Jesus Mazzei
Para ubicarnos en el concepto de globalización, parto de la definición que nos ofreció también en forma lucida hace unos años el politólogo Luciano Tomassini que goza de una sólida perspectiva, y estimo, es una de las que tiene mayor consenso en la comunidad académica el cual lo refirió como: “… un proceso de difusión de ideas, valores, formas de producción y de comercio, procesos y productos, diseños organizativos y formas de conducta, a través de las fronteras nacionales. Un proceso, por lo tanto, que está conduciendo a una creciente articulación e interdependencia de todas las sociedades…”. Añadiría aún más por las interconexiones e interrelaciones que produce la globalización. Ambos conceptos se conectan por cada proceso de globalización casi va aparejada de una revolución tecnológica e industrial.
En este sentido, la perspectiva que debe buscarse para entender a la globalización debe tener un carácter multidimensional (político, económico, social, ambiental, social, científico). Debido a que a nuestro entender es un proceso y una tendencia irreversible, con repercusiones en diferentes campos de la vida humana. En el seno de la evolución del capitalismo, se dan cambios institucionales de carácter sistémico, es decir, de modos de crecimientos sucesivos y distintos dentro del capitalismo, como diría muy acertadamente la importante académica venezolana Carlota Pérez, en su densa y prospectiva obra intelectual y ello ha influido en los distintos procesos de globalización que se han dado en la historia de la humanidad.
Por ello, la globalización es un tema epocal y central de las relaciones internacionales, de la economía mundial y otras esferas del conocimiento del ser humano.
Ante ello, el paso a una sociedad globalizada, como la del presente, tiene una diferencia sustancial con anteriores procesos globalizadores, el cual ha evolucionado dentro del sistema capitalista industrial y es el componente diría fundamental que caracteriza este sistema globalizado, es el conocimiento intensivo. También esta su complejidad por la pluralidad de relaciones que se dan entre sus componentes, por la pluralidad cuantitativa de sus diversos componentes, esto es sus diversas dimensiones y las relaciones que se dan entre lo interno y externo de las relaciones entre los estados, actores individuales, corporaciones etc.
En tal sentido, el valor de los productos simbólicos, la producción localizada en diferentes áreas, con una integración horizontal de las diferentes organizaciones multinacionales y complejos estatales y no estatales y empresariales, plantean un sistema internacional con diferencias sustanciales y se entrelaza con proceso anteriores que son similares, pero diferentes son ellos: la internalización y la transnacionalización.
En ese sentido, el impacto más inmediato de la globalización en el sentido común, es que estamos en un nuevo proceso histórico central y cambio de época caracterizado por profundas transformaciones estructurales, en los presupuestos, criterios, y certezas básicas, en los paradigmas a partir de las cuales organizamos nuestra existencia individual y colectiva para actuar en el mundo, visualizando la construcción de nuestra subjetividad individual y colectiva en un proceso de interacción e interrelación compleja con los sistemas sociales y naturales que conforman el planeta, es un proceso multidimensional.
Por tal razón, la consideramos efectivamente un proceso multidimensional caracterizado a mi entender por seis vertientes principales interrelacionadas: La militar, económica con sus dos subdivisiones: la financiera y la comercial, la comunicacional/cultural, la científica,/tecnológica, la ecológica/ambiental y por última la política no por ser la última la menos importante, pero determinante de las relaciones internacionales actuales y el rol de los estados en la estructura internacional y de los diversos actores políticos que la componen internamente y su relación dialéctica con su pares en otros lados de esa estructura nacional y subnacional (la sociedad civil y la política).
Este proceso solo ha sido posible dentro del capitalismo. Carlota Pérez brillante académica venezolano que investiga y reside en Inglaterra desde hace unos cuantos años, inspira o modela intelectualmente las ideas que vierto en estas líneas. Por un lado, la idea de la destrucción creativa es, shumpeteriana, que solo aquellas empresas u organizaciones que se adapten o innoven a nuevas circunstancias histórico-económicas podrán no solo sobrevivir, sino ser más eficientes en su futuro desempeño. Este es un hecho consustancial al capitalismo de forma irrefutable, como se ha podido ver históricamente. Por otra parte, la idea del modo de crecimiento que es un aporte intelectual de Carlota Pérez, en la idea que, en el capitalismo, se tienen diferentes modos de crecimientos sucesivos y distintos en la historia de este modo de producción. Tiene un sentido más restringido y se refiere a los cambios institucionales de carácter sistémico al seno del capitalismo.
Por lado, cada revolución tecnológica trae no sólo la reorganización de la estructura productiva, una transformación profunda de las instituciones gubernamentales, la sociedad, la cultura. El paradigma tecno-productivo se readapta a las nuevas condiciones de esa revolución tecnológica e industrial. Por lo tanto, cada revolución combina bienes, productos, servicios verdaderamente nuevos con los preexistentes. Las redes de infraestructura existentes pueden extender su alcance y con ello marcar diferencias cualitativas muy importantes. Se puede decir que hay una relación dialéctica en ella.
