Por Luisa Pernalete
El pasado 2 de octubre se celebró el Día Internacional de la No Violencia en recuerdo del nacimiento de M. Gandhi, establecido en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en junio del 2007. Oportunidad para recordar principios de la no violencia, como legado de Gandhi, y ver la utilidad, en el mundo de hoy y en la Venezuela de hoy, de esos principios. También esta fecha nos invita a ver que la no violencia no es ni pasividad ni cobardía, sino una forma de resolver conflictos y de participación por el bien común.
“Una victoria conseguida por procedimientos y vías violentas es una victoria efímera, pues necesitará más violencia para mantenerse”. Esa afirmación de M. Gandhi, líder de la independencia de la India y pionero de la no violencia, nos resulta útil en estos tiempos en donde tenemos un mundo con conflictos bélicos abiertos — como la guerra de Ucrania o la de Siria o la Sudán del Sur, que ya llevan años — o cuando miramos cómo nos estamos llevando en nuestro país, la falta de herramientas para resolver conflictos por vías pacíficas.
El 2 de octubre se celebra el Día Internacional de la No Violencia, en recuerdo del aniversario del nacimiento de M. Gandhi. Esta celebración la estableció la ONU cuando emitió una resolución en su Asamblea General de junio del 2007. La propuesta era difundir la no violencia, la cultura de paz y la tolerancia en un mundo urgido de paz. Recuérdese además que la ONU nació para preservar la paz mundial.
Nos viene muy bien traer a la mesa algunos elementos del legado de Gandhi, pues en Venezuela, en medio de la emergencia humanitaria compleja, con muchos problemas que nos angustia a la mayoría, en medio de estos apagones de electricidad a cualquier hora y cada vez más largos, o la falta de agua, o con esta inflación — la más alta del mundo que pulveriza cualquier ingreso —, es común que los venezolanos nos olvidemos que este país sigue siendo muy violento. Veamos algunos datos.
Hablando de la tasa de violencia, sigue siendo muy alta. Según el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) se registran 35,3 muertes por causas violentas por cada 100.000 habitantes, siendo la tasa más alta de América Latina para el 2022. Hablamos también de datos como los 160 casos de femicidios que reporta el Centro de Justicias y Paz (CEPAZ) desde enero hasta julio de este año, y los 93 casos en grado de frustración. También, esta organización reporta que 55 niños quedaron huérfanos y 10 presenciaron los crímenes contra sus madres.
Hace pocos días, la Red por los Derechos Humanos de las Niñas, Niños y Adolescentes (REDHNNA), señaló que cada día 6 niños sufren de un acto de violencia en su contra.
No olvidemos, también, la violencia verbal, la gestual, la que se puede ver en las redes sociales, con insultos, descalificaciones… ¿No creen que nos viene bien hablar de la necesidad de la no violencia como forma de proceder?
Mencionábamos arriba que Gandhi se considera pionero de la no violencia. Era abogado, luchó a favor de los indios que eran explotados en Suráfrica y luego en la India luchó contra la discriminación que los ingleses hacían con los indios. Pero siempre de manera no violenta. No obligaba a nadie a seguir sus métodos de lucha. Nunca insultó, nunca descalificó a los enemigos… los plantones eran una de sus formas de protesta, simplemente sentarse junto a otros en las puertas de las fábricas en contra de las que protestaban, por ejemplo, o realizaba grandes marchas. Insistía en la coherencia entre lo que pasaba y lo que se hacía: “Mi vida es mi mensaje”, es frase suya.
Hay gente que cree que la no violencia es sinónimo de pasividad y es comportamiento de cobardes. Nada más lejos de lo que fue Gandhi. Él actuaba, se expresaba, solo que sus procedimientos siempre fueron pacíficos. “No hay camino para la paz, la paz es el camino”.
Aquí en Venezuela, desde el año 2016, existe una organización cuya misión es promover el legado de Gandhi. Lo hace con niños desde la educación inicial, también con adultos, impartiendo cursos sobre la comunicación para la convivencia, o los pilares de la convivencia, entre otros temas. Hago referencia al Centro Gandhi. Hay que mencionar que es el único centro del mundo que cuenta con la aprobación de la familia Gandhi, de hecho, para la ceremonia de apertura de dicho centro vino a Venezuela el bisnieto de Gandhi.
Hay otras organizaciones que trabajan a favor de la convivencia pacífica, como la Catedra de la Paz de la UL, o Paz Activa, que hacen investigaciones sobre el tema. Existe también, desde hace poco, la Red de Reconciliación impulsada por la Compañía de Jesús. Por parte de Fe y Alegría, se trabaja en la formación de madres de sectores populares para que puedan promover la convivencia pacífica en su familia, en la escuela donde están sus hijos, en su comunidad, Madres promotoras de paz, se llama el proyecto.
Les invito pues, no sólo a recordar a Gandhi por estos días, sino también a buscar herramientas para resolver los conflictos por vías pacíficas, valorar la paz. Recordar también que el comportamiento violento es aprendido, y lo que se aprende se puede desaprender.
Y termino con otra frase de Gandhi: “para una persona no violenta, todo el mundo es su familia”, o sea, que somos hermanos, no solo los que están en tu casa. Venezuela necesita ciudadanos que se comparen fraternalmente. Las escuelas tenemos que enseñar la no violencia.