Mt 7,6.12-14
Alfredo Infante sj
Hoy Jesús nos resume la ley y los profetas en una máxima práctica y cotidiana. Nos dice «todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas». Esta máxima está presente en todas las grandes religiones, pero formulada en negativo «no hagas a los demás lo que no quieres que hagan contigo».
En el judaísmo, por ejemplo, lo podemos encontrar en Tobías 4,15. Es conocida como la regla de oro de la espiritualidad de las grandes religiones porque, si la asumiéramos personalmente como consigna para nuestra vida, la convivencia sería mucho más digna. Pero esta regla de oro que el Señor Jesús nos propone como guía práctica, no todos la asumen como consigna de vida.
Por ejemplo, el domingo 24 escuchamos decir a la Sra. Delcy Rodríguez, expresidente de la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y hoy vicepresidenta de la República Bolivariana de Venezuela qué (parafraseo) con la asunción de Chávez al poder habían concretado su venganza personal. Esto, sin duda alguna, da cuenta que el chavismo-madurismo ha sido, por sobre todas las cosas, «el resentimiento y la venganza como política de Estado».
El resentimiento y la venganza son energías negativas, no creadoras sino descreadoras, destructivas. El hecho de que durante 20 años Venezuela esté siendo gobernada desde la venganza y el resentimiento, da cuenta del estado actual de deterioro y destrucción de nuestro país. Es la razón espiritual más honda. El amor construye, el odio y la venganza destruyen. El flujo constante de emigrantes por nuestras fronteras terrestres, marítimas y aéreas, huyendo del hambre, del deterioro del sistema de salud, de educación, sistema de transporte, y del sistemático hostigamiento y represión, son consecuencia directa de este resentimiento y venganza como política de Estado.
No habrá país si no rompemos el círculo fatal de la venganza. Si quienes nos oponemos a este sistema de muerte no nos tomamos en serio la regla de oro que nuestro Señor Jesús nos propone como camino, no habrá República. Por eso, Jesús concluye con otra invitación muy oportuna para quienes seguimos apostando por nuestro país: «entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida».
Repetir el resentimiento y la venganza como política de Estado es la puerta ancha, fácil, incluso razonable; y, por el contrario, apostar como lo hizo en África del Sur, Nelson Mandela, por romper el ciclo de la venganza, es lo que Jesús llama «la puerta estrecha» que conduce a la Vida, y que muchos se niegan a recorrerla.
Oremos Señor, danos la gracia de romper el ciclo perverso de la venganza teniendo como guía la regla de oro, e infúndenos la sabiduría necesaria para transitar por la puerta estrecha y exigente que conduce a la Vida.
Sagrado corazón de Jesús en vos confío
Parroquia San Alberto Hurtado. Parte Alta de La Vega.
Caracas-Venezuela.