Jesús María Aguirre s.j.
Ha sido proverbial la fama intelectual de los jesuitas, pero no es tan conocida la faceta de sus actividades en el campo de la comunicación social moderna. Con motivo de los 100 años de los jesuitas en Venezuela (1916-2016), he tratado de sintetizar el periplo y las actividades más sobresalientes en un apostolado, que no era común en el mundo eclesial y religioso. Las reservas morales de la Iglesia católica respecto a unos medios de comunicación, considerados banales y hasta pecaminosos, impidieron que los sacerdotes y, en general religiosos, entraran abiertamente a trabajar en los medios. Así, desde un acercamiento más como censores que promotores, se pasó la frontera para situarse de una manera más positiva y proactiva. No en vano de la visión pasada de la encíclica “Vigilanti Cura”, que alertaba sobre los peligros de los medios, se pasó a su exaltación en el Concilio Vaticano II con el Decreto “Inter Mirifica”. Esta crónica de los avatares de los jesuitas de Venezuela en comunicación, en cooperación con otros profesionales, es también reflejo del “abismo entre fe y cultura”, que destacó en más de una oportunidad el Papa Pablo VI, y que los miembros de la Compañía han tratado de superar. Acceda al artículo a través del enlace a la Revista TEMAS DE COMUNICACIÓN, N° 33, donde se halla el artículo.
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