Por Emmanuel A. Rodríguez O., S.J.*
Kenny Medina es abogado egresado de la Universidad Central de Venezuela, con estudios de Maestría en Gerencia Pública en el IESA. Desde el año 2014 ha dedicado su trayectoria profesional al trabajo en la sociedad civil, especializándose en el análisis y diseño de políticas públicas orientadas a la prevención del VIH. Su compromiso con la defensa de los derechos humanos y la salud pública lo llevó a integrarse formalmente al equipo de la organización Acción Solidaria en 2023, donde actualmente coordina procesos de planificación estratégica y análisis de entorno, con un fuerte énfasis en el acceso a la salud y la reducción del estigma asociado al VIH.
Como activista abiertamente gay de la comunidad LGBTIQ+, Kenny Medina se ha convertido en una voz clave en el debate público sobre la discriminación, la inclusión y la salud sexual integral en Venezuela. En esta entrevista, reflexiona con claridad y sensibilidad sobre los retos que enfrentan las personas seropositivas en el país, la responsabilidad del Estado en el acceso a tratamientos, el papel de la Iglesia en la humanización del discurso, y la necesidad urgente de hablar sobre sexualidad, lenguaje y derechos desde la empatía y la verdad. Conozcamos su historia.
-ER: Me gustaría que me dijeras quién eres, qué haces, conocer un poco de tu historia personal.
–KM: Yo he estado trabajando en la sociedad civil, más o menos desde el 2014 es decir, desde que me gradué de derecho en la Universidad Central de Venezuela. Comencé a transitar este camino inicialmente con temas de elementos técnicos para desarrollar políticas públicas en salud. Luego estudié la Maestría de Gerencia Pública en el IESA y mi trabajo de investigación estaba enfocado fundamentalmente en el análisis de políticas públicas que impactaran para la prevención del VIH. Allí nació mi interés por el tema del VIH.
Conozco a Feliciano Reyna más o menos desde esta fecha también, trabajamos en temas de investigación sobre Derechos Humanos, apoyaba como un agente externo a la organización Acción Solidaria, pero ya desde el 2023 soy parte del equipo fundamentalmente con temas de planificación estratégicas y análisis de entorno de toda la organización. Acción Solidaria ha tenido un impacto importante en la distribución de medicamentos e insumos médicos de forma gratuita en diferentes estados del país y el impacto que ha tenido en términos de salud ha sido significativo.
Los objetivos de la organización están enfocados a la prevención del VIH. Acción Solidaria nació el 5 de noviembre de 1995, específicamente para dar respuesta frente a la ausencia de políticas públicas frente al VIH en el país. Acción Solidaria fue creciendo paulatinamente hasta el 2019 que se expande. También da respuesta en lo que tiene que ver con el acompañamiento a personas seropositivas. La cercanía que tengo con la comunidad LGBTQ tiene que ver con que soy abiertamente gay.
El tema del VIH es un tema importantísimo, que no se puede desatender, y que capaz ha dejado de estar en el debate público, en la opinión pública. El país ha tenido altos y bajos en este tema. Hay un déficit en políticas públicas que tienen que ver con la prevención, es decir, con el acceso a la información, que la gente entienda que el VIH no significa una sentencia de muerte. Si eres una persona seropositiva, puedes vivir tranquilamente muchísimos años.
ER: ¿Qué has encontrado en este acompañamiento que haces con personas seropositivas?
KM: Hay un tema, o sea, los retos, y aquí lo empato con los restos que tiene la comunidad LGBTIQ+ y las personas que viven con VIH, porque fundamentalmente uno de los retos que se ha propuesto la comunidad, o que nos hemos propuesto, es combatir la discriminación, la violencia persistente y el acceso a la salud o la concientización, la educación de estos elementos.
Y esto tiene que ver mucho con el VIH, porque al final una persona seropositiva es vulnerable frente a estos elementos que estoy mencionando, es decir, cuando una persona llega a la organización y sale con un examen positivo, cae todo un mundo y de inmediato tiene un impacto fundamental en la persona y aunque no haya sucedido un elemento de discriminación en el momento en que pisa la puerta, ya eso precondiciona toda su forma de ver el mundo, porque sabe que a eso se va a enfrentar.
