Minerva Vitti*
Aunque los medios de comunicación masivos no suelen hacerle mucho caso al tema, la lucha de los indígenas por la demarcación de sus tierras, y por la jurisdicción propia para dirimir conflictos internos, sigue vigente y cada vez toma más cuerpo. Pese a que la entrega de tierras no supera el 13 % del total debido.
Una de las demarcaciones colectivas más importantes tramitadas por la Comisión Nacional de Demarcación fue la de los yekuana y sanema de el alto Caura.
En el año 2001 se terminó la autodemarcación (que duró tres años) y el proyecto entró en la fase oficial de demarcación… “El territorio autodemarcado contemplaba cuatro millones de hectáreas para 52 comunidades y fue aceptado en todas las etapas del proceso, con informe a favor de la Comisión Nacional de Demarcación y el visto bueno del Ministerio del Ambiente, pero fue negada en 2006 por el presidente de la República, Hugo Chávez, en consejo de ministros, argumentando que los pueblos indígenas no podían aspirar a una extensión de tierra tan elevada.
Sin embargo, la lucha de los pueblos yekuana y sanema por la titulación de sus territorios viene desde 1996 cuando crearon la Organización Kuyujani. Asdrúbal, un compañero de la comunidad de Las Pavas, nos dice: “Ya tenemos veinte años esperando la respuesta del Gobierno. Nosotros rechazamos el Arco Minero, deben darnos titularidad de nuestro territorio. Ya los indígenas no estamos chiquitos, hay leyes. Vamos a luchar con el título o sin el título, porque todavía sentimos que tenemos armonía y nos identificamos con nuestra identidad cultural”.
La tierra es fundamental para los pueblos indígenas. Allí se desarrollan sus modos de vida. La tierra es la columna vertebral de toda su cultura.
Para más información lea el reportaje: : Minería, sindicatos y Arco Minero del Orinoco, una combinación mortal para los indígenas de El Caura
*Periodista. Jefe de redacción de la revista SIC del Centro Gumilla