Luis Manuel Esculpi
Vino junto a su hermano mayor Simón a comenzar los estudios de bachillerato a Caracas, proveniente de su pueblo natal Tucupido, Freddy siempre recordó sus orígenes, hablaba con orgullo de su infancia, las vivencias familiares y personajes de ese pueblo llanero.
Los hermanos Muñoz, desde pequeños, mostraron inclinación por la lectura e inquietudes por su formación, luego cultivadas, por uno en el campo de la medicina y el otro en la teoría política, la economía y las más variadas manifestaciones del pensamiento. En Tucupido frecuentaban la biblioteca de Manuel Tomás Aquino González que era no solo la más amplia del pueblo, sino una de las más importantes del estado Guárico. Aquino cruzaba correspondencia con Uslar Pietri, Rómulo Gallegos, Andrés Eloy Blanco, Rómulo Betancourt y Gustavo Machado, como consta en los originales que hasta hace algunos años conservaban su familia.
Una anécdota contada por quienes lo conocieron en ese tiempo relata que los adultos se reunían para escuchar las narraciones de Freddy, sorprendidos por la facilidad de palabra, aún siendo un niño ya se barruntaban sus cualidades expositoras.
Llegó a la capital avanzada la cuarta década del siglo pasado -en el año 47- a la edad de catorce años fue inscrito en el liceo Andrés Bello, junto a su hermano quien sería, ya como profesional, prestigioso cardiólogo y Rector de la Universidad Central de Venezuela. El Director era Dionisio López Orihuela el gran educador y fundador de URD. De sus tiempos de liceista Freddy siempre destacó junto a sus inicios en la vida política, la cordial relación que estableció con el compilador de la obra de su coterráneo Cruz Salmerón Acosta.
En esa época se incorpora a las tertulias que acompañaban las noches de estudio en el Parque Carabobo, tradición que se proyectó hasta los años 60, donde distintas generaciones pasaron a enrolarse en las filas de la Juventud Comunista, organización de gran prestigio por el rol que ocupó, junto a la juventud de AD, en la lucha contra la dictadura de Pérez Jiménez. Quizás desde allí comenzó a manifestar un rasgo que le distinguió permanentemente, su compañerismo y valoración de la amistad cultivada con la mayor amplitud. Freddy tenía amigos en distintas esferas y en diversos campos su condición militante y sus concepciones nunca constituyeron limitantes a esa facultad natural.
Allí conoce a varios de sus entrañables amigos de por vida; Teodoro Petkoff, Germán Lairet, Alfredo Maneiro quienes serían con los años identificados como la izquierda del PCV. También Américo Martín y Rómulo Henríquez de la Juventud de AD al inicio de los sesenta figurarán entre los fundadores del MIR.
Recuerda uno de sus grandes amigos, Héctor Rodríguez Bauza, que primero se alista en la Juventud Comunista el hermano mayor. Héctor, quien estudiaba en el Fermín Toro, relata que la primera reunión, la convocó en el Andrés Bello, fue conjunta de la JC y la JAD, allí asistió Simón, luego a la segunda ya se incorporó Freddy. Eso fue entre los años 1949-1950.
Rómulo Henríquez conoció a Freddy en el 50 y comenta: “ya él sabía en que andaba yo y yo en que andaba él”. En ese decenio, al igual que en el siguiente, la incorporación a la militancia política comenzaba en la adolescencia, en la intensa e inquieta vida liceísta. En noviembre es asesinado Carlos Delgado Chalbaud, Presidente de la Junta de Gobierno, se inicia una escalada represiva, se ilegaliza el PCV. En ese lapso, por su calidad dirigente y su activismo, Freddy es integrante del Comité Regional de la JC hasta aproximadamente el año 53 cuando se residencia en Argentina.
En el país sureño disfruta de su afición lectora y organiza la JCV, junto a otros venezolanos, entre ellos varios estudiantes de medicina como el Dr. Amadeo Avellaneda, con quien conservó amistad y compartió militancia durante muchos años. Desde allí se mantuvo en permanente contacto con la Dirección clandestina en Venezuela. Otro de sus amigos muy cercanos, Rafael Guerra Ramos, escribió: “le hacía llegar con alguna frecuencia al Secretario General del PCV Santos Yorme, cartas con su apreciación sobre la compleja realidad política de ese país, demostrando con brillo la apasionada vocación política que lo acompañó hasta el final de su lucidez”.