Nosotros hemos apoyado a muchas personas en el tema de que han sido discriminadas en su espacio de trabajo o en una entrevista de trabajo, que les exigen hacerse una prueba de VIH o acceder a ciertos espacios. Sabemos de primera mano lo que puede significar ese resultado. No se entiende que una persona con VIH puede tener una relación normal con una persona que no viva con VIH y puedan amarse. Pueden tener relaciones sexuales si la persona es indetectable, está haciendo su tratamiento y está bajo control, pueden vivir plenamente.
Vamos al terreno del acceso a la salud. Si nuestro personal de salud no tiene precisamente esta educación y esta concientización también es parte de esa estructura de discriminación. Lo conversaba con unos amigos odontólogos que los quiero muchísimo, pero me mencionaban que “es un deber de un paciente decirle que es seropositivo”. Y yo le decía, “no, no está obligado de decírtelo”. Me decía: “yo necesito saberlo porque tengo que tomar las previsiones”. Y le decía: “si la persona no lo sabe, no te lo puede comunicar y aun así tú deberías tener todo el protocolo. Esa persona está sabiendo que puede ser estigmatizada y que a lo mejor tu actitud va a cambiar en el momento en que tú sepas que tiene VIH”.
Este es uno de los retos, esto tiene que debatirse, y creo que en Venezuela han disminuido estos espacios de debate. Yo felicito a otras organizaciones, incluso organizaciones hermanas como Once Trece que junto a Acción Solidaria hemos hecho esfuerzos importantes por concientizar en estos temas e incluir a actores fundamentales, como los gremios de la salud.
-ER: Sí, he visto lo que hacen algunos activistas diciendo que “indetectable es igual a intransmisible”, pero es una cuestión que la sociedad todavía no cree, es decir, como que le tiene mucho miedo al VIH y al sida. Entonces, ¿qué acciones hace Acción Solidaria en este sentido de la educación a la sociedad, más allá de la educación de las personas que van en búsqueda de un apoyo en su organización?
KM: Fundamentalmente tenemos dos iniciativas una que estamos iniciando ahorita que es con una pequeña campaña que se llama “Tú tienes la clave”, que quiere decir que tú tienes el poder para, primero, prevenir la situación, pero también para vivir una sexualidad saludable. Nosotros no creemos que la restricción del sexo sea la alternativa viable, aunque dentro del protocolo es una de las alternativas, pero entendemos que la dinámica del ser humano nos lleva a expresarnos también de forma sexual. Entonces tenemos esta pequeña campaña que probablemente en los próximos meses tome un poquito más de fuerza y, segundo, nosotros tenemos un centro de información, las personas pueden llamar a nuestros números y consultar o solicitar información sobre el tema del VIH. Tenemos este call center, que nosotros llamamos centro de información, porque puede surgir una situación de emergencia donde una persona cree que alguna situación puede representar un riesgo, como, por ejemplo, que una persona se haya besado con alguien, que luego le confiesa que es seropositiva. Si no entiende el tema, pues probablemente se va a ver en una situación en la que se va a sentir abrumado o abrumada y capaz quiera profundizar más en el tema. Nosotros estamos allí para ofrecer esa información.
Nosotros ofrecemos el despistaje de pruebas de VIH, son pruebas rápidas. El resultado dura aproximadamente entre 20 y 30 minutos, pero nuestro sistema de atención con las pruebas no es un sistema común en el que la persona acude y se hace la prueba. La persona acude primero y recibe una asesoría, es decir, conversamos con ella, tiene un asesor que está única y exclusivamente dedicado a esa persona en un espacio seguro donde puede explicarles más o menos cuáles son las inquietudes. Nuestro objetivo no es que simplemente se hagan la prueba, sino que, indistintamente del resultado, la persona sepa que puede tener una vida sexual saludable y segura, pero que entienda cuáles son las herramientas.
