Diario Vasco
El Festival Internacional de Cine de San Sebastián clausuró ayer su 61 edición con una gala en la que se dio a conocer el palmarés completo y que reconoció a ‘Pelo Malo’, de Mariana Rondón, con la Concha de Oro a la Mejor película por unanimidad. Un dictamen que fue recibido con abucheos por parte del público que se congregaba en el patio de butacas del Kursaal. La propia cineasta fue la encargada de recoger el premio junto a la productora Marité Ugas y, muy emocionada a pesar de la fría reacción de la sala, repitió cuatro veces «eskerrik asko». «Gracias por elegir una película tan chiquita, que hice para librarme de la angustia de tanta intolerancia», señaló.
La venezolana se convirtió anoche en la cuarta mujer que consigue el máximo galardón del festival, la primera latinoamericana. «Pensar distinto, ser diferente no es un problema, es lo más hermoso que tiene un ser humano cuando se encuentra con el otro».
Recibida en la sala de prensa por contra con una gran ovación, no en vano las propuestas de su película fueron tema de conversación en muchos corros de periodistas, la directora dio de nuevo «mil veces gracias».
‘Pelo malo’ cuenta la historia de Junior, un niño mulato de 9 años que no tiene padre al que le crece un pelo obstinadamente rizado y cuya obsesión es alisárselo para la foto de la escuela, una determinación del pequeño que hace pensar a su madre en su homosexualidad.
«El debate está abierto y no lo abrí yo, esa solo es una de las intolerancias de las que habla la película -dijo Rondón-. Yo lo único que digo, y lo único que quiero es que, como sea, nos sentemos y hablemos de muestras diferencias».
La directora compareció con la productora Marité Ugas, con la que trabaja habitualmente repartiéndose el trabajo, quien recordó que el proyecto nació de un premio al cine en construcción y que la cinta, de apenas medio millón de dólares, ha sido una coproducción Venezuela-Perú-Alemania.
«Hacer cine siempre es difícil porque siempre hablamos del dinero, pero el dinero es el detalle, lo difícil es que la película te quede bien; afortunadamente -añadió-, hemos hecho una película suficientemente chiquitita como para que no me aturdiera, no ha sido lo más importante».
Y por último, y para envidia de la sala, Mariana Rondón aseguró que «lo más importante del cine venezolano es que está teniendo público yendo a las salas, y cuanto más vaya, mas exigente va a ser; este premio -resumió- en lo personal es muy importante, pero sobre todo es un compromiso para seguir haciéndolo mejor».