Jesús María Aguirre
Tanto el cardenal Miguel Obando y Bravo como el presidente Daniel Ortega, con quienes topé en alguna oportunidad, han sido para mí dos personajes enigmáticos.
En una visita a Nicaragua en 1984 conocí personalmente al presidente Daniel Ortega, y en el encuentro con un pequeño grupo manifestó confidencialmente que no era creyente; después aclaró que en la lucha contra la dictadura somocista hizo buenas relaciones con grupos de cristianos pro-revolucionarios entre ellos el jesuita Fernando Cardenal, quien por esa fecha fue nombrado, Ministro de Educación, a pesar de la contravención jesuítica y eclesiástica de Mons. Obando y Bravo. Pocos días antes, el Papa Juan Pablo II había regañado bajo la mirada complaciente del Arzobispo Obando, al P. Ernesto Cardenal, el poeta nombrado Ministro de Cultura por Daniel Ortega. Por eso, me sorprendió ver a Daniel, unos años después, comulgando de mano del Cardenal Obando y Bravo, y casándose en el año 2005 por la Iglesia con Rosario Morillo, actual Vicepresidente.
A su vez, mi primer contacto con el Cardenal Obando y Bravo fue en un encuentro en la Conferencia Episcopal Venezolana, organizado por el DECOS-CELAM, para asuntos comunicacionales. Me tocó el puesto entre el Arzobispo Obando, que aún no era cardenal y el obispo de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez –hoy cardenal –quien fuera cercano asesor de Mons. Oscar Romero, asesinado en el San Salvador. No hablamos de política, pues la posición antisandinista para ese momento de Mons. Obando y la afinidad de Gregorio Rosa con Mons. Oscar Romero, aconsejaban hablar más bien sobre el clima de Caracas, o sobre el aborto, tema en el que confluimos, entre los intermedios de la conferencia.
Más tarde, Mons. Obando y Bravo, evolucionó hacia un entendimiento con el gobierno de Daniel Ortega, y tras ser nombrado cardenal por Juan Pablo II en 1985, fue visto en fotos cordiales con la pareja presidencial y bendijo el matrimonio. Mientras se daba este proceso de acercamiento entre el cardenal y el presidente, los hermanos Fernando y Ernesto Cardenal, ambos sacerdotes y exministros de Daniel Ortega, se alejaban del sandinismo, rompiendo con el partido, y denunciando las profundas corruptelas del gobierno sandinista y del régimen actual nicaragüense.
Que su muerte contribuya a la paz nicaragüense y al retorno de la democracia.
Notas:
https://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/466231-muere-cardenal-miguel-obando-bravo/