A la caída de la dictadura regresa al país y se integra con su pasión característica a la lucha social y política, se incorpora a la Comisión Ejecutiva Nacional de la Juventud y a la UCV.
Es electo Presidente de la FCU en 1963 y recuerdo perfectamente el impacto que causó entre nosotros el que la revista LIFE le dedicara la portada de su edición en español. Allí brilló por sus cualidades oratorias y su poder de convicción. En ese periodo es cuando conozco a Freddy, para entonces yo estaba compartiendo la militancia en el Liceo Pedro Emilio Coll e iniciándome en la dirección de los liceos diurnos. Nuestra relación se limitaba al saludo y a breves intercambios de palabras. Siendo Presidente de ese organismo, Secretario General de la JCV y miembro del Buró Político del partido cae preso y permanece durante cuatro años en el Cuartel San Carlos.
Desde la vetusta construcción colonial suscribe, junto a Pompeyo y Teodoro, un importante documento crítico conteniendo un severo análisis de la lucha armada, proponiendo el llamado “repliegue” y la adopción de nuevas formas de lucha. Fue ampliamente discutido por la militancia del partido y la juventud, resultó fundamental para la política que se asumiría posteriormente.
En el año 68 sale al exilio y conoce de cerca los sucesos de Mayo en Francia, de allí recorre varios de los países de Europa del este, presencia directamente la “Primavera de Praga”, establece contactos con diversos intelectuales residentes en el viejo continente y con dirigentes comunistas críticos de la ortodoxia marxista y de la invasión a Checoslovaquia. Su pronunciamiento público de esa intervención lo obligó a salir de la URSS, permaneciendo en Italia un tiempo.
A finales de ese año regresa al país, el PCV no está legalizado formalmente, participó en las elecciones de ese año a través de una organización que se formó a tal efecto: el UPA. Iniciándose el nuevo año Freddy comienza a efectuar reuniones con la estructura partidista y juvenil planteando sus reflexiones sobre los cambios de época que se estaban produciendo, revivía sus experiencias del mayo francés, la primavera de Praga, la crítica a la conducta soviética y la necesidad de renovar el pensamiento de la izquierda planteando nuevos temas como el diálogo entre marxistas y cristianos.
A partir de una reunión con el Comité Regional Estudiantil, donde yo era Secretario General, en una vieja casona en El Conde, donde coincidimos casi totalmente en las posturas heterodoxas y críticas incluso hacia el propio PCV. Comenzamos a tener conversaciones frecuentemente y, a partir de ese momento, cultivamos una amistad que permaneció en el tiempo.
Integrándose al Buró político se va a dirigir al PCV en el Zulia, Germán a Bolívar y Teodoro a Miranda para fortalecer las posiciones de los sectores renovadores. Ya los tres tenían la convicción del agotamiento de ese partido y de la necesidad de conformar un nuevo movimiento. Se debatió intensamente a lo largo de toda el país y en enero del 71 se funda el MAS pasando Freddy, Teodoro y Pompeyo a integrar el eje del liderazgo histórico del nuevo partido.
Fue durante varios períodos Secretario General del MAS, destacado parlamentario, diputado y vicepresidente del Senado. Escribió una parte importante de los documentos estelares del MAS y otros libros: Petróleo, Nacionalización y Socialismo. Transformar Democráticamente nuestra democracia. El Mundo Católico en la Encrucijada. Venezuela la Economía por Construir. Su última obra la escribió conjuntamente con Américo Martín: Socialismo del Siglo XXI ¿huida en el laberinto? Polemizando con Heinz Dieterich.
Otro compañero y amigo de muchos años, Simón García, describió algunas de sus facetas en este párrafo: “sentía pasión por aprender y entender. Puede decirse, sin rehuir el lugar común, que fue un intelectual orgánico. Lector de novelas, conocedor del béisbol mayor, dispuesto al humor, le gustaba entonar canciones, recitar versos, cercano a casi todo lo humano. Excepto manejar y bailar.”
Freddy siempre trató de hacer de su vida un espejo de su pensamiento. Un intelectual dispuesto a la acción y sus riesgos. Era capaz de conversar horas sobre temas de densidad teórica, así como de aspectos del día a día. Podía pasar de conversar sobre la obra de Marx o la Santo Tomás de Aquino, a cualquier tema de la cotidianidad. Siempre intentó que sus sueños tuvieran asidero en la realidad. Su vida personal estuvo rodeada de la honestidad, sobriedad y austeridad que todos le conocimos. Sentido homenaje a quien me honró con su amistad.