Mireya Lozada*
REVISTA SIC 747
¿Cuáles son las posibilidades y límites de intervenir constructivamente en un conflicto sociopolítico antes que alcance un nivel generalizado de violencia? Ofrecer algunas respuestas desde el análisis de la experiencia concreta y a la luz de las lecciones aprendidas, es quizás uno de los principales aportes de Mediación internacional en Venezuela (Gedisa editorial, 2012).
El libro destaca el carácter novedoso de una mediación que significó una alianza poco usual entre organismos internacionales (OEA, PNUD) y una organización no gubernamental (Centro Carter), que convocó la mediación de varios líderes mundiales (César Gaviria, para entonces secretario general de la OEA; Jimmy Carter, Lula da Silva, Álvaro Uribe, Fidel Castro y otros líderes latinoamericanos).
Este esfuerzo de mediadores internacionales, de distintos y distantes actores políticos y diferentes sectores sociales, contribuyó a detener la escalada de violencia durante el período 2002-2004 en Venezuela. Los vaivenes, sustos, esperanzas y apuestas a favor de la paz y la democracia en los distintos programas desarrollados por Centro Carter, OEA y PNUD están recogidos en este libro que ofrecen Francisco Diez y Jennifer Mc. Coy, facilitadores por el Centro Carter en aquella intervención.
El lazo indisoluble entre memoria y política lo mostraron prontamente los relatos de las tragedias griegas y este libro hace honor a ese vínculo. Esta compleja tarea de reconstrucción de lo que realmente ocurrió incluye obviamente la dimensión subjetiva de los participantes, tanto en la interpretación, construcción y selección de la información, como en la elección de la estrategia narrativa a utilizar. En esta memoria, Diez y McCoy escogen el tono personal, la narración de la vivencia que se apoya en recuerdos, notas internas y documentos, para contar de manera sentida y fluida lo que fue la experiencia de la violencia política de aquel tiempo. Se agradece este tono que alivia y sana.
Los autores reconocen cinco ciclos del conflicto, con actores visibles e invisibles, los momentos de crisis, confrontación y negación del adversario, pero también el tejido en filigrana de los acuerdos, búsqueda de consensos e incluso las jugarretas del tiempo. Pero tan importante son en esta memoria las percepciones y negociaciones entre y con actores políticos, las iniciativas de construcción de paz emprendidas con grupos y organizaciones sociales, como el reconocimiento autocrítico del rol del grupo tripartito como mediador internacional.
Poner a dialogar estas miradas con aquellos otros actores implicados (OEA, PNUD, Gobierno y oposición), así como reflejar la de distintos sectores sociales en aquel tiempo y en el período post-conflicto, es tarea pendiente pues esta memoria tiene una particularidad: si bien está situada sociohistóricamente en un período del conflicto, ella continúa construyéndose.
Las calles siguen llenas de gente, se escuchan o se esconden viejas y nuevas voces de políticos, partidos, organizaciones. Se avecinan otras crisis y confrontaciones en tiempos electorales. Nos quedan años aún para lidiar con las diferencias, para avanzar en procesos de diálogo, luchar contra la impunidad, reconstruir el tejido social fragmentado por el conflicto, la polarización… y luchar contra sus causas. Las lecciones de este libro son un importante aporte para andar ese camino. Ellas nos permiten re-conocernos y reconocer al otro para dignificarnos, para percibir las infinitas posibilidades y también los linderos de la construcción de la convivencia democrática.
*Psicóloga social.