150 vecinos de Las Casitas, en La Vega, salen de sus viviendas en la madrugada para cantarle al Niño Jesús, en una novena guiada por los jesuitas que cumplió 25 años
La crisis no ha podido doblegar la fe de Juana Pastora Estrada. Esta mujer, de 76 años de edad, oriunda de Güiria, estado Sucre, tiene 25 años viviendo en el sector Las Casitas de la parroquia del oeste caraqueño La Vega y desde ahí ha visto crecer la tradición de la novena navideña de la Misa de Aguinaldo, un ritual católico en el que al menos 150 vecinos, guiados por los jesuitas, salen de sus residencias por la madrugada entre el 16 y el 24 de diciembre para cantarle al Niño Jesús.
Estrada festeja que la comunidad cristiana María Auxiliadora participe en esta actividad, a pesar de la pobreza del entorno, las carencias y también el riesgo de caminar por la zona en pleno amanecer: “Todo comenzó cuando el grupo de tambores Caribe de Itagua, integrado en ese entonces por muchachos, decidió acompañar a los jesuitas en la celebración de san Juan Bautista. Era precioso. Luego se involucraron con parrandas en las novenas de los nacimientos, así como en Semana Santa y en el mes de mayo para las celebraciones de la Virgen. Aquí respetan a la Iglesia y es tan así que nos metemos en los barrios a las 4:30 de la mañana y no nos cae ni coquito”.
Esa forma de relación fresca, cercana y fraterna entre la comunidad y la Iglesia viene construyéndose desde hace 50 años en toda La Vega por los miembros de la Compañía de Jesús.
Los jesuitas apuestan por el fortalecimiento del tejido social, a través de la vecindad y la amistad, para vencer la violencia y la agresividad y, de esa manera, superar juntos los problemas económicos que pueden hacer perder la esperanza, explica Alfredo Infante, sacerdote de esta organización religiosa desde hace 32 años.
“El Niño Jesús no vino a salvarnos desde el ‘afuera’. Jesús señala en el Evangelio: ‘Tu fe te ha salvado’ o ‘Viendo la fe que tenía’. Esto significa que él lo que hace es despertar la fuerza derramada por Dios en cada uno de nuestros corazones. Él nos anima, él viene a anunciar una buena noticia. ¿Cuál? Que Dios cuenta con nosotros para mejorar el mundo, que debemos fomentar el encuentro con el prójimo, la solidaridad y la unión. La Misa de Aguinaldos es un signo para recordar que no podemos dejar que esta situación nos venza, que tenemos que fortalecernos y sacar nuestra luz interior para salir hasta donde la gente teme llegar. Hacer eso ya es trascendente. Luego tenemos que entender que solo fortificando las comunidades, desde la fe, aportaremos al país. Es decir, en medio de esta noche oscura nos tenemos que encontrar con lo mejor de nosotros mismos. Esa será la luz. Eso es lo que necesita Venezuela. La salvación del país está en el aporte de todos. Entonces, en este sentido, la Iglesia no es un templo, sino que está en las calles. Aquí el único templo es el corazón del hombre y allí seguimos sembrando”, indicó Infante.
El sacerdote también aplaudió que esta tradición religiosa de la novena aporte identidad a la comunidad a través de su historia y que la celebración haya pasado de padres a hijos que quieren conservarla.
Las alcaldías del área metropolitana de Caracas, por su parte, también procuraron mantener las tradiciones navideñas a pesar de las dificultades económicas que pesan sobre cada municipio. En el caso de Baruta, esta gestión decoró toda la avenida principal de Las Mercedes, de punta a punta, con aros luminosos. El alcalde Gerardo Blyde explicó que dispusieron cerca de 200 adornos navideños en forma de aros en el trayecto de la avenida: “Toda la principal de Las Mercedes ha sido alumbrada de manera intensa este año con unos aros llenos de colores”.
Fuente: http://www.el-nacional.com/noticias/sociedad/parranda-oracion-continua-vega-pese-crisis_72455