Se puede afirmar que habido cinco grandes revoluciones tecnológicas e industriales. La primera, tiene que ver con la maquina hiladora de algodón desde 1771, aparece la mecanización de bajo coste en textiles y otras industrias, se empieza a trabajar con maquinarias y hierro forjado, hay infraestructuras en canales, vías fluviales que se redefinen. Se empieza a utilizar la energía hidráulica, el país núcleo es Inglaterra.
La segunda revolución surge más menos, luego de 1829, es la era del vapor y los ferrocarriles. Hay maquinas de vapor y maquinas de hierro, movida con carbón. Construcción de ferrocarriles, producción de locomotoras y vagones, se utiliza la energía del vapor para diversas industrias, incluyendo la textil. Empiezan las infraestructuras de servicio postal estandarizado de plena cobertura, telégrafo, gas urbano entre otros. El país eje sigue siendo Inglaterra, pero difundiéndose hacia Europa y los EUA.
La tercera revolución industrial y tecnológica, se inicia aproximadamente en 1875, es la era del acero y la electricidad y la ingeniería pesada. Se desarrolla efectivamente la ingeniería civil y química. Se inicia la industria de equipos eléctricos, se empieza a utilizar el cobre y cables. Alimentos enlatados y embotellados. La navegación mundial se efectúa en veloces barcos de acero, redes trasnacionales de ferrocarriles, grandes puentes y túneles, telégrafo mundial, se inicia el uso del teléfono a nivel local. Redes eléctricas para uso domestico e industrial. Los países ejes son los EUA, rivalizando y iniciando su irrupción en la economía mundial de Alemania, pasando al Reino Unido.
La cuarta revolución se inicia en 1908 es la era del petróleo y el automóvil y la producción en masa. Se inicia el uso de los productos sintéticos, motor de combustión interna para carros transporte de carga, aviones, tanques, se empiezan a usar los electrodomésticos. Redes de caminos y aeropuertos, redes de oleoductos. Electricidad de plena cobertura. Telecomunicación analógica mundial alámbrica e inalámbrica. Los EUA son el país eje, Alemania rivaliza fuertemente y se difumina al resto de Europa.
La quinta revolución mundial, se inicia en 1971, para los entendidos cuando el microprocesador es inventado, la revolución de la información, microelectrónica barata, desarrollo por computadoras entre otras. Comunicación digital mundial, internet, redes eléctricas de fuentes múltiples y de uso flexible, transporte de alta velocidad por agua, tierra y mar. EUA, es el país eje difundiéndose a Europa y Asia.
Finalmente, para algunos, la sexta revolución tecnológica, surgirá en las próximas décadas del acelerado desarrollo y perfeccionamiento de la biotecnología, la bioelectrónica y la nanotecnología y su fuerte incidencia en la revolución del conocimiento intensivo en el sector los servicios como eje de un nuevo modo de crecimiento en el capitalismo y la capacidad de que se profundice la “destrucción creativa” en este sector clave y emergente, de la moderna economía mundial, con repercusiones en las esferas políticas, económicas, culturas, sociales de la humanidad.
Para algunos estudiosos del fenómeno de la globalización, éste surge a mediados del siglo XV, se han dado varias globalizaciones por lo cual no es nuevo, en la era contemporánea, ya que ha cambiado la distribución del poder, las reglas de su funcionamiento, el carácter de frecuencia, complejidad y dimensión de las interacciones, y por último, la capacidad relativa de orientar los procesos, ejemplo de ello, el rol de los diversos actores transnacionales que muchas veces poseen mayor capacidad que algunos Estados, en orientar en su beneficio las acciones estratégicas emprendidas. Algunos autores hablan del paso de una sociedad globalizada segmentada a una sociedad global integradora y más equitativa.
Cabe destacar igualmente, el surgimiento de nuevos temas en la arena internacional, como: cambio climático, comercio de servicios y propiedad intelectual, entre otros, que influyen en el proceso de globalización. Por ello, hoy en día nos encontramos en un intervalo de reacomodo del capitalismo, que dará un nuevo proceso de globalización. Finalmente, el intelectual Gilles Lipovetsky, filosofo postmoderno, afirmó, hace algunos años, que no hay alternativa al capitalismo, ambos procesos de han dado dentro de este modo de producción.
Hoy en día, hay una sociedad informática que se está desarrollando aceleradamente. El país eje seguirá siendo los EUA, con la participación de Asía (China, Japón y los llamados tigres asiáticos de los años 80) y Europa. Todo esto, enmarcado dentro de una nueva ola de globalización en una nueva fase, desde los años 80, que ha tenido influencia desde el punto de vista económico en sus subdimensiones comercial, industrial y financiera. Se ha abierto pues, el debate.