Por Eduardo Matute Alfonso | @edmatute
El mundo ha cambiado en meses. La Pandemia del Covid-19 ha trastocado las relaciones humanas, la economía, la sanidad y hasta el medio ambiente. Todas las estructuras humanas han tenido que modificarse en lapsos muy cortos. La economía entró en una fase de cambios, mucho de ellos con implicaciones en el formato de los negocios.
Las cooperativas, como parte de ese engranaje, entraron en ese torbellino. El caso de España, obligó a su gobierno a declarar el estado de alarma desde el pasado mes de marzo, ante la situación sanitaria generada por la pandemia, en un caso sin precedentes en la actividad económica y en la vida de los ciudadanos. Tres meses después, la Confederación Empresarial Española de Empresas de la Economía Social presentó una compilación de las iniciativas realizadas por el cooperativismo español, en el “Informe de iniciativas y actuaciones de las empresas de economía social ante el Covid-19”, que puede analizarse en detalle en su sitio web: www.cepes.es.
En este contexto pandémico, al igual que en otros países y regiones, la solidaridad ha emergido desde muchas vertientes de la sociedad y de las empresas. En este complejo escenario, las empresas de la Economía Social española, se volcaron sin descanso tratando de garantizar un mínimo de bienestar para su entorno comunitario y para las familias de sus asociados.
La mayoría de estas empresas se encuentran ubicadas fundamentalmente en el sector agroalimentario, pesca, distribución, consumo, financiero, salud, electricidad, suministro de agua, atención a colectivos con discapacidad, personas sin techo y menores en situación de riesgo social o limpieza urbana entre otros.
Además de continuar con su operatividad, el informe recoge cómo muchas de ellas están donando grandes cantidades de alimentos cuyos destinatarios son instituciones benéficas, enfermos, personal sanitario y las comunidades sociales más castigadas por el coronavirus. También muchas de ellas están reforzando sus acciones de voluntariado.
En el informe también se destaca el importante papel de las empresas cooperativas dedicadas a la salud, atención a mayores, personas dependientes, grupos con discapacidad o en situación de vulnerabilidad y en exclusión, que no han cesado su actividad, pese a la complejidad de algunos momentos al no contar con los materiales de protección necesarios.
Un sector que está jugando un papel importante son las empresas cooperativas de limpieza y lavanderías, que suman a sus tareas habituales una especial desinfección de supermercados, hospitales y centros de trabajo para garantizar la seguridad de todas las personas.
En este escenario, incierto y complejo, las Cooperativas de Crédito, están jugando un papel importantísimo para dotar de liquidez a las empresas de Economía Social y diseñar en tiempo récord productos financieros específicos para paliar los efectos del coronavirus, con el objetivo final de ayudar a mantener la actividad y los empleos.
Por ellas, y por otras muchas que siguen activas, reinventándose y transformando su actividad y poniendo en marcha actuaciones con un gran nivel de compromiso, solidaridad e intercooperación, el informe cumple con el objetivo de presentar el mensaje de reconocimiento, de responsabilidad social, de solidaridad, de superación y del esfuerzo que este modelo empresarial cooperativo ha desempeñado en estos días de crisis e incertidumbre. Un modelo empresarial centrado en las personas.
El informe recoge información de grandes empresas, pymes o pequeñas empresas de todo el territorio y de diversidad de sectores económicos que, además de la solidaridad con la comunidad y con sus entornos, están reorientando y adaptando su producción para fabricar materiales y ropa de protección y asegurar el abastecimiento local o para ponerse al servicio de la sanidad española, transformando cadenas hoteleras en centros hospitalarios o cediendo instalaciones para albergar a colectivos en exclusión. El objetivo, ayudar y mantener la actividad y los empleos.
Los gestos de solidaridad, y de compromiso con el entorno son numerosos, desde poner a disposición de los Ayuntamientos la maquinaria para desinfectar las calles de numerosos pueblos, hasta movilizar voluntarios para distribuir comidas, atender a familias vulnerables o donar juguetes.
Igualmente importante es la capacidad de adaptación de muchas ellas para seguir ofreciendo sus servicios en esta situación de confinamiento. El #yomequedoencasa ha supuesto una extraordinaria reinvención de los productos y servicios online, así como del sector educativo focalizado en las cooperativas de enseñanza que están movilizando todos sus recursos para seguir con la actividad formativa por medios virtuales.
La inmediata respuesta frente a un cambio radical imprevisto, la rapidez en la recolección de información y la disposición de 415 empresas cooperativas de honrar sus principios y valores, es una clara demostración de la fortaleza de la organización del tejido socio económico del cooperativismo español.