Una vez presentado el Informe Anual de Derechos Humanos, la Organización Provea recibió críticas públicas de los ministros de Salud e Interior y Justicia. Al parecer los datos ofrecidos en materias de seguridad y salud generaron grandes molestias en la administración públicas y sus responsables, lejos de revisar los informes para evaluar las responsabilidades y retos para sus instituciones, dedicaron parte de sus declaraciones ante medios para atacar a la ONG.
El ministro de Interior y Justicia, Tarek El Aissami, no dudó en concatenar el ataque contra el presidente Bush en Irak con una respuesta a Provea: “Por ahí salió un informe de PROVEA, que a los ojos de nuestro pueblo es una ridiculez. Merece que en el momento que lo presentaron caerle a zapatazos también, por mentirosos y embusteros”. El ministro olvidó que las cifras de asesinatos en Cárceles venezolanas (más de 900 muertes en los años 2007 y 2008) son cifras que maneja su propio ministerio.
Por su parte, el ministro de Salud, Jesús Mantilla, mostró su molestia porque el informe porque el Capítulo sobre el Derecho a la Salud presentado por Provea, y advirtió que la cantidad de médicos en el servicio Barrio Adentro había disminuido para este periodo, lo que reduce la cobertura y el acceso a este programa de salud comunitario que beneficia a las mayorías excluidas del país. Además mostró su ignorancia sobre los orígenes y la actuación histórica de esta ONG con 20 años de trabajo en el país, al interpelar su actuación durante “El Caracazo” de 1989, cuando justamente esa fecha significó una de sus primeras actuaciones públicas de exigencia ante el Estado (con el Gobierno de aquel entonces) de justicia y garantías en los derechos humanos. A estos señalamientos del ministro Mantilla, Provea contestó que las estadísticas y cifras presentadas en su informe corresponden en su mayoría a cifras oficiales otorgadas por fuentes gubernamentales.
Otro personaje público que atacó la labor de Provea fue el periodista Eleazar Díaz Rangel, director del diario Últimas Noticias, quien aprovechó su columna de opinión dominguera en el diario de mayor circulació del país para escribir: “… uno tiene que dudar de las cifras que dio Provea sobre homicidios, y cada vez que presente un informe habrá que verlo con lupa. En lo sucesivo, dudaremos de sus informes en tanto no sea su propósito informar la verdad sino sesgar los hechos por intereses políticos o de otro orden. Deberían recordar algo que se atribuye a Cicerón: que al embustero no se le da crédito ni siquiera cuando dice la verdad”.
Al igual que con los ministros de Gobierno, y tomando en cuenta la relevancia del periodista, la directiva de Provea respondió con una carta dirigida al director de Últimas Noticias para pedir un derecho a réplica en el que le expresaron que: “En el caso de la Información sobre Barrio Adentro que usted considera falsa, se exponen, sin asumirse como verdaderas, los datos de tres fuentes (dos de ellas afines al proyecto de gobierno): una investigación académica, el Comité Nacional de Solidaridad con Cuba y Frente Médico Nacional Bolivariano. Las tres, al igual que los testimonios que hemos recogido en nuestro trabajo de campo en zonas populares urbanas, coinciden en la disminución del número de médicos cubanos en Venezuela. Si utilizamos esas fuentes es porque no existe información oficial rigurosa y permanente sobre el tema, lo que constituye un obstáculo al proyecto constitucional de construcción de una democracia participativa y protagónica”.
Así las cosas, el Informe seguirá en debate nacional y con las instituciones del Estados cuyos responsables deseen ver evaluada su gestión en temas sensibles para la población. ¿Leerán los ministros más allá de los titulares? ¿Pasaremos de la política de micrófonos a las acciones en políticas públicas que vayan en beneficio de la ciudadanía? Esperemos que el Informe Provea de 2009, y el seguimiento riguroso previo de la poca información que ofrece el Estado sobre su gestión, nos vayan hablando de estos avances y estancamientos.