Geografía emocional de Cumaná, Presencia del aire, Cartas intemporales, Bajel hacia la estrella, Itinerario de la sombra, Del agua y de la lluvia, Del mar donde nací, Sonetos a Caracas, Poemas devocionales: 14 sonetos dedicados a Andrés Eloy Blanco, No es tiempo de callar, Sonetos a la isla, Canciones del amor y el viento, Los eucaliptos miran hacia el sur y Antología Esencial. Esta última obra será sin duda un clásico de la poesía venezolana. Acreedor del Premio Internacional Vicente Gerbasi, Luis Beltrán Mago ha tallado en sus libros su innegable compromiso con la democracia.
Citémoslo:
“Aquí desciende el cielo hasta besar tus ojos.
Se arrodilla la tarde más allá de la sombra.
Y en medio de la luz donde tu labio espuma,
Un pez de nube y gasa, de neblina y silencio
Se afila entre mis manos para viajar su sueño.
Mi corazón recuerda su morada en la noche.”
Este articulista y su padre, Héctor Grisanti Luciani, celebran la incorporación de su paisano Luis Beltrán Mago a la Academia de la Lengua y abogan por que algún parque de su patria chica lleve su nombre en un futuro no lejano.