José G. Delgado H.
Reflexionar sobre la VII Cumbre de las Américas, para alguien que no es especialista, puede resultar un atrevimiento, sin embargo, es un aporte al debate y las acciones post-Cumbre, pues, en dos días los acuerdos presidenciales son poco probables en una agenda común que genere los “mandatos para la acción” de este magno evento. En las reuniones previas, según expone la Vicepresidenta y Canciller de Panamá, Isabel Saint Malo de Alvarado, hay un 95% de acuerdos en los temas a desarrollar, de allí que se opta por un informe final del Presidente anfitrión de la Cumbre, Juan Carlos Varela, un ingeniero y empresario, próximo a cumplir su primer año de gestión.
Por sus declaraciones, es un mandatario ganado al diálogo y la transparencia en el ejercicio del gobierno, un demócrata a carta cabal que se muestra como un servidor público y un convencido de que el ejercicio de la política es un servicio al pueblo, por eso, no extraña que en su formula presidencial una mujer sea el soporte de su vicepresidencia y cancillería, una voz de la sociedad civil en el ejercicio del Gobierno, reconocida como consultora independiente y diplomática, ambos funcionarios están prestados a la política.
El discurso de Varela es coherente con su Plan de Gobierno (2014 – 2019), por un gobierno honesto que trabaje para el pueblo, su plataforma electoral fue Alianza “El Pueblo Primero”, que, en parte es el reflejo del gobierno anfitrión, en el tema central de la VII Cumbre de las Américas, Panamá 2015: “Prosperidad con Equidad: El Desafío de la Cooperación en las Américas”.
Esta consideración, se hace tomando en cuenta que el tema central de la Cumbre tiene un desarrollo específico a partir de varios sub-temas comunes en la región, como lo son la seguridad, la energía, la salud, la educación, los flujos migratorios, la gobernabilidad democrática y la participación ciudadana, entre otros, sin embargo, no habrá un documento de consenso, a petición de Venezuela, según destacan algunos MCS.
Es muy probable según los expertos, que los temas políticos generen sombra en el desarrollo de la agenda del evento, en particular, la apertura de las relaciones entre EE.UU y CUBA o el acercamiento entre EE.UU y VENEZUELA. Por la brevedad del tiempo, es posible que las agendas particulares no alteren el enfoque global del temario propuesto, de hecho la promoción de los cuatro foros, previos a la apertura oficial de la Cumbre, da oportunidad para incidir en la agenda y los temas a tratar, desde la perspectiva de los jóvenes, los empresarios, los rectores universitarios y la sociedad civil, para delimitar ciertos retos, que, se relacionan con la prosperidad y la exigencia de la equidad en las Américas.
En este contexto, se destacan las tres “R” para este artículo, pues los voceros del gobierno anfitrión han señalado que en el planteamiento del acercamiento entre EE.UU y VENEZUELA, debe preservarse el diálogo y el encuentro que caracteriza a las relaciones internacionales, pero, con los tres elementos que se indican como orientaciones para el mencionado acercamiento:
- Respeto al mandato del Presidente Nicolás Maduro. Un mandato recibido por el voto popular con un período constitucional determinado, a los efectos de representar un gobierno que se gestione con transparencia y eficacia.
- Respeto a la oposición en Venezuela. Una oposición que insiste en la libertad, los derechos humanos y la democracia efectiva, así como, medidas concretas a favor del bienestar del pueblo.
- Respeto a las elecciones parlamentarias. Unas elecciones que se realizarán para que el pueblo manifieste su voluntad en la integración de la instancia parlamentaria nacional, con todas las garantías que otorga la democracia.
El respeto y la tolerancia son condiciones exigibles en el diálogo propuesto entre el gobierno, el pueblo y la oposición, para solventar los problemas propios de Venezuela y su crisis actual. Se saluda como positivo, el encuentro previo del Presidente Nicolás Maduro y la Ministra de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez con el integrante del Consejo de Seguridad Nacional y Asesor del Departamento de Estado, Thomas Shannon, a los efectos del diálogo propuesto, igualmente se debe rescatar como positivo el encuentro de este alto funcionario, con representantes de la oposición venezolana, agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que declara como acertada la rectificación del calificativo de “amenaza” derivado de la orden ejecutiva del Presidente Obama.
Se observan los enfrentamientos entre los grupos castristas y los cubanos disidentes, que retrasaron la instalación del Foro de la sociedad civil y los manifestantes venezolanos partidarios del gobierno, que, se enfrentan a la policía panameña, generando desordenes y el contenido de la “Declaración de Panamá”, suscrita por 26 ex gobernantes iberoamericanos, que se refiere a la crisis venezolana y el pedido de liberación de los presos políticos, expresiva de la “Cumbre de la Dignidad”.
En la Cumbre los presidentes Maduro, Castro y Obama se darán la mano y podrán hablar, mientras esperan el informe final del Presidente Juan Carlos Varela, con los resultados y la foto memorial e histórica. Entristecen los enfrentamientos verbales y físicos, entre los asistentes a la Cumbre de los Pueblos y participantes en los Foros de la Cumbre de las Américas, si la meta es la prosperidad y el desarrollo de los pueblos, con equidad y justicia, lo más relevante de la post-Cumbre, serían los mecanismos de seguimiento a los “mandatos para la acción” propios de la OEA, que, entendemos serán enviados por Panamá a los diferentes gobiernos participantes en esta Cumbre histórica.
Allí está, un primer reto, para el recién designado Secretario General de la OEA organización intergubernamental, Luis Almagro, ex canciller uruguayo, ante la ausencia del documento final de la Cumbre. En Venezuela, habrá que esperar los compromisos que imponen las 3 R de la VII Cumbre de las Américas, un reto que se genera, junto a las conclusiones y acuerdos que se deriven de los discursos de instalación y los foros organizados en esta Cumbre histórica.