Por Jesús María Aguirre
Es lamentable leer la forma como funciona la solidaridad mecánica de ciertas alianzas y hoy específicamente de la intelectualidad de izquierda, reunida en el Primer Foro Mundial de Pensamiento Crítico, celebrado. Después de reconocer todas las corruptelas e ineficiencias del gobierno actual de Maduro hay que seguir apoyándolo y tratando de consolidarlo en el poder.
¿Es que lo que no se ha hecho con todos los pingües recursos del pasado se va a realizar ahora con escasos recursos? o ¿es que se espera una conversión de los factores corruptos hasta la médula por magia política? ¿No será que estos congresos y foros hace tiempo que están sostenidos por el engrasamiento mecánico de los petrodólares venezolanos? Con razón la intelectualidad crítica de izquierda está, hoy, lamentablemente sostenida con somníferos ideológicos.
Una muestra de esta constatación la tenemos en este texto singular del boliviano Ricardo Ángel Cardona:
“Por ejemplo Venezuela que podría haber construido unas diez represas hidroeléctricas tipo Guri (10 mil MW) en el río Caroní y otros ríos, para poder generar una potencia instalada de 100 mil MW, en 18 años de gobierno. Electricidad que hoy la revolución venezolana tendría para exportar a Brasil y otros países de la región, por al menos 60 mil millones usd/año.
Pero no se hizo, se perdió tiempo, no se construyeron hidroeléctricas usando el grandioso excedente que tuvo en sus manos Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro. Pero nunca es tarde para potenciar a la nación. Usando los créditos y en alianza con los países BRICS. Cada hidroeléctrica tipo Guri (que data de hace casi 50 años) cuesta 10 mil millones usd.”
Después de leer estos desvaríos intelectuales, anclados en la solidaridad mecánica del “nunca es tarde”, me quedan dudas si estamos ante un pensamiento sin crítica transformadora o ante una crítica sin pensamiento.