Scroll Top
Edificio Centro Valores, local 2, Esquina de la Luneta, Caracas, Venezuela.

Inteligencia artificial y sabiduría

inteligencia-artificial-sabiduria

La Santa Sede publicó recientemente el documento “Antiqua et nova”, lo antiguo y lo nuevo, sobre la Inteligencia Artificial. Empieza aclarando que la Inteligencia Artificial es un instrumento, realiza tareas, pero no piensa. Es una “máquina “ que permanece confinada a la esfera lógico-matemática. No tiene capacidad intuitiva ni creativa. Es incapaz de discernimiento moral ni de determinar qué es verdadero y bello, más allá de cualquier utilidad particular. En definitiva, carece de todo lo que es  profundamente humano. Si bien la Inteligencia Artificial no tiene responsabilidad moral, sí la tienen los que la diseñan y utilizan. Por ello, si es bien cierto que puede ser de gran ayuda en campos como la medicina , la instrucción o la realización de tareas rutinarias, es importante que quienes toman decisiones basadas en la IA, respeten y promuevan la dignidad humana y el bien común. Sobre estos criterios se debe evaluar la legitimidad o no de la Inteligencia  Artificial. Por ejemplo, el  documento invita a utilizarla no para sustituir progresivamente el trabajo humano -lo que crearía nuevas formas de marginación y desigualdad social-, sino como herramienta para mejorar la atención y enriquecer los servicios y la calidad de las relaciones humanas. Y también como ayuda para comprender hechos complejos y guía en la búsqueda de la verdad.

No al control social

También debemos impedir que la Inteligencia Artificial se utilice como forma de explotación o para restringir la libertad de las personas, para beneficiar a unos pocos a costa de la mayoría, o como forma de control social, reduciendo a las personas a un conjunto de datos. Y es inaceptable que, en el ámbito bélico, se confíe a una máquina la decisión de acabar con vidas humanas. Lamentablemente, observamos cada día las terribles consecuencias de su uso inapropiado en los actuales  conflictos bélicos

El último apartado del documento La verdadera sabiduría, me parece realmente profundo y esclarecedor. Por ello, voy a concluir citándolo ampliamente:

“Hoy, la vasta extensión del conocimiento es accesible en formas que habrían maravillado a las generaciones pasadas; sin embargo, para impedir que los avances de la ciencia sigan siendo humana y espiritualmente estériles, hay que ir más allá de la mera acumulación de datos y aspirar a la verdadera sabiduría.  Esta sabiduría es el don que más necesita la humanidad para abordar los profundos interrogantes y desafíos éticos que plantea la IA: Sólo dotándonos de una mirada espiritual, sólo recuperando una sabiduría del corazón, podremos leer e interpretar la novedad de nuestro tiempo. Esta sabiduría del corazón es esa virtud que nos permite entrelazar el todo y las partes, las decisiones y sus consecuencias. La humanidad no puede esperar esta sabiduría de las máquinas, en cuanto ella se deja encontrar por quien la busca y se deja ver por quien la ama; se anticipa a quien la desea y va en busca de quien es digno de ella.

Siempre la gracia del Espíritu Santo

En un mundo marcado por la IA, necesitamos la gracia del Espíritu Santo, que permite ver las cosas con los ojos de Dios, comprender los vínculos, las situaciones, los acontecimientos y descubrir su sentido. Porque lo que mide la perfección de las personas es su grado de caridad, no la cantidad de datos y conocimientos que acumulen. El modo como se utilice la IA para incluir a los últimos, es decir, a los hermanos y las hermanas más débiles y necesitados, es la medida que revela nuestra humanidad. Esta sabiduría puede iluminar y guiar un uso de dicha tecnología centrado en el ser humano, que como tal puede ayudar a promover el bien común, a cuidar de la «casa común», a avanzar en la búsqueda de la verdad, apoyar el desarrollo humano integral, favorecer la solidaridad y la fraternidad humana, para luego conducir a la humanidad a su fin último: la comunión feliz y plena con Dios-

En la perspectiva de la sabiduría, los creyentes podrán actuar como agentes responsables capaces de utilizar esta tecnología para promover una visión auténtica de la persona humana y de la sociedad,  a partir de una comprensión del progreso tecnológico como parte del plan de Dios para la creación: una actividad que la humanidad está llamada a ordenar hacia el Misterio Pascual de Jesucristo, en la constante búsqueda de la Verdad y del Bien”.

Entradas relacionadas
Subscribe
Notify of
guest
0 Comentarios
Oldest
Newest Most Voted
Inline Feedbacks
Ver todos los comentarios
0
Me encantaría saber tu opinión, por favor comenta.x
()
x
Nuestros Grupos