Uno de los retos fundamentales iniciales es que como sociedad entendamos que debemos debatir esto y que debemos hablarlo y además hablarlo de forma muy transparente, porque esa es la única forma en que vamos a poder entendernos y poder dar herramientas para poder tener una vida saludable, expresarnos con libertad y desenvolver nuestra personalidad y saber cómo cuidarnos en ese marco. Fundamentalmente esas tres grandes herramientas o iniciativas son las que estamos llevando adelante.
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ER: Después de que la persona se hace esta prueba, ¿en qué se basa este acompañamiento, hay psicólogos, hay otro tipo de profesionales que pueden apoyarla?
-KM: Si la persona es seropositiva, entra en un proceso de acompañamiento mucho más complejo. Tiene acompañamiento de una trabajadora social y de una psicóloga, fundamentalmente tenemos ambos profesionales dedicados a este espacio y todo un espacio de trabajo que tiene que ver con las pruebas más complejas que digan el estatus de su diagnóstico.
Como sabes, en Venezuela el responsable de la provisión de los retrovirales es el Estado, es decir, nosotros lo que apoyamos es a la inserción de la persona en el sistema público, nosotros no entregamos retrovirales, eso no es la labor ni de la sociedad civil ni de nuestra organización y de otras organizaciones, pero apoyamos en ese proceso, a guiar a la persona, porque lo que puede pasar es que la persona puede alejarse de este camino y ese no es el objetivo.
Lo que queremos es que las personas se inserten en el sistema, que accedan al tratamiento y que cumplan con las indicaciones para llegar a, precisamente a lo que tú comentabas al inicio, ser indetectable y por tanto intransmisible. Esto también es una forma de prevención.
-ER: Ahora yendo a otro tema, ¿qué avances o qué retrocesos has visto en cuanto a la Iglesia Católica en relación con personas seropositivas?
-KM: Creo es que con la gestión del Papa Francisco tuvimos la oportunidad de que muchos sectores de la comunidad LGBTIQ+ se sintieran escuchados. Hubo un espacio importante, unos pasos importantes. Como católico me sentía así. Tuve la oportunidad de estar recientemente en Roma, en diciembre, y escuchar la bendición del Papa Francisco y de verdad a mí me conmovió muchísimo, específicamente la bendición del 25 de diciembre, el Papa Francisco además con mucha dificultad porque ya estaba desmejorado y él retomaba el mandamiento, la premisa de Jesús: “ámense unos a los otros como a sí mismo”, pero además la validaba con otra premisa, que también planteaba Jesús, que era: “ámense como yo los he amado”.
Es como decir: “bueno, si no te amas a ti mismo, si hay duda de eso, entonces ama al otro como yo te he amado”. Deja muy claro el camino. No hay medias tintas en esos términos y cuando el Papa rescataba ese planteamiento entendí que esta es la base que nos permite entrar a todos. Y del otro lado, le hablaría también a la comunidad LGBTIQ+, y es que, si nosotros nos decimos diversos, eso implica también una diversidad religiosa o una perspectiva religiosa o entender y ser comprensivos, porque capaz también existen algunos sectores de la comunidad que pueden ser un poco reacios y duros. El mensaje es para ambos sectores. Tenemos que trabajar en conjunto para poder entendernos y además abordar estos temas como el VIH.
Yo estoy hablando de la gestión de Francisco, y creo que hay mucha expectativa con respecto a León XIV. Creo que seguirá la visión de Francisco y retornará a otros planteamientos. Lo que he logrado leer es que él ha retomado algunos temas más tradicionales, o sea, como que ha dado un viraje. Y ojo, esto es una opinión mía, no hablo en representación de la organización, ni de la comunidad, ni de nada.
Creo que es válido que el Papa, de alguna forma, intente hablar a distintos actores a la vez y capaz, él está tratando de mediar, de crear algunos puentes, de buscar ser escuchado por todos los actores y entiende que hay unos actores conservadores y tradicionales con los cuales él también tiene que entrar en diálogo. Tengo amigos que no lo ven así, que creen que él va a dar un viraje hacia lo tradicional, hacia las visiones más conservadoras y que capaz se va a olvidar de todos estos planteamientos de Francisco, porque, además, la percepción es que el mundo está girando a eso, es como esa sensación de que estamos yendo hacia atrás. ¿Cómo afecta esto al tema del VIH y a la comunidad y a las personas que viven con VIH? Al final la Iglesia Católica tiene muchísima influencia, sobre todo en nuestra región.
