Por Victor Álvarez
Según el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) que calcula la AN, en septiembre la inflación mensual fue de 233,3%. La inflación acumulada a lo largo de 2018 llegó a 115.824 % y la interanual (Sep2018/Sep2017) sumó 488.865%. El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica 10.000.000% de inflación para 2019, sin ofrecer ninguna asesoría o colaboración para evitarlo.
Mientras los organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID) mantienen una actitud contemplativa y se limitan a proyectar nuevas caídas del PIB y el recrudecimiento de la hiperinflación, el gobierno chino envía a Venezuela una misión de expertos para asesorar al gobierno en la aplicación de las reformas económicas.
Han transcurrido 40 años después del inicio de la Reforma Económica China de 1978. Aquel enorme país subdesarrollado en el que millones de personas morían anualmente por hambruna, logró en apenas cuatro décadas transformarse en una indiscutible potencia económica mundial, liberando a más de 700 millones de chinos de la pobreza. Para lograr esta hazaña, China tuvo que romper con viejos dogmas ideológicos que la mantenían aislada del mundo y de las oportunidades que representan la complementación y cooperación entre diferentes economías. Sus impresionantes logros en tan poco tiempo le dan suficiente autoridad para asesorar a cualquier gobierno en materia de reformas económicas.
La reunión con la delegación china
El Ejecutivo Nacional realizó un Taller de Formación en el Área Económica con asesores del Centro de Investigación para el Desarrollo del Consejo de Estado de China (CIDCECH). Una de las intervenciones más difundidas por los medios de comunicación debido a las señales que dio sobre las áreas en las que el gobierno nacional necesita con urgencia más asesoría y orientación la formuló el Ministro de Agricultura, Wilmar Castro Soteldo, ex Vicepresidente del Área Económica, quien preguntó sobre “los mecanismos de control que el gobierno chino implementó al sector productivo para garantizar la eficiencia y la productividad de los distintos sectores en los que focalizaron el desarrollo”.
El director del CIDCECH, Yu Bin, respondió que “en China el 90% de las empresas son privadas. El gobierno no puede ejercer un buen control directo sobre todas ellas. La clave reside en que el gobierno puede implementar un sistema de incentivos para que las empresas privadas puedan elevar la productividad, mejorar la eficiencia y así pueden ganar más. Si las empresas privadas pueden trabajar con las políticas industriales del gobierno, el gobierno puede ofrecerles asistencia y subsidios necesarios. Así las empresas que necesitamos tanto, se pueden desarrollar con más rapidez”.
La respuesta del Director del CIDCECH al Ministro de Agricultura ofrece importantes datos sobre las reformas económicas que hacen falta. Las políticas públicas se justifican si corrigen los fallos de mercado que impiden un mayor bienestar social. Cualquier política que agrave un problema y degrade el óptimo social debe revisarse antes de que provoque mayores daños a la sociedad.
¿Cuáles son las medidas que hacen falta?
Una asesoría internacional permanente puede contribuir al logro de una visión compartida entre los funcionarios del gobierno venezolano y los gremios empresariales y laborales sobre las medidas que hacen falta para reactivar el aparato productivo, superar la escasez y abatir la hiperinflación. Estas medidas se deben concertar en tres dimensiones básicas de todo Programa de Reformas:
- Dimensión Macro-económica: acciones de políticas fiscal, monetaria, cambiaria y de precios.
- Dimensión Meso-económica: adecuación del marco legal e institucional y repotenciación de la infraestructura y servicios de apoyo a la producción.
- Dimensión Micro-económica: diseño y ejecución de las políticas sectoriales, con énfasis en las políticas agrícola, industrial y tecnológica.
El ajuste fiscal
En sus más recientes alocuciones, el Presidente de la República, Nicolás Maduro, ha hecho referencia a la importancia de corregir el déficit fiscal, ha planteado la meta de déficit fiscal cero y ha reconocido los efectos no deseados del financiamiento monetario del déficit de las empresas públicas.
Para lograr el equilibrio fiscal es necesario eliminar las exoneraciones innecesarias, reducir el gasto público superfluo -entre ellos el gasto militar-, ofrecer a la inversión privada nacional y extranjera las empresas que fueron estatizadas y terminaron quebradas por el burocratismo y la corrupción, eliminar los ruinosos subsidios como el de la gasolina, y sustituir los ineficientes subsidios indirectos a los bienes y servicios por subsidios directos a las familias pobres para que éstas puedan pagar el ajuste que luego se haría de las tarifas de electricidad, agua, gas, etc.
Para aumentar los ingresos el gobierno puede completar la unificación cambiaria y así generar más bolívares por cada petrodólar, internacionalizar el precio de la gasolina, reactivar el cobro de peajes, revisar los Acuerdos de Cooperación Energética, racionalizar arancel de aduanas y mejorar la recaudación de los diferentes impuestos. Para reducir los gastos hay que comenzar por reducir el gasto militar, sustituir los ineficientes subsidios indirectos por subsidios directos a los hogares pobres, sincerar la tarifas de servicios públicos, reprogramar ejecución y pago del componente en divisas de las obras contratadas, desestatizar y estimular inversión privada en las empresas expropiadas y paralizadas y mejorar la eficiencia del Presupuesto Público a través de una frontal lucha contra la corrupción.
