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Edificio Centro Valores, local 2, Esquina de la Luneta, Caracas, Venezuela.

Juventud y diáspora como ventana de oportunidad

sabado05_Francisco Guasco_EFE

Por Aracelis Tortolero

En la investigación referida1 se aplicaron entrevistas en profundidad a 13 jóvenes activistas venezolanos, de ambos sexos, que emigraron en el 2015, ahora radicados en Colombia, Perú, Ecuador y Chile.

Para colocar en contexto, se acota que Venezuela no había sido un país expulsor significativo de migrantes en toda su historia republicana. Así las cosas, una mayoría de los que han salido del país en la última década, son pioneros en sus grupos familiares y aún entre sus amistades. En consecuencia, al emigrar no cuentan con un capital social migratorio robusto, entendido éste como “la cantidad de recursos disponibles que tienen las personas a través de sus interacciones sociales” (Vaquerizo, 2019, p. 188)2.

Al respecto, la teoría del capital social plantea que en la medida en que hay procesos migratorios de larga data, los que emigran se encuentran con una red de relaciones que le facilitan el camino haciéndolo menos penoso. De ahí el interés en destacar aspectos relativos a la asociatividad en jóvenes migrantes venezolanos, que contaban en su haber con experiencias previas participativas sociales y políticas en Venezuela, ya que al poseer tales experiencias, les fue menos difícil: “obtener beneficios en forma de flujos de solidaridad, capacidad de defensa de intereses y derechos, obtención de información (la cual [es]… determinante para la capacidad de decisión y actuación del individuo)” (Coleman como se citó en Miguel, 2009 p. 180)3 así como, la posibilidad de ayudar a otros migrantes incluidos los connacionales.

Pero veamos qué dicen las voces de los jóvenes a través de un resumen de los hallazgos de la investigación antes mencionada, específicamente: ¿En qué participan? ¿Cuáles son sus motivaciones y sus fortalezas?

De los relatos se extrae el alto interés que tienen en el activismo orientado fundamentalmente a los asuntos de ayuda humanitaria y de derechos humanos. Es el caso de DV, una joven muy involucrada en temas relacionados con los derechos humanos. DV antes de partir, en Venezuela ya trabajaba en una ONG dedicada a la defensa de los derechos humanos, de manera que, al emigrar, contaba con alguna experiencia en el área. Actualmente, labora en el área de migración en una organización no gubernamental internacional, que de acuerdo a lo expresado por ella trata “temas de integración, pero más que todo enfocado en discriminación y xenofobia” (DV, mujer, entrevista 03).

También está JD quien ha prestado trabajo voluntario en su área profesional:

Yo participé por un tiempo en varias de estas organizaciones apoyándolos. En especial en la parte comunicacional, indicando cómo tenían que informar a los venezolanos, cómo tenían que informar a la gente (…) todo eso es voluntario (JD, hombre, entrevista 09).

Por su parte AM conformó, junto con otras personas, un grupo dirigido al apoyo de migrantes en lo fundamental “porque sabíamos que podíamos dar un grano de arena en ese sentido” (AM, hombre, entrevista 07).

Están quienes tienen una participación más ligada a un activismo social con la idea de intermediar para la obtención de recursos ante otras instancias públicas o de la sociedad civil. Ese es el caso de CD quien estuvo en la directiva; y aún sigue como miembro voluntario, en una asociación de venezolanos en el país donde se encuentra:

Mi trabajo fue más relacionado con la gestión de actividades (…) En la Asociación lo que hacemos es gestionarla y tratar de organizar las distintas redes de asociaciones de venezolanos que ya están mucho más estables acá y que están interesados en ayudar (CD, hombre, entrevista 05).

Igualmente, una entrevistada narra su inclinación hacia activismo digital como medio de información y de contactos a través de las redes sociales, en lo que se conoce hoy día como e-Activismo:

En los últimos dos años, nos hemos posicionado, a los que nos llaman “influencers”, quienes tenemos cuentas de redes sociales y nos dedicamos a informar a la comunidad (…) busco representar los derechos de la sociedad migrante, ya sean venezolanos, nigerianos, bolivianos, sin distinción (BJ, mujer, entrevista 10).

Finalmente, otro de los jóvenes cuenta sobre sobre su participación centrada en un activismo político de denuncia:

Actualmente yo hago solamente activismo político. Yo estoy acá con (…) una asociación que se dedica a difundir ideas del libre mercado, del capitalismo del liberalismo en general y, entonces, ahí yo hago videos, hago artículos (…) tomo como referencia Venezuela y voy explicando cómo acá se puede ir repitiendo lo que nos pasó a nosotros (AV, hombre, entrevista 13).

