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Los 4 grandes desafíos para María Corina Machado

Crédito: GABY ORAA

Por Juan Salvador Pérez

“La realidad es superior a la idea”, nos lo dice la Evagenlii Gaudium1, “esto supone evitar diversas formas de ocultar la realidad”. María Corina Machado, luego de los resultados de las primarias celebradas por la oposición venezolana, resultó ser la candidata elegida para las elecciones presidenciales de 2024.

Esto representará para ella, en nuestro criterio, cuatro grandes desafíos:

  • La habilidad para dar las respuestas correctas

Ser responsable implica tener la capacidad y habilidad para dar la respuesta a un compromiso, cumplir lo convenido y también asumir las consecuencias que se desprenden de las acciones u omisiones.

El hecho de que más del 80 % de los venezolanos pida que las cosas cambien, evidentemente significa que así como estamos nadie quiere seguir. Pero ¿cuáles son esos cambios que el país requiere? ¿Estamos todos claros en ello?

La educación, por ejemplo, es un asunto más que urgente. Es un drama nacional que nos deja de manera prácticamente inexorable en el rezago mundial. Sin embargo, no aparece reflejado este tema en los principales problemas que identificamos los venezolanos en los estudios de opinión. ¿Significa entonces eso que al problema de la educación no debemos darle la prioridad que requiere?

Asumir el liderazgo de la oposición, supone pues, un desafío tremendo para María Corina Machado, porque el cambio que el país clama comienza precisamente por identificar los problemas reales, ponerlos adecuadamente en el debate nacional y, por supuesto, buscar y ofrecer las respuestas correctas a esos problemas reales.

  • Serviam: un llamado al servicio

El segundo gran desafío que se le presenta a María Corina es más profundo, pero no menos serio. Ángela de Merici enseñaba a sus ursulinas que debían estar dispuestas a dedicar su vida al servicio, serviam significa “yo serviré”, pero ¿realmente cómo se hace eso? La explicación la da el mismo Cristo, cuando –acaso con corrección cariñosa– les precisa a los hijos de Zebedeo en qué consiste el ejercicio del poder:

Como ustedes saben, entre los paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que entre ustedes quiera ser grande, deberá servir a los demás; y el que entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser su esclavo.

En la encíclica Fratelli Tutti, Francisco plantea que al entendernos como una comunidad fraterna debemos asumir y ocuparnos de tres asuntos, a saber: crear y fortalecer los vínculos sociales, crear y creer en las instituciones (y atender con cuidado la fragilidad de estas) y por último, pero más importante, atender especialmente a los necesitados, pobres y excluidos.

Estos son los tres focos que representa el serviam para el liderazgo político en Venezuela, y en la misma Fratelli Tutti queda expresa y claramente dicho cómo debe ser y hacerse el trabajo constante de la política:

No hay punto final en la construcción de la paz social de un país, sino que es una tarea que no da tregua y que exige el compromiso de todos. Trabajo que nos pide no decaer en el esfuerzo por construir la unidad de la nación y, a pesar de los obstáculos, diferencias y distintos enfoques sobre la manera de lograr la convivencia pacífica, persistir en la lucha para favorecer la cultura del encuentro, que exige colocar en el centro de toda acción política, social y económica, a la persona humana, su altísima dignidad, y el respeto por el bien común2.

La política debe ser siempre el arte del encuentro, y de allí que los políticos deben convertirse en “artesanos de paz dispuestos a generar procesos de sanación y de reencuentro con ingenio y audacia”.

  • Spe Salvi: mantener siempre la virtud de la esperanza

Gracias a la esperanza podemos afrontar nuestro presente, aunque sea un presente fatigoso se puede vivir y aceptar si lleva hacia una meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que justifique el esfuerzo del camino3.

Entender esto así requiere asumir la esperanza como virtud, es decir, no como un desiderátum o como una utopía, ni mucho menos como una quimera inalcanzable; sino como una meta cierta. Quien tiene esperanza tiene la certeza de que la vida “no acaba en el vacío”, sino que, por el contrario, la vida comienza y cobra todo el sentido en el encuentro con los otros, en el encuentro amoroso con los otros.

María Corina Machado tiene el desafío como candidata de la oposición, es decir, como líder de un sector amplísimo de la población venezolana, de mantener un discurso constructivo e inclusivo que ofrezca una propuesta de país alternativo.

Esto implica superar las barreras del “no se puede”, abrir las puertas de la reconciliación y el perdón, y por último descartar las premisas excluyentes e impositivas que plantean una sola y única manera de hacer las cosas, un único e inequívoco camino fuera del cual no hay futuro, porque eso siempre es peligroso y nunca es cierto.

La esperanza como virtud es salvífica porque va más allá de las ofertas políticas y siempre las supera y las trasciende. En esto consiste el tercer desafío.

  • No se trata de llegar hasta el final, sino de saber llegar

Precisamente en esta misma línea de la esperanza, planteamos el cuarto desafío que se le presenta a María Corina Machado: saber llegar.

Saber llegar implica tres cosas: primero, saber hasta dónde se quiere llegar; segundo, comprender hasta dónde se puede llegar y, por último, hacer todo lo adecuado para llegar bien hasta donde se llega.

No entender esto así podría traer consigo decepción en la población y frustración en la candidata.

El cuarto desafío de María Corina no es solo para ella, pues todos estamos llamados a ser hombres y mujeres virtuosos; pero sí es especialmente requerido para ella por su condición de líder, pues la virtud es aquella disposición habitual y firme a hacer siempre el bien, dar lo mejor de sí misma, y elegir el bien a través de acciones concretas. En este momento político es menester que quien lidera sea virtuoso.

Son cuatro desafíos difíciles para un líder, estamos claros. Pero vivimos tiempos difíciles en Venezuela, en eso también estamos claros.

Notas:

  1. En la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, el papa Francisco establece los cuatro principios para la construcción del bien común y la paz social: 1) el tiempo es superior al espacio; 2) la unidad es superior al conflicto; 3) la realidad prevalece sobre la idea y 4) el todo es más que las partes y la mera suma de las partes.
  2. Fratelli Tutti. Encíclica del papa Francisco. 2020.
  3. Spe Salvi. Encíclica del papa Benedicto XVI. 2007.

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