Hace unas semanas llegué de Lara y estaba en comunidades muy vulnerables y los actores fundamentales eran cercanos a la Iglesia Católica, o sea, había sacerdotes, religiosas, organizaciones en la sociedad civil que trabajan de la mano con sacerdotes y religiosas. Y la comunidad se siente a gusto entendiendo que hay organizaciones en la sociedad civil que atienden temas de la comunidad LGBTIQ+, pero también sabiendo que está un actor representante de la Iglesia Católica con amplitud, con inclusión.
Si la Iglesia Católica es abierta a que debatamos, a que discutamos vivir con VIH y que eso no es una condena y no es una condena desde punto de vista de salud, desde el punto de vista social, pero que tampoco es una condena desde el punto de vista religioso, seremos una mejor sociedad. El discurso de la Iglesia Católica en estos temas puede significar la diferencia entre ser receptivos, entre disminuir la discriminación y el estigma e incrementarla o dar pasos que retrocedan y que todo sea peor.
-ER: Era un poco lo que le pasaba a Francisco también cuando decía algo hacia un sector en específico, aunque era una persona abierta al diálogo y a los puentes como tú lo has dicho.
-KM: Sí, hay que esperar a ver cuál es el programa del Papa León. Es muy prematuro juzgarlo. Creo que hay que darle un tiempo. He indagado que es un hombre que tuvo ciertas responsabilidades importantes dentro de la Iglesia Católica. Entonces diría que si el Papa Francisco le endosó esas responsabilidades, en esos momentos, algo bueno debe tener. Confío en la capacidad de Francisco de haber visto algo que era relevante en él, en su liderazgo.
Creo que las cosas hay que verlas con la complejidad que amerita y con la diversidad que amerita, es decir, no todo es blanco y negro, o sea, siempre hay muchos matices para llegar al negro y muchos matices para llegar al blanco.
-ER: Vamos ahora a Venezuela en este mismo sentido de la Iglesia de cara a la comunidad, a la población LGBTIQ+ y a las personas con VIH, ¿cuál es tu opinión al respecto?
–KM: Creo que no estamos dando el debate, o sea, creo que como sociedad no nos estamos abriendo a la posibilidad de discutir estos temas, fundamentalmente en dos grandes bloques: en lo que significa el reconocimiento de derechos y eso puede tener alguna relación con la criminalización de algunas actitudes o de algunas acciones. En el mundo militar se puede ver, por ejemplo. En nuestro ejército los hombres no pueden expresar que son gays. En ese ámbito de reconocimiento de derecho tampoco, como sociedad, hemos avanzado mucho, es decir, nosotros no hemos dado la discusión formal, al menos en los espacios que se esperaría, sobre el matrimonio igualitario, la adopción homoparental. Tenemos muchos problemas, pero no podemos dejar de lado estos temas.
La otra dimensión a la que me quiero referir es el aspecto social que capaz no hemos comprendido. Ese proceso de concientización, lo importante que significa eso, se banaliza diciendo, y estoy siendo muy coloquial, que lo que quieren es tener libertinaje, poder hacer dónde sea, cuándo sea, cómo sea lo que se quiere. Y diría que capaz existan personas que sí, como todo, pero ese no es el centro del debate. El centro del debate para mí es el reconocimiento de los derechos porque al final tiene impacto en vidas y significa la diferencia entre vivir bien o no, o no vivir incluso, porque está el VIH, pero ni siquiera solo el VIH, está el VPH, la sífilis, la gonorrea y una diversidad de infecciones de transmisión sexual que también desmejoran la vida la calidad de vida.