Sobre la motivación para el activismo por parte de los entrevistados aunque hay diversas apreciaciones, sobresalen las que se refieren a algún tipo de valor como principal estímulo, con especial interés altruista en la defensa de los derechos humanos, para ayudar a un colectivo específico en condiciones de vulnerabilidad:

Mi propósito (…) es visibilizar que (…) no importa que seas un migrante, refugiado. Tú sigues teniendo derechos y los derechos no están limitados. Esa es mi visión. La gente tiene que comprender que no es agradecer. Es un derecho y tienes que exigirlo (AR, mujer, entrevista 06).

Juventus y diáspora como ventana de oportunidad
Crédito: Hugo Lodoño/Flickr

De manera que, al concurrir a esos espacios participativos, aprecian que están contribuyendo no solamente con otros conterráneos, sino también a generar ese tejido social capaz de ayudar con el fortalecimiento de la identidad y pertenencia en un escenario que se percibe extraño, el cual puede llegar a ser hostil. Que los ayude, incluso a ellos mismos, a sobrellevar o superar el duelo migratorio e integrarse, porque esos espacios participativos son ámbitos transnacionales que facilitan “la acogida psicológica, (…) la sociabilidad, el intercambio de experiencias y [de] disponer de referentes de integración” (Morell; Molina et.al., como se citó en Bolívar, 2013, p.12)4.

Un último aspecto tiene que ver con la identificación de varias facetas que se pueden desarrollar y mejorar en aras de crear espacios transnacionales de relación más sólidos entre los asentados en el exterior y de estos con Venezuela y los venezolanos que permanecen en el país.

Resaltan, por un lado, el compromiso de estos jóvenes para colaborar y ayudar, en iniciativas relacionadas con el tema migratorio de los venezolanos y por el otro la formación universitaria alcanzada por la mayoría de ellos. La conjunción de estos dos factores, podría contribuir al fortalecimiento, la consolidación y expansión de las corrientes asociacionistas en la diáspora venezolana, con un potencial de vocación y creatividad para las lides participativas, de lo que son una pequeña muestra los jóvenes del estudio. Así lo dice una de sus voces:

… hoy en día no se puede negar que hay un talento bien importante en la diáspora (…) Entonces bueno, también nuestra idea es como ir sumando a ciertas voces para que poco a poco vayan como construyendo desde el área que ellos puedan ¿no? (SA, mujer, entrevista 01).

Otra fortaleza detectada es la facilidad de conexión y alcance que se tiene con las redes sociales a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Tal como es expresada por uno de ellos: “El uso de las redes para conseguir ayuda, para visibilizar un caso, me parece que es genial (…) algo tan sencillo, que es tan solo publicar en tu red de apoyo, lo que necesitas” (AR, mujer, entrevista 06). En tal sentido, las redes sociales permitirían aumentar la frecuencia de los contactos en la distancia y, que la información fluya más rápidamente y llegue a más personas en menor tiempo, lo que seguramente contribuirá a aumentar y fortalecer el capital social de los migrantes.

Las fortalezas encontradas son elementos que apuntan hacia la factibilidad de consolidar y expandir mecanismos de participación y asociación de la diáspora con el país y sus connacionales, con proyectos dirigidos a la defensa de sus derechos y la generación de oportunidades que muestren el potencial que esta diáspora puede significar, tanto para los países receptores como para Venezuela. Es en esos espacios en donde puede jugar un rol preponderante organizaciones como la Fundación Centro Gumilla, con gran experiencia en la investigación y en el acompañamiento e incidencia en pro de los jóvenes.

Para finalizar el sueño de unos de los entrevistados, es que cuando el país se recupere, esas instancias creadas para la participación y asociación generen “oportunidades de negocio, de inversión entre venezolanos que están aquí para que inviertan allá en Venezuela si su plan no es regresar” (CD, hombre, entrevista 05).

Eso esperamos.


Notas:

  1. La investigación referida es: “Juventud y diáspora como ventana de oportunidad. Venezuela 2020-2021”, proyecto adscrito a la Fundación Centro Gumilla bajo la dirección de la Dra. Claudia Peña y que fue desarrollada por la Dra. Aracelis Tortolero, autora de este artículo. El trabajo de campo, vía virtual, se desarrolló a mediados del primer semestre del año 2021.
  2. Vaquerizo, E. (2019). La construcción de identidad cultural de los migrantes mexicanos en los Estados Unidos a partir de comunidades virtuales. [Memoria doctoral, Universidad Complutense]. Disponible en: eprints.ucm.es
  3. Miguel, C. (2009). El capital social de las personas inmigrantes en el municipio de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Cuadernos de Trabajo Social 167 Vol. 22 (2009): 167-200. Disponible en: www.researchgate.net
  4. Bolívar, M. (2013). Redes asociativas, inmigración y participación. Una aproximación empírica a los vínculos entre capital social y participación asociativa. REDES-Revista hispana para el análisis de redes sociales. Vol. 24, N°1. Disponible en: revistes.uab.cat

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