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Edificio Centro Valores, local 2, Esquina de la Luneta, Caracas, Venezuela.

Ha llegado la hora del gas natural

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Antero Alvarado

Con la actual reestructuración de alianzas en el mundo, debido al contexto actual tan inestable, no podemos dejar a un lado a Latinoamérica y mucho menos a los países hermanos. Con la llegada de Petro al poder en Colombia muchas inquietudes vuelven a surgir, sin embargo, pareciera que la constante es: ¿Qué sucederá ahora con Venezuela?

Sin duda alguna, geopolíticamente la relación entre ambos países es un arma de doble filo, pues a nivel de recursos o commodities se complementan bastante bien, una compatibilidad que ni el río Arauca puede dividir. Compartir el Mar Caribe y la bendición equidistante americana les permite a los dos países posicionarse como una fuerza comercial en la región. Ahora, como en todo gran negocio a punto de emprender, el riesgo inicial es considerable, pero le hace frente una recompensa jugosa que valdría la pena aspirar.

El venezolano y su relación con el gas natural

Para la población venezolana hablar de gas natural no es habitual. La mayoría de los usuarios en Venezuela conocen de gas, pero lo relacionan exclusivamente a “la bombona de gas”. Esto debido a que 89 % de los hogares venezolanos cocinan con gas propano, mejor conocido como el gas de “la bombona”.

Cuando hablamos de gas natural por gasoducto, estamos hablando de gas metano en estado gaseoso transportado vía gasoductos que están construidos bajo tierra y a altas presiones. Se cree que apenas un 7 % de los hogares venezolanos cocinan con “gas directo”, es decir, con gas natural. Algunas zonas de Caracas tienen acceso a dicho servicio. En Maracaibo, por ejemplo, la red de gas directo es la más antigua y, sin embargo, es donde hay más fugas. Eso se traduce en que los grandes consumidores de gas son la petroquímica y el sector industrial en el mercado interno.

Todas estas razones pueden explicar nuestra falta de conocimiento sobre el tema: nunca hemos visto el gas. Aunado a esto, son pocos los profesionales y empresarios que están en este negocio. Esto como consecuencia de que el gas siempre fue visto como un subproducto del petróleo; lo que es el aserrín en las carpinterías…

Contexto energético binacional: la gasolina

Venezuela y Colombia han tenido históricamente una frontera muy dinámica, eso aplica en ámbitos políticos, económicos y también energéticos.

En este contexto, el contrabando de combustible siempre ha sido una realidad. Históricamente el combustible venezolano era el que se vendía en Colombia, debido al insignificante precio de la gasolina en Venezuela. Hoy en día el flujo se ha revertido, y es gasolina colombiana la que se vende acá en el país, lo cual ocurre por un factor determinante: la indisponibilidad del combustible en zonas fronterizas del territorio venezolano. Para ilustrar mejor esta situación veamos cómo ha sido el comportamiento del consumo de combustible en los estados Zulia y Táchira.

Para el año 2013, el promedio anual de consumo en los estados Táchira y Zulia era de 16 y 47 mil barriles por día (kbd), respectivamente. Hoy en día sus consumos son de 3,5 kbd y 7 kbd, una disminución de 78 % en Táchira y de 85 % en Zulia, estado que llegó al mínimo histórico de 4 kbd en 2011.

Con la posible apertura de la frontera, estos estados podrán gozar de una mayor disponibilidad de combustible. Y, aunque del lado venezolano se mantiene un déficit importante a pesar de tratarse de una población menor de personas y vehículos, lo ideal sería que los estados fronterizos acuerden la unificación de los precios de la gasolina para evitar la proliferación del contrabando entre ambos territorios.

Esta realidad también se aplica para el gas licuado del petróleo (GLP) y el diésel, puesto que una frontera abierta también sugiere que el país que tenga el combustible “más barato” tendrá mayor demanda.

Actualmente, dado el contexto de las sanciones, no creo posible que haya exportación de combustibles de Venezuela a Colombia de manera oficial, o empresas colombianas que vendan combustibles a Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Sin embargo, es posible que Pdvsa otorgue permisos a privados venezolanos para importación de combustibles, tanto para transporte aéreo como terrestre.

Situación de Venezuela (2007–2015)

La relación energética con Colombia no se limita solo al tema de la gasolina, también está el tema del gas natural.

En el año 2007 entra en funcionamiento un gasoducto binacional entre Venezuela y Colombia. A la inauguración asistieron Hugo Chávez y Álvaro Uribe Vélez, presidentes de Venezuela y Colombia, respectivamente. Aquella foto emblemática (tomados de la mano) quedará para la historia como un recordatorio de que, a pesar de las diferencias políticas, el bien común puede prevalecer. En la práctica, nunca se interrumpió el suministro de gas hacia Venezuela por razones políticas.

Ha llegado la hora del gas natural
Crédito: AFP

Este gasoducto binacional lo bautizan con el nombre del “héroe de San Mateo”, Antonio Ricaurte, prócer colombiano de la independencia que batalló junto al Ejército libertador. Dicho proyecto fue financiado por Pdvsa, ya que la decisión de construirlo se estaba demorando más de lo previsto y los socios del lado colombiano estaban poco interesados en los hierros, puesto que ellos pondrían el gas.

