Por Cristiano Morsolin
Necesidad de actualizar y renovar la Doctrina Social de la Iglesia.
El Prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el cardenal Michael Czerny, intervino el 21 de abril en la inauguración del “III Congreso Latinoamericano del Pensamiento Social de la Iglesia” en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) en Bogotá. En esta iniciativa, que se llevó a cabo del 21 al 23 de abril, participaron obispos, agentes pastorales y expertos en la pastoral social de la región.
El cardenal Czerny dedicó su ponencia a la necesidad de actualizar y renovar la Doctrina Social de la Iglesia. Junto al cardenal Oscar Madariaga, el cardenal Czerny hizo un llamado al mundo político porque “hay necesidad de reformular la idea misma de progreso y de crecimiento económico, interpelando al mundo político para que se oriente hacia opciones que garanticen una mayor protección del bien común”.
En su intervención, destacó la importancia para toda la Iglesia Católica de la V Conferencia General del CELAM en Aparecida (llevado a cabo en 2007), ya que el documento de Aparecida “es la referencia fundamental de la Exhortación Apostólica del Papa Francisco Evangelii Gaudium”.
De este modo, señaló que el trabajo realizado por el Consejo Episcopal Latinoamericano es “una gran riqueza para toda la Iglesia” porque muchos de los desafíos planteados por Aparecida “siguen siendo vigentes”, entre ellos, la globalización, las migraciones, el recrudecimiento del racismo, la intensificación de la violencia social, la precariedad de la vivienda, el aumento de la pobreza y el cuidado de la creación.
Luego, el cardenal Czerny abordó varios aspectos relevantes relacionados al actual proceso sinodal al que está convocado todo el pueblo de Dios, como es el compromiso para que toda la pastoral sea planteada en clave misionera, la inculturación y la protección de la casa común ante la grave crisis ecológica.
El cardenal Czerny subrayó que:
En muchas partes del mundo, las Iglesias locales siguen enfrentándose a los efectos y a las consecuencias de una evangelización concebida y aplicada en términos de una colonización cultural. Debemos trabajar más intensamente para que el proceso de descolonización no sea sólo un superar y curar las heridas del pasado, sino también un promover y apoyar la recuperación y la clarificación de una identidad que a menudo ha seguido resistiendo en la sombra, clandestinamente, hibridando costumbres y tradiciones.
Debemos vigilar las nuevas formas de colonización ideológica, porque sería un grave error y un empobrecimiento para todos, permitir que la globalización de los mercados impusiera una uniformidad de pensamiento y de estilos de vida. La sinodalidad es aliada de la inculturación de la fe, porque realza precisamente las diferencias y armoniza las identidades. Una Iglesia sinodal es, con la imagen delpoliedro, una unidad plural.
Lo que sigue es una cita aparte, son dos diferentes, por favor colocarlas en bloque y formato de cita separadas, así una venga detrás de la otra
Enseñar y difundir la Doctrina Social pertenece de modo esencial al mensaje cristiano: no se trata de una acción marginal, que se añade en segundo lugar, (…) sino que se sitúa en el corazón mismo del anuncio evangélico. (…) La referencia a la ciudadanía me parece particularmente importante, porque es en este contexto en el que los valores evangélicos deben entrar en diálogo con los diversos aspectos y actores del tejido social, político, cultural y religioso. [Es allí donde] el fiel laico está llamado a actuar en el ámbito de las realidades temporales, es una responsabilidad que corresponde al laicado en nombre de toda la Iglesia, esto significa que deben poder expresarse con creatividad, ejerciendo en conciencia recta una libertad que, de entrada, no debe ser ni coaccionada ni preceptuada” y también ha agregado que “Si en el pasado, la sospecha de una infiltración ideológico-marxista ha pesado en la praxis de las Iglesias latinoamericanas, esto no debe disuadirnos a la hora de dar lugar, en la acción pastoral, a una atención preferencial por los pobres y de confesar que «está implícita en la fe cristológica (EG 198).
Según indica un comunicado publicado en el sitio web del CELAM, durante el Congreso se compartieron 50 experiencias que ayudaron a reflexionar “sobre las interpelaciones que la realidad le hace a la Doctrina Social de la Iglesia”, considerando la riqueza de 150 participantes presenciales y de 800 participantes virtuales, coordinados por todo el equipo del Celam, donde se ha destacado el acompañamiento de Oscar Elizalde Prada, Director del Centro para la Comunicación del CELAM, y Consultor del Dicasterio para la Comunicación de la Santa Sede.
El comunicado final también afirma que:
El clamor de la tierra, el grito de los pobres y el vía crucis de los migrantes fueron ejes vertebradores de la escucha y el discernimiento. Y junto a ellos se abrió el diálogo y el
llamado al compromiso sobre realidades vinculadas a la crisis educativa, a la necesidad de nuevos modelos económicos, a los liderazgos políticos, al incremento de la violencia, al ejercicio de la democracia, a la defensa de los derechos humanos, a la violencia y construcción de la paz, a buscar respuestas a los retos sociales y éticos a las secuelas de la pandemia, entre otros. Renovamos la opción por ser una Iglesia profética y samaritana que logra mediar aportando sus convicciones siendo, a la vez, fermento de transformación de las situaciones de muerte en condiciones de vida.
Fuente:
Este extracto se ha obtenido del artículo originalmente publicado en: https://www.religiondigital.org/america/Cardenal-Czerny_0_2558144166.html