Por: Jaime Septiém
El próximo 6 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones intermedias en Estados Unidos. En ellas, los estadounidenses votarán para elegir a todos los miembros de la Cámara de Representantes, un total de 435 asientos, y a 35 miembros del Senado.
Esta elecciones son fundamentales para la presidencia de Donald Trump y el futuro del país norteamericano. Si los republicanos logran mantener el control de ambas cámaras, este resultado daría a Trump el respaldo necesario para continuar con su particular agenda.
En cambio, si los demócratas logran arrebatar el control de una o de ambas cámaras a los republicanos, la presidencia de Donald Trump encararía los dos últimos años de mandato y la batalla por la reelección desde una posición muy complicada.
En el centro de esta gran partida de ajedrez político se encuentra una fuerza capaz de inclinar la balanza a cualquier lado: el voto hispano-latino.
Una fuerza en ascenso
De acuerdo a un reciente análisis realizado por el Pew Research Center (PRC), el número de hispanos-latinos que pueden votar en Estados Unidos ha alcanzado un máximo histórico para este 2018.
En 1986 eran 7.5 millones los hispano-latinos que podían participar en las elecciones. Después de esa fecha, las estadísticas demuestran que el número de hispanos-latinos con derecho a voto en Estados Unidos ha crecido de forma constante año con año.
En 1994 superaron los diez millones. En 2010 superaron los veinte millones. Y, de acuerdo a este último análisis del PRC, se calcula que serán más de 29 millones los hispanos-latinos que podrán votar en las próximas elecciones intermedias del 6 de noviembre.
Gran parte de este crecimiento ha sido generado por hispanos-latinos nacidos en Estados Unidos y que han alcanzado la mayoría de edad. Desde 2014, han sido más de tres millones los hispanos-latinos que han cumplido 18 años. Otro factor importante han sido las naturalizaciones. De 2014 a 2017, 423.000 mexicanos recibieron la ciudadanía estadounidense.
El crecimiento del voto hispano-latino ha sido tal, que en algunos distritos electorales este grupo conforma más de tres cuartas partes del padrón. Es el caso del distrito 40 de California (80 por ciento), y los distritos 34 (79.3 por ciento), 16 (76.5 por ciento) y 15 (75.1 por ciento) de Texas.
En el distrito 20 de Texas, que cubre gran parte del área metropolitana de la ciudad de San Antonio, hay más de 357.000 votantes hispanos-latinos, el distrito con mayor número de votantes latinos de Estados Unidos.
Un gigante dormido
A pesar del enorme crecimiento de los hispanos-latinos con derecho a voto, su participación en elecciones intermedias ha sido discreta. En 1986, 38 por ciento de los votantes de este grupo votaron en las elecciones. Desde esa fecha, el porcentaje ha decrecido. En 2010 solo votaron el 31 por ciento de los hispanos-latinos con derecho a voto, y en las últimas elecciones intermedias solo lo hicieron el 26.9 por ciento.
Estos números contrastan con la participación de los votantes blancos y los afroamericanos. En 2014, 45.8 por ciento de los votantes blancos emitieron su voto, y el 40.6 por ciento de los afroamericanos hicieron lo propio.
En gran medida, estos número se deben a la bajísima participación de los jóvenes votantes hispano-latinos. En 2014, solo 16 por ciento de los jóvenes hispano-latinos con derecho a voto (edad entre 18 y 35 años) fueron a votar. En cambio, fueron a votar 36 por ciento de los hispanos-latinos con derecho a voto (mayores de 36 años).
El futuro está en manos de los jóvenes
Es muy importante resaltar que las elecciones intermedias, donde la administración Trump se juega mucho más de lo que se pensaría a principios del proceso electoral, dependen de que los jóvenes hispanos-latinos se den cuenta de la fuerza que tienen en sus manos.
Los números demuestran que si estos jóvenes se movilizan y acuden a la cita electoral, su voto será determinante para configurar la Cámara de Representantes y el Senado, y como consecuencia trazar el futuro de la potencia más importante del mundo.
El voto hispano-latino en Estados Unidos aún no deja sentir toda su potencia. Depende de los jóvenes. Este 6 de noviembre podría despertar. Hay muchas razones para hacerlo.
Fuente: es.aleteia.org