Carlos Patiño*
En días recientes, Gina Parody, Ex Directora General del Servicio Nacional de Aprendizaje de Colombia (Sena), ente homólogo del Inces venezolano, escribió un artículo publicado en el diario El Tiempo titulado “El camino para la igualdad y la paz”.
En él, Parody, quien es abogada con maestría en administración pública por la Universidad de Harvard y pasó a ser la Ministra de Educación de Colombia, señala: “quienes conocen de educación en conexión con el mundo laboral saben que ser técnico o tecnólogo no es menos importante que ser profesional. En países como Alemania la formación para el trabajo ha sido la verdadera clave del desarrollo. Más del 60 % de los egresados de bachillerato en el país europeo salen del colegio rumbo al sistema de formación dual, que les permite aprender diferentes oficios. (…) Gracias a este sistema, Alemania es el país con el índice de desempleo juvenil más bajo de la Unión Europea”.
Prosigue explicando que “los estudiantes valoran este tipo de formación y saben que tiene sentido empezar aprendiendo un oficio que puede abrirles las puertas al mundo laboral. Ahí es donde el SENA juega un papel fundamental. Por eso, el SENA está avanzando en el camino hacia la excelencia con un presupuesto fortalecido de 2,7 billones de pesos, con más inversión en infraestructura y tecnología, pero, sobre todo, con excelencia docente”.
El reto, continúa diciendo, “es hacer del Sena la mejor entidad de formación para el trabajo de América Latina en los próximos 5 años. Acabar con el estigma que oculta el verdadero valor de técnicos y tecnólogos. Estamos en deuda de impulsarlos para evitar que se pierdan oportunidades de trabajo y de desarrollo económico. Con más jóvenes en el mundo del trabajo no solo seguiremos dando la batalla contra el desempleo juvenil, sino construyendo la paz que se logra con igualdad de oportunidades, con educación y empleo”.
En Colombia se avanza en el fortalecimiento, reimpulso y valoración del SENA como instrumento para el desarrollo sustentable, la educación, el empleo digno, e incluso como herramienta “para la paz y la igualdad” del vecino país; tanto, que al ser designado su nuevo Presidente, Alfonso Prada, el Presidente Santos le recalcó la responsabilidad de dirigir “la joya de la corona”. Mientras tanto en Venezuela hemos tomado la senda opuesta.
El saliente Presidente del Instituto Nacional de Educación Socialista (INCES), Luis Berrizbeitia, comunicador y filósofo que destaca por su manifiesta amistad con el Vicepresidente de la República Jorge Arreaza, en abril de 2013 inició “el desmantelamiento metodológico e ideológico del Inces.”
El Instituto Nacional de Cooperación Educativa INCE, fundado el 22 de agosto de 1959 por iniciativa del Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa, con el fin de promover la formación profesional de los trabajadores venezolanos, el desarrollo de programas dedicados a la juventud desocupada y el aprendizaje de los jóvenes aprendices, ha formado en sus aulas y talleres a más de 6 millones de venezolanos en oficios calificados.
En mayo del año 2008 se reformó su ley, cambiando de nombre a INCES, Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista, modificando su objetivo para la ejecución de programas educativos “adaptados a las exigencias del modelo de desarrollo socioproductivo socialista bolivariano”. Amparado bajo esta normativa, hace un año y medio se eliminaron los cursos de formación profesional, los programas y las salidas ocupacionales para la clase trabajadora del país, y se sustituyeron de forma abrupta por “Proyectos Integrales” para el desarrollo de las Comunas bajo la falsa premisa de no seguir formando “mano de obra barata para el capitalismo.”
La atención exclusiva del desarrollo comunal ha desatendido a la clase trabajadora venezolana y a la juventud desocupada, contradicción inexplicable considerando los retos del gobierno ante la coyuntura política actual, aunado a la urgencia de elevar la producción y el desarrollo sustentable de los sectores económicos, sociales y culturales. Recordemos que la economía comunal representa apenas el 1% del PIB nacional.
La eliminación improvisada de los “Cursos”, estando aún lejos de consolidarse la metodología por “Proyectos”, ha ocasionado consecuencias negativas para la institución, y por ende, para el país. El nuevo modelo destaca por un alto contenido filosófico que por radical y etéreo, torpedea la autocrítica y la realidad de los escasos resultados obtenidos en la práctica. La continua descalificación de experiencias históricas y exitosas de los 55 años del Inces, incluyendo el nacimiento, impulso e impacto de las misiones sociales, demuestra desconocimiento y sectarismo.
Caminos transitados por el Inces se vienen aplicando e incluso descubriendo en otros países con resultados exitosos. Resalta Gina Parody que además de Alemania, en países como Suiza, Finlandia, Corea y Singapur tiene alto prestigio la formación en oficios.
También existen casos como las secundarias técnicas y gratuitas de Brooklin, Estados Unidos, financiadas por el gobierno y los empresarios donde los aprendices salen con un empleo remunerado de aproximadamente 40.000$ al año. O el ejemplo de México, donde se impulsó el turismo en la Rivera Maya formando a la juventud desocupada directamente en los hoteles. En contravía, el Inces venezolano desaparece sus programas equivalentes.
Bajo el esquema actual, el Inces ha desatendido a la juventud desocupada, sector clave para contribuir con la lucha contra el desempleo, el flagelo de la droga, el embarazo precoz y la delincuencia juvenil, a través de su formación en oficios calificados. El cambio curricular desestima la programación; la misma se construye in situ ¿Cómo se actualiza? ¿Cómo se avanza tecnológicamente? ¿Cómo se exige la “construcción de saberes” a privados de libertad o a personas con discapacidad?
A esto se suma una realidad laboral interna que no es más que el reflejo de lo que se concreta hacia afuera: incumplimientos de Convención Colectiva, condiciones de trabajo precarias, acoso laboral y político, además de la desmejora de derechos tan fundamentales y urgentes como los servicios de salud para sus trabajadores. Los maestros del Inces ni siquiera gozan de estabilidad laboral.
En fecha 17 de septiembre de 2014 se anunció el cambio de Presidente del Inces. Según encuesta realizada por el Sindicato Nacional de Trabajadores del Inces SINTRAINCES entre el 29 de septiembre y el 13 de octubre, aplicada a 1.811 trabajadores en 23 Estados del país, el 96% calificó de negativa la gestión de Luis Berrizbeitia y un 88% rechazó la eliminación de los cursos.
El nuevo Presidente, Wuikelman Ángel Paredes, de trayectoria laboralista, tiene una oportunidad de oro para enderezar el rumbo del Instituto y detener la caída libre de la antes llamada Universidad del Pueblo. ¡Salvemos al Inces!
*Abogado Especialista en Derecho Laboral. Presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores del Inces SINTRAINCES. Director de Derechos Humanos Alianza Sindical Independiente (ASI). Miembro de la Asamblea de Provea.