Hacia el final de una guerra fratricida que ha durado 52 años
Héctor Alfonso Torres Rojas
Las FARC se hicieron públicas en el año de 1964.
En los 52 años, hubo tres mesas de diálogo y negociación: dos fallidas y una exitosa:
- Bajo el Gobierno de Belisario Betancourt (1984), cuando nació la Unión Patriótica, como expresión política de las FARC.
- Bajo el Gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002), “El Despeje del Caguán”, cuando el fundador de las FARC, Manuel Marulanda, llamado “Tirofijo”, no llegó al Parque Central de San Vicente del Caguán, el 7 de enero de 1999, para encontrarse con el Presidente e iniciar los diálogos. A pesar de la ausencia de Marulanda, continuó el proceso, que dio lugar a la liberación de 42.000 kms2, en los departamentos del Meta y Caquetá. 5 municipios quedaron bajo el control de las FARC, durante tres años.
- El actual proceso, en La Habana, Cuba, bajo mandato de Juan Manuel Santos. El jueves 23 de junio se firmó el cese definitivo de la guerra. Pero no se trata del Acuerdo final, todavía. Posiblemente la firma definitiva se dará en un par de meses. Ya decidieron que esa firma se hará en Bogotá.
Este 23 de junio no hubo explosión social de alegría a lo largo y ancho del país. En 1986, el anuncio de la firma de paz con Belisario, dio lugar a una verdadera fiesta por la paz. Multitudes, por todo el país, se volcaron a las calles y plazas… Hubo abrazos, cantos y bailes públicos. Ondearon las banderas nacionales y blancas, en casas y edificios. Las campanas de los templos repicaron. Las palomitas de papel significaban y expresaban una enorme esperanza.
Este 23 de junio, reinó el silencio nacional. En Bogotá, en dos sitios, en el centro de la ciudad, muy poca gente. ¿Quiénes? Familiares de víctimas y con sobrada razón. Y los nostálgicos de la revolución fallida…
Sigue reinando no sólo el escepticismo sino “la rabia” por tantos males que ha dejado la guerra. La población, sí, tiene “rabia” contra un Gobierno muy poco democrático, elitista y corrupto, que ha sobresalido por repartir “mermelada” (dineros), a diestra y siniestra, para hacerse re-elegir y para lograr la aprobación de sus propuestas, de parte de parlamentarios y políticos, igualmente corruptos.
Mientras en La Habana se preparaba la firma de acuerdos, en el territorio nacional se desarrollaban La Minga o Paro campesino, agrario, popular, indígena y afro, porque el gobierno ha incumplido lo pactado hace dos años. Entró y está todavía en paro el sector de los camioneros. Y se declaró también en paro el gremio de los docentes estatales. Unos y otros porque el gobierno firma compromisos, pero no los cumple. Existe ya un cinismo crónico gubernamental, que consiste en firmar pero no cumplir los compromisos y promesas. Mil cosas bellas sobre el papel, pero muy poco en la realidad concreta de cada día.
Y existe, sí, “rabia” contra la FARC por los incumplimientos anteriores; porque quieren presentarse como “limpias”, negando sus errores e inclusive sus delitos y crímenes; por su incapacidad de pedir perdón oportunamente; por su retórica “revolucionaria” trasnochada; porque niegan que han promovido el cultivo y el tráfico de coca y que se han beneficiado del narcotráfico; porque se presentan como pobres cuando se han enriquecido con millones y millones de pesos y de dólares; porque la población sabe que han despojado a campesinos y han acumulado propiedades en el campo y en las ciudades, así como en el extranjero, incluyendo diferentes tipos de empresas y negocios…
¿Qué ha dejado esta guerra de 52 años?
Muchos-muchos-muchos males para las y los colombianos y la destrucción de diferentes infraestructuras del país. Según la Revista Semana, en su edición No. 1782, del 26 de junio: 250.000 muertos, 50.000 desaparecidos y siete millones de víctimas, en su mayoría civiles.
En la cifra de víctimas están las y los desplazados, que son millones; las personas secuestradas y el negocio del secuestro; los policías y soldados prisioneros que fueron encerrados en jaulas de alambre, y además, encadenados y al aire libre en medio de la selva, mal alimentados y sedientos; los miles de personas lisiadas por las minas antipersonas; las viudas y huérfanos; las personas que quedaron con problemas físicos y psicológicos de por vida; las niñas y niños guerrilleros, llevados contra su voluntad; los cientos de guerrilleras y guerrilleros ajusticiados por orden de los mandos guerrilleros, cuyos nombres nunca se sabrán; los abortos obligatorios;…
Y no se puede olvidar la destrucción de la infraestructura familiar, comunitaria y nacional. Los cilindros-bombas que destruyeron miles de casas de familia y edificios públicos; el terrorismo urbano; los puentes y carreteras dinamitas; los oleoductos dañados que regaron petróleo en campos y ríos, causando mortandad de animales y peces; el robo de ganados; las fincas incendiadas; la quema de carros, buses, camiones y tracto mulas; “las pescas milagrosas”; el cobro de diferentes tipos de “impuestos” a campesinos y habitantes de los barrios populares, etc., etc., etc.
¿Qué se pactó en La Habana el 23 de Junio?
La firma del pacto contó con la presencia del Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, de un delegado de la Unión Europea, del delegado del Presidente Obama, Bernard Aronson, el Primer Ministro de Noruega, el Presidente de Cuba, Raúl Castro, la Presidenta de Chile, Michele Bachelet y los presidente de Venezuela, República Dominicana, México y El Salvador.
Además, obvio, el Presidente Santos, los negociadores del Gobierno y un amplio número de funcionarios, parlamentarios y políticos. La delegación de las FARC la encabezaba su gran jefe, “Timochenko”, Timoleón Jiménez.
El Presidente Juan Manuel Santos, el Presidente Raúl Castro y el Jefe de las FARC, “Timochenko”, Timoleón Jiménez, después de haber firmado los protocolos, el jueves 23 de junio de 2016, en La Habana, Cuba. No se ha firmado el Acuerdo Final, sino un paso más en el proceso, que incluye el cese de las actividades bélicas, de parte y parte.
Los puntos concretos
- El cese bilateral y definitivo del fuego y las mutuas hostilidades
- La entrega de todas las armas de las FARC, a la ONU
- 23 zonas, dentro de 23 veredas, en diferentes municipios y departamentos, a lo largo y ancho del país, a donde llegarán los guerrilleros, para su última preparación antes de entrar a la vida civil
- 8 campamentos, en diferentes regiones, donde se recogerán las armas
- Los excombatientes estarán solamente seis meses en las zonas veredales y en los campamentos. No podrán realizar actividades políticas. En las zonas veredales vestirán de civil y no podrán portar armas
- Con las armas, construcción de tres monumentos. Uno para la sede de la ONU, otro para Cuba y otro para Colombia.
- 60 miembros de las FARC, con responsabilidad nacional, y diez en cada zona, podrán circular, para cumplir con las cuestiones pactadas.
- El acuerdo de las partes, Gobierno y FARC, sobre la forma de refrendación de los acuerdos, es decir, sobre la convocatoria de un plebiscito.
Estos puntos entran a regir tan pronto se firme el documento final, que se supone será en un par de meses.
ENLACES EN SIC:
DESECHAR LA LÓGICA MILITAR:
http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/SIC2008703_99.pdf
CONFLICTO ARMADO Y CONFIGURACIÓN DEL ESTADO:
http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/SIC2004667_315-318.pdf
POLÍTICA PARA TIEMPOS DE GUERRA:
http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/SIC2001640_356-359.pdf