Por Alfredo Infante s.j. | Boletín Signos de los Tiempos.
Esta semana el régimen arremetió, a través del programa de TV Con el mazo dando, contra la organización de Derechos Humanos Provea y la directora de la organización Control Ciudadano, Rocío San Miguel.
Durante el mencionado programa, Diosdado Cabello anunció que aplicarían sanciones a las ONGs que reciben financiamiento de Estados Unidos y que, desde la Asamblea Constituyente, revisarían las leyes que regulan el funcionamiento de las organizaciones o personas particulares que reciben dinero de otros países “para atacar a la patria”: “Vamos a aplicar todas las sanciones, el máximo de sanciones que se pueda, a aquellos que reciben financiamiento de Estados Unidos para conspirar contra la patria. Después van a decir que están perseguidos”¹.Es en este espacio, transmitido por el canal del Estado VTV, desde donde el régimen dicta las líneas represivas, tal como lo hacía el finado Hugo Chávez con La Hojilla.
En este sentido, el Instituto Prensa y Sociedad (Ipys) ha alertado sobre la utilización sistemática de los medios públicos como instrumentos de política represiva por parte del régimen venezolano.
En una conversación que sostuvimos con Marianna Romero, directora del Centro para los Defensores y la Justicia (CDJ), la activista nos comentó cómo en el mencionado programa, Cabello comenzó hablando en términos generales sobre mensajes y noticias que habían sido publicados durante la semana, para luego mostrar un tuit de Provea que le sirvió de base para su mensaje de amenaza y criminalización directa a la ONG. “Se han mostrado pruebas de que es financiada por la Usaid con el propósito de desestabilizar Venezuela”, dijo el dirigente del chavismo.
Sobre esto, Romero nos mencionó que desde el CDJ se ha hecho un monitoreo a los discursos y prácticas del régimen en contra de los activistas y las organizaciones de Derechos Humanos y el resultado de este chequeo es la “identificación de un patrón de persecución que encuadra dentro de una política de Seguridad Nacional”.
“Los hechos de esta semana no son aislados y no sólo han afectado a las organizaciones de DDHH. Esto viene pasando con otras organizaciones, especialmente aquellas que combinan asistencia humanitaria y defensa de DDHH”, nos acotó también la activista Beatriz Borges, directora del Centro de Justicia y Paz (Cepaz), quien enumeró como ejemplos el allanamiento, en febrero de 2019, a la organización Mavid, dedicada a la entrega de medicamentos a personas seropositvas; el desalojo de una comisión de la Cruz Roja durante una jornada de salud en Aragua, en julio de 2019; el ingreso arbitrario a la sede de Prepara Familia, que apoya a pacientes del Hospital J.M. de los Ríos, ocurrido en enero 2020; el allanamiento de Rescate Venezuela, también en enero de este año, y la detención de Daniel Rodríguez, presidente de la Fundación Nativo, ocurrida en febrero.
A esto hay que agregar la larga lista de enfermeras, médicos, docentes, líderes campesinos, sindicalistas, estudiantes, profesores universitarios, que han sido perseguidos, apresados y torturados por defender sus derechos.
Lo que estamos viendo es una política represiva sistemática que criminaliza a defensores de Derechos Humanos y actores humanitarios. Una política que hay que detener.
El gobierno primero difama, genera matriz de opinión para sembrar duda y minar la confianza, y luego reprime, persigue, encarcela. Es el uso de la mentira como estrategia de poder para eliminar al adversario, al que denominan “enemigo interno”.
Hay que tener presente que esta nueva arremetida contra las organizaciones de Derechos Humanos ocurre en medio de la profundización de las sanciones económicas internacionales y, por tanto, se enmarca en la lógica de buscar enemigos internos. El gobierno sabe el impacto que los informes de las ONGs de DDHH –como entes especializados y reconocidos en la materia- han tenido ante instancias internacionales, en el desmontaje de la mentira del poder y en evidenciar la emergencia humanitaria que tiene a nuestro pueblo en la miseria.
La Iglesia católica se solidariza con las organizaciones de DDHH y sus representantes, ofrece su apoyo en la defensa de la vida y la dignidad humana, recordándoles, como dice el Evangelio: “bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados” y “bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”.
Referencias:
1 https://www.elnacional.com/venezuela/cabello-amenazo-con-sancionar-a-ong-financiadas-desde-ee-uu/
Fuente: https://mailchi.mp/d370231fa5e9/signos-de-los-tiempos-n-47-14-al-20-de-febrero-de-2020