El equilibrio monetario
El financiamiento monetario del déficit de Pdvsa, Corpoelec, Hidros, Metro y demás empresas públicas, significa inyectar a la circulación doméstica un torrente de dinero que no tiene su correspondiente respaldo en un aumento de la producción y, por lo tanto, atiza cada vez más la hiperinflación.
La solución a este problema está plasmada en el artículo 320 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) que plantea claramente que: “En el ejercicio de sus funciones, el BCV no estará subordinado a las directivas del Poder Ejecutivo y no podrá convalidar o financiar políticas fiscales deficitarias”: El cumplimiento de este mandato constitucional permitirá:
- Erradicar financiamiento monetario del déficit fiscal
- Restaurar la autonomía del BCV en la emisión de dinero y manejo de las reservas internacionales
- Retomar la Coordinación Macroeconómica.
- Corregir las distorsiones cambiarias
La libre convertibilidad de la moneda anunciada por el Gobierno implica la activación de un mercado de divisas privado con una tasa libre y flotante, lo cual finalmente puede llevar a la desaparición del mercado paralelo, altamente especulativo y distorsionante de la formación de precios y del funcionamiento de la economía.
Si el gobierno no frena la libre evolución de la tasa de cambio en el mercado privado, tal como ocurrió con Sicad I, Sicad II, Simadi y Dicom, la tasa libre y flotante se traducirá en un poderoso estímulo para aumentar la oferta de divisas y esto a la larga estabilizará la tasa de cambio. Así se podrá despejar la incertidumbre sobre la tasa de cambio futura, en función de atraer inversión extranjera, respaldar la competitividad de las exportaciones no petroleras, estimular el turismo internacional e, incluso, incentivar la repatriación de capitales y envío de remesas.
Reactivar el mecanismo de formación de precios
La política de control de precios agravó el problema que quiso resolver. La quiebra masiva de empresas en todos los sectores de la actividad económica redujo la densidad empresarial, lo cual propicia prácticas monopólicas y oligopólicas, toda vez que en mercados poco competitivos se tiende a cartelizar los precios.
El control de precios desencadena efectos contraproducentes porque no todos los productores tienen el mismo costo. Unos son muy competitivos y otros muy ineficientes. Cuando el precio máximo de venta al público (PMVP) se fija con base en los costos de los productores más competitivos, los productores ineficientes quedan fuera del mercado, y así se reduce el número de competidores. Los rígidos controles que se prolongan en el tiempo agravan las imperfecciones del mercado y propician la cartelización de los precios.
La experiencia china demuestra que el mejor control de precios es la competencia. En lugar de pretender controlar al 90 % de las empresas privadas, el gobierno chino estimula la inversión para que millares de empresas se disputen la preferencia del consumidor, ofreciéndole una creciente gama de productos de buena calidad y mejores precios, lo cual beneficia al trabajador.
La intervención del estado debe estar enfocada en estimular el buen funcionamiento de los mecanismos de mercado en la formación de precios, no en controlarlos. La Sundde no tiene capacidad para fijar y monitorear todos los precios.
Medidas en la Dimensión Meso-económica
Según el Banco Mundial, Venezuela es la economía con mayor cantidad de trámites y obstáculos para el emprendimiento productivo. En su último informe Doing Bussines, difundido el 31 de octubre de 2018, y en el cual se evalúa una serie de condiciones para la inversión productiva en 190 países, sólo hay dos lugares peores que Venezuela para hacer negocios: Eritrea y Somalia. Por su parte, el Índice de Estado de Derecho coloca a Venezuela en el último lugar entre los 102 países que fueron estudiados. Y por si fuera poco, el Reporte de Competitividad Global indica que Venezuela tiene el peor marco institucional entre 144 países. Y sin un marco legal ni entorno institucional que garantice la seguridad jurídica, el respeto a los derechos de propiedad y, sobre esta base, estimulen y protejan la inversión, no se podrán superar los problemas de escasez, especulación e hiperinflación.
La Dimensión Meso-Económica del Programa de Reformas se refiere a las medidas y decisiones para adecuar el marco legal e institucional y repotenciar la infraestructura y servicios de apoyo a la producción. Esto pasa por fortalecer el entorno institucional a través de un marco legal claro y estable que ofrezca seguridad jurídica, respeto a los derechos de propiedad y garantías a las inversiones e instituciones sólidas y transparentes que erradiquen la discrecionalidad y arbitrariedad del burocratismo y la corrupción.
Medidas en la Dimensión Micro-económica
Para reactivar la producción y superar la escasez son claves las políticas sectoriales, particularmente las políticas agrícola, industrial, comercial, tecnológica y de competitividad. Como el producto más caro es el que no se consigue, hay que comenzar por una política de reactivación agrícola e industrial que ayude a generar una creciente oferta de los productos que son imprescindibles para satisfacer las necesidades básicas y esenciales de la vida cotidiana y de la producción.
La Dimensión Micro-económica del Programa de Reformas se refiere al diseño y ejecución de políticas sectoriales para aumentar la producción. Estas deben contemplar Incentivos arancelarios, fiscales, financieros, cambiarios, compras gubernamentales, suministro de insumos básicos, fortalecimiento de capacidades tecnológicas e innovativas, capacitación de la fuerza de trabajo, asistencia técnica, promoción de exportaciones y repotenciación de la infraestructura y servicios de apoyo a la producción.
Fuente: http://www.finanzasdigital.com