Y todo esto pasa por un tema de concientización de que hablemos qué representa el sexo en nuestras vidas como seres humanos y como sociedad no queremos dar ese debate. Y eso no significa solo echarle la culpa al Estado, aquí hay actores sociales, que también son reactivos frente a esto actores políticos. Probablemente la Iglesia no es precisamente el espacio que deba tener la iniciativa, porque ella está abocada a otros temas.
Pero lo que sí creo es que actores de la comunidad LGBTIQ+ tengan que acercarse a la Iglesia y buscar la forma de generar estos debates en estos espacios. Sé que hay sacerdotes, no puedo mencionarlos, que son abiertos a estos temas y que tienen una feligresía que son parte de la comunidad y que ayudan en sus Iglesias, en sus parroquias, que participan de las actividades eclesiásticas y que son abiertamente homosexuales, bisexuales, transexuales, y que lo hacen con mucho cariño y con mucho amor, porque creen en Dios y porque creen en la Iglesia Católica. Y son bien recibidos en sus comunidades. Lo viví en Lara con actores de la sociedad civil que son defensores de derechos de la comunidad, que son defensores de derechos de personas que viven con VIH y que trabajan de la mano con actores de la Iglesia y trabajan súper bien, o sea, funciona. Tienen un impacto tangible en la vida de las personas y sobre todo en sectores vulnerables. Aguas arriba no hay interconexión y por eso no se ve, pero aguas abajo lo hay, lo hay en todo el país. La gente está muy comprometida a hacer mucho.
-ER: Bueno, ya para ir cerrando, me gustaría conversar un poco sobre la Revista SIC. La revista tiene un tono propositivo que justamente busca tender puentes de diálogo entre personas con el objetivo de proponer acciones. ¿Cuáles crees tú que pueden ser algunas de esas acciones que proponga la revista en cuanto a estos debates que tú estás mencionando?
-KM: Capaz voy a hablar más de las experiencias que hemos tenido nosotros que creo que han sido puntos de éxito. En esos espacios surge la innovación. Lo que he visto, lo que he vivido en la ejecución de estos proyectos de cara a las comunidades más vulnerables es que el hablar sobre una vida sexual saludable, sobre las ITS, sobre el VIH, sobre todo a los jóvenes, es un punto de interés importantísimo y cuando esto está validado o por lo menos apoyado o es secundado por actores de la comunidad, líderes de Consejos Comunales, sacerdotes, religiosas, profesores, directores de escuela líderes sociales, esto se potencia y tiene un impacto que es evitar la transmisión de infecciones de transmisión sexual y fundamentalmente del VIH.
Actualmente, nosotros estábamos revisando algunos números que estamos manejando con las pruebas de VDRL y estamos un poquito preocupados porque recientemente se ha ido incrementando, al menos en nuestras pruebas, porque debo ser muy responsable al mencionar estos números. Entonces cuando haces el contraste de toda esta iniciativa de prevención, con el seguimiento de pruebas, te das cuenta de que si hay un impacto o por lo menos si hay un nivel de conciencia. Mi propuesta es que sea una iniciativa más de la sociedad civil, que sea transversal a todos los actores y eso incluye también a sectores privados. Tenemos que debatir sobre la educación sexual integral, sobre la ITS y debatir sobre el VIH en todos los espacios. Incluso en el sector privado, en las empresas, se puede vivir el rechazo, o sea, la unidad de Recursos Humanos de una empresa nos consultaba a nosotros lo siguiente: “Mira tengo una persona que vive con VIH, ¿qué debo hacer?, ¿cómo la debo tratar?” Lo que a nosotros nos preocupaba es que la consulta no era guiada por la pregunta ¿cómo puedo mejorar su calidad de vida en el espacio de trabajo?, sino que la pregunta iba más dirigida en cómo puedo prevenir que contagie. Y uso esta palabra porque quiero traerla también al debate y creo que también una de las propuestas debe ser que abramos la discusión sobre el lenguaje.