¿Por qué se importa gas de Colombia?

En conversaciones recientes con quien fuera gerente de gas de Pdvsa occidente antes del 2003, me contaba que por esa época ya se vislumbraba que el occidente de Venezuela necesitaría gas para su consumo tanto en el sector petrolero como en su mercado interno, puesto que entraría en déficit.

Dicha importación ocurrió con la promesa de que Venezuela exportara gas a Colombia en una segunda fase y fue así que se tomó la decisión final de inversión. El contrato binacional sería manejado por Ecopetrol y Chevron Colombia y del lado venezolano solo Pdvsa. En la segunda fase, efectivamente, donde Venezuela sería el exportador, solo entraría en juego Pdvsa y Ecopetrol.

Aunado a esto, en el año 2009 entran en funcionamiento algunas de las unidades de Termozulia, una nueva planta que funcionaría con gas natural desplazando grandes volúmenes de diesel. Vale destacar que el gas natural es más limpio y barato que los combustibles líquidos como el diésel.

En esta primera fase Ecopetrol y Chevron tenían un campo de gas en la Guajira colombiana y de ahí vino el gas que alimentó por más de siete años a la ciudad de Maracaibo. El contrato originalmente sería hasta 2012, sin embargo, Pdvsa pidió extenderlo hasta 2014 y luego hasta 2015. En julio de 2015 se detiene la importación de gas de Colombia. Por el contrato, Pdvsa debía ahora revertir el flujo de gas hacia Colombia, pero Pdvsa no estaba en capacidad de hacerlo debido a problemas en infraestructura, calidad, y porque políticamente las relaciones con Colombia estaban deterioradas.

Del lado colombiano había disposición de recibir el gas, pero eso significaba que alguien en Colombia tenía que disminuir producción para que el gas de Venezuela pudiera competir en el mercado del vecino país. Sin embargo, en el 2016, con la llegada del fenómeno meteorológico de “El Niño” se disparó la demanda de gas en Colombia y, aunque efectivamente se le pidió gas a Pdvsa, no se pudo concretar nada.

¿Puede Venezuela exportar gas a Colombia hoy?

Por ahora no se vislumbran negocios petroleros entre ambas naciones producto del peso de las sanciones americanas impuestas a Pdvsa. Sin embargo, en materia de gas natural, la legislación venezolana permite 100 % de participación privada en proyectos específicos. Dicha realidad permitiría que actores privados pudieran comprarle directamente a licencias privadas de gas en Venezuela y exportarlo a Colombia.

Algunos expertos aseguran que Colombia tiene autoabastecimiento asegurado para los próximos siete años, pero de ahí en adelante deberá compensar esa caída de producción nacional con gas importado, teniendo como opciones la vía GNL o vía gasoducto.

Aquí se derrumba un primer mito, el cual asegura que “Colombia tiene fuentes alternas de suministro”. Honestamente, el ejercicio de comparar a Colombia con Alemania y a Venezuela con Rusia –en términos de suministro de gas– es absurdo. El gran reto del gas de Venezuela es procurar una infraestructura nacional que permita hacer frente a la creciente demanda interna y la exportación directa de excedentes. Por otra parte, existen varios cuellos de botella en el sistema de gas de occidente que dificultan la cobertura de grandes volúmenes de gas a Colombia. Tal es el caso del Gasoducto Ulé-Amuay, que conecta la región de Paraguaná con Cabimas. Entendemos que se han hecho trabajos, pero toca esperar todavía que los 200 km esten operativos para que ese gasoducto se conecte con la estación de Ulé-Amuay y luego con la estación Bajo Grande, en Maracaibo, donde inicia el gasoducto binacional.

Conclusiones finales

La gran fortaleza de Venezuela es poseer abundantes reservas de gas natural, aunado a esto existe un gasoducto binacional legado de la bonanza petrolera. Sin embargo, como se explicó anteriormente, ese gasoducto requiere mantenimientos y reparaciones menores –pero urgentes– para reiniciar operaciones.

Colombia está interesada en la llegada del gas de Venezuela, pero quiere transparencia. No han existido relaciones comerciales en el ámbito energético por muchos años, pero puede ser una gran oportunidad para las empresas colombianas.

El precio del gas de Venezuela es una gran fortaleza, la capacidad de poder entrar al mercado con precios bajos es solo posible en Venezuela donde los productores privados venezolanos han tenido que vender su gas en bolívares a Pdvsa Gas con muchos altibajos. Cualquier ocasión de vender gas en mercados extranjeros es una gran oportunidad.

El hecho de que en la exportación de gas no entre Pdvsa, permitirá que los privados asuman el control de un negocio históricamente monopolizado por la empresa estatal. Se puede decir que, de tener contratos entre Estados, tendremos contratos entre privados. Algo similar ocurrió en Bolivia y Brasil con el caso de Petrobras.

Muchos economistas estiman que la balanza comercial con Colombia puede ser más ventajosa para empresarios colombianos, sin embargo, el potencial del gas natural de Venezuela es muy grande. Quizás por fin ha llegado la hora del gas natural.

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