Corría el año 2013, y el mundo miraba con asombro cuando un cardenal argentino, desconocido para muchos, se asomaba al balcón de la Basílica de San Pedro. “Buonasera”, dijo con una sencillez que desarmó a todos. Jorge Mario Bergoglio, quien eligió el nombre Francisco en honor a San Francisco de Asís, ya daba pistas de lo que sería su papado: un liderazgo cercano, humano y profundamente comprometido con los problemas del mundo real. Desde entonces, este Papa ha dejado claro que no es un pontífice cualquiera. En sus doce años al frente de la Iglesia Católica, Francisco ha escrito encíclicas y exhortaciones que no solo hablan a los fieles, sino que interpelan a toda la humanidad. Aquí hacemos un repaso por sus textos más emblemáticos.
Evangelii Gaudium (2013): La alegría como motor del cambio
Francisco arrancó su papado con una invitación audaz: recuperar la alegría del Evangelio. En “Evangelii Gaudium”, el Papa nos recuerda que la fe no es una carga pesada ni una lista de prohibiciones; es una fuente de esperanza y gozo. Pero no se queda ahí, el texto va directo al grano: la Iglesia debe salir de su zona de confort y convertirse en una “Iglesia en salida”. Es decir, una comunidad que no espera a que la gente toque sus puertas, sino que va al encuentro de los más necesitados.
Este documento marcó un antes y un después en la forma de entender la misión de la Iglesia. Francisco no se limitó a hablar de espiritualidad; también criticó sin tapujos las estructuras económicas que perpetúan la pobreza y la exclusión. Evangelizar, según él, no es solo predicar; es también luchar por un mundo más justo.
Laudato Si (2015): Un grito por la casa común
Si algo ha quedado claro en este papado es que Francisco no teme abordar los temas incómodos. Con “Laudato Si”, el Papa entró de lleno en el debate ambiental. Inspirado en el cántico de San Francisco de Asís, este documento es un llamado desesperado para cuidar nuestro planeta. “La Tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería”, escribe Francisco con una franqueza que sacudió conciencias.
Pero lo más interesante es cómo conecta la crisis ecológica con la crisis social. Para Francisco, el daño al medio ambiente y la pobreza son dos caras de la misma moneda. No se trata solo de salvar árboles o especies en peligro de extinción; se trata de salvarnos a nosotros mismos como humanidad. “Laudato Si'” no es solo una encíclica; es un manifiesto urgente para cambiar nuestra relación con la naturaleza y entre nosotros.
Amoris Laetitia (2016): El amor en tiempos modernos
En “Amoris Laetitia”, Francisco pone el foco en la familia, ese núcleo tan fundamental como frágil en la sociedad actual. Este documento es un canto al amor conyugal y familiar, pero también una reflexión honesta sobre los desafíos que enfrentan las familias hoy en día: divorcios, uniones no sacramentales, desigualdad económica y falta de apoyo social.
Lo que hace especial a esta exhortación es su tono inclusivo. Francisco no se limita a hablarle a quienes cumplen con todos los “requisitos” de la Iglesia; también se dirige a quienes están alejados o viven situaciones irregulares. Su mensaje es claro: más que juzgar, la Iglesia debe acompañar con misericordia y comprensión.
Fratelli Tutti (2020): Construyendo puentes en un mundo dividido
Cuando la pandemia de COVID-19 puso al mundo de rodillas, Francisco respondió con una encíclica que parecía hecha a medida para esos tiempos oscuros. “Fratelli Tutti” es un llamado a la fraternidad universal y la amistad social. En un mundo cada vez más polarizado, donde las diferencias culturales, religiosas y políticas parecen insalvables, el Papa nos invita a construir puentes en lugar de levantar muros.
El texto aborda temas como la justicia social, la economía al servicio del ser humano y la necesidad urgente de diálogo interreligioso. Pero quizás lo más impactante es su crítica al individualismo extremo que domina nuestras sociedades. Para Francisco, solo juntos podremos enfrentar los desafíos globales.
Querida Amazonia (2020): Un canto a la selva y sus pueblos
Como comentamos, en Laudato Si, Francisco manifiesta su preocupación ecológica, pero la Amazonía ocupa un lugar especial en el corazón de Francisco. En “Querida Amazonia”, el Papa recoge las conclusiones del Sínodo Amazónico y las transforma en cuatro sueños: social, cultural, ecológico y eclesial. Este documento no es solo una defensa del medio ambiente; es también una denuncia contra las injusticias que sufren los pueblos indígenas.
Francisco critica el modelo económico depredador que explota los recursos naturales sin considerar las consecuencias para las comunidades locales. Pero también desafía a la Iglesia a ser más creativa y audaz en su misión pastoral en esta región tan única como vulnerable.
Laudato Deum (2023): Alabanza y acción frente a la crisis climática
Si “Laudato Si'” fue el grito de alarma, “Laudato Deum” es el himno de alabanza. En esta carta apostólica, Francisco celebra la belleza de la creación y nos invita a reconocerla como un regalo divino. Pero no se queda en palabras bonitas; también insiste en la urgencia de actuar frente a la crisis climática.
El Papa llama a todos—individuos, comunidades y gobiernos—a asumir su responsabilidad en el cuidado del planeta. Y lo hace desde una perspectiva espiritual: cuidar la creación no es solo una obligación moral; es también una forma de rendir gracias al Creador.
Dilexit Nos (2021): El amor como motor del cambio
Fue publicada el 24 de octubre de 2024, en coincidencia con el 350º aniversario de la primera aparición del Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María Alacoque. Este documento se centra en la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, resaltando su relevancia en el mundo contemporáneo.
A lo largo de sus cinco capítulos, el Papa Francisco aborda la importancia del “corazón” como símbolo del amor humano y divino.
En “Dilexit nos”, el Papa Francisco critica fenómenos modernos como el individualismo, las disparidades socioeconómicas y el uso de tecnologías que amenazan nuestra humanidad. Hace un llamado a redescubrir el “corazón” como camino hacia la unidad, la paz y la reconciliación en la era actual.
La encíclica también destaca la necesidad de que la Iglesia se acerque más a las personas y sus realidades cotidianas, promoviendo una renovación interna que evite estructuras obsoletas y fanatismos.
A lo largo de estos doce años, Francisco ha demostrado ser un Papa profundamente humano, preocupado por las heridas del mundo y comprometido con sanarlas. Sus encíclicas y exhortaciones no son documentos para acumular polvo en las estanterías; son llamados urgentes a reflexionar y actuar.
Francisco nos invita a soñar con un mundo donde reine la justicia, la solidaridad y el amor. Pero también nos recuerda que esos sueños no se construyen solos; requieren esfuerzo, compromiso y, sobre todo, esperanza. Porque si algo nos ha enseñado este Papa argentino es que incluso en medio de las crisis más profundas, siempre hay lugar para soñar… y para actuar…