El lenguaje tiene que ver mucho con la estigmatización y con la discriminación, y es que justamente, por lo menos nosotros en Acción Solidaria, no usamos la palabra contagio. Nosotros hablamos de transmisiones. O sea, hay un proceso de transmisión, se transmite el VIH, no se contagia, porque hablar de contagio puede significar ese estigma de que estás enfermo, de que estás condenado y la verdad es que no. Hay una transición, estabas en una situación A y ahora estás en una situación B, pero puedes vivir bien, siempre y cuando guardes tu tratamiento y seas responsable con tu vida sexual. Puedes tener una vida plena, vivir nuevamente el amor, tener tu pareja, ser feliz, desarrollarte, desenvolverte a plenitud.
Sin querer creo que llegué a dos iniciativas, la primera el espacio del debate, creo que es importante que haya concientización a los niveles más pequeños de las localidades, que se discuta en las mesas de los hogares. Hace años lo viví en Falcón, en Coro. Entré a una casa, estaba haciendo un trabajo social, y una familia me comentaba que todos vivían con VIH, mamá, papá, hijos, hermanos. El tema era que había un nivel de desinformación importante y probablemente eso es lo que llevó a esa situación. Entonces tiene que llegar la información allí, a la mesa, al comedor de cada uno de los hogares. Es un trabajo de hormiguita, y el segundo, el tema del lenguaje, cómo tratarnos, cómo referirnos al otro, cómo entender las relaciones sociales, cómo manejar estos temas sin caer en la ofensa, en la estigmatización, en la discriminación.
-ER: ¿Quieres comentar o agregar otro asunto que sientas que sea importante?
-KM: Creo que, aunque podemos discutir todo el tema de la comunidad LGBTIQ+ como un tema autónomo con unas propuestas y con un pliego de demandas autónomas, no puedo dejar el VIH de lado. Además, tiene un rasgo histórico distintivo y es que en los finales de los 60 viene el boom de todo el tema de la lucha por la comunidad, fundamentalmente con el hito del 28 de junio de 1969, pero es en los años 80 cuando se toma conciencia de lo que significa debatir estos temas en condición de igualdad. Sin el VIH no hubiésemos podido lograr poner en el número uno el debate de los derechos de la comunidad. Parece paradójico, y no quiero sonar como que estoy justificando la existencia del VIH, pero cuando estudias y lees la historia te das cuenta de que no se hubiese logrado ese salto, si no hubiese sucedido todo lo que sucedió con el VIH, que llevó al mundo a decir “Hey, ¿qué está pasando?, vamos a detenernos, vamos a tratar de entender qué es lo que está sucediendo.
Hay una dimensión social enorme que además es fundamental para dos cosas: para la prevención y para la respuesta y creo que eso tenemos que tenerlo claro todos, y cuando me refiero a todos es a los activistas de VIH y activistas de la comunidad LGBTIQ+ que a veces dan por sentado que ya este tema está superado, queda de lado y entonces no vamos a seguir adelante con el libre desenvolvimiento como máxima expresión de la lucha, o sea, como primera demanda de la lucha que tiene sentido, pero no puede estar al margen de entender que el VIH sigue siendo una parte muy importante del debate y sigue siéndolo sobre todo en las comunidades más vulnerables del mundo, fundamentalmente en África, América Latina y Asia, o sea, estamos dando por sentado, que ya hay una solución y la verdad es que no, es mucho más complejo que eso.
-ER: Bueno, Kenny, muchas gracias por este rato de conversación.
-KM: Quisiera darte las gracias por este espacio, creo que es importantísimo. Yo he tenido la oportunidad de debatir mis planteamientos sobre estos temas en espacios de la sociedad civil, pero capaz sean más cerrados, o sea, nos estamos hablando hacia adentro. Quiero agradecerte por la oportunidad, capaz mis planteamientos no sean los más populares, pero apuesto que que va a tocar a algunas personas por allí y va a generar algún debate interesante. Espero que haya sido ameno el debate también para ti.
* Jesuita en formación; Bachiller en Filosofía (ITER-UCAB); Licenciado en Psicología (UNIMET); Cursante de la Especialización en Psicología Clínica Comunitaria (UCAB); Magister Scientiarum en Psicología Social (UCV).