Pacífico Sánchez
Con la ola de saqueos que se ha venido produciendo en todo el país, la regularización que de los mismos ha hecho el Ejecutivo nacional y la imposibilidad de que sea aceptada la ayuda humanitaria ofrecida por varios gobiernos del continente y de Europa, estamos entrando en un escenario caótico.
Al formular tal criterio el padre Alfredo Infante, licenciado en filosofía y director de la revista Sic, quien ha trabajado fuera y dentro de nuestro país en poblaciones muy pobres, dijo conmovido que las imágenes que ha podido ver le recuerdan vivamente la misma situación que él vivió cuando, desde 1995 a 1999, estuvo como misionero en Angola, durante la larga Guerra Civil.
Si ya estábamos viendo una situación de anomia por la falta de políticas para atender las necesidades de la gente, ahora esa situación se está profundizando a cada instante que pasa en toda Venezuela.
Desconocimiento de la realidad
¿Por qué cree que no ha habido una respuesta a la crisis?
-Todavía quienes están al frente del Gobierno no han entendido que somos seres con necesidades y en la situación en que se encuentra el país no existen condiciones para satisfacer la vida regular de la población. Indudablemente, no sienten el clamor popular.
Tratan de no darse por enterados de una realidad distinta a la que ellos viven. Insisten en desconocer los problemas que afectan a la gente.
La inmensa mayoría de los habitantes no podemos vivir la cotidianidad con dignidad, expuso.
No tenemos suficientes unidades de transporte colectivo y los usuarios tienen que perder un valioso tiempo esperando para abordar un vehículo, el cual se moviliza congestionado de pasajeros, muchos de los cuales exponen su vida al ir colgando de las puertas y agarrados de las ventanillas, sofocados todos.
Es casi prohibitivo el acceso a la alimentación, ya que la hiperinflación impide que los padres y madres de familia puedan proveer de una dieta balanceada a sus hijos, aparte de que el Gobierno mantiene un suministro deficiente e irregular a quienes considera sus seguidores.
Miles de personas, de todas las edades, salen por las tardes y las noches a rebuscar en los pipotes y bolsas de basura, para tratar de conseguir algún desperdicio de comida. Y los servicios, desde hace mucho tiempo, no satisfacen las necesidades, motivo por el cual se producen a diario decenas de protestas por falta de gas, particularmente.
Cada día vemos cómo se hacen sacrificios para mantener las condiciones mínimas para sobrevivir.
Ante esa situación de dificultades, ansiedades y preocupaciones de las personas más pobres, se desatan los demonios, dice el padre Infante. Son impulsos humanos que buscan satisfacer las necesidades.
Visiones parecidas a un pueblo en guerra
“Las imágenes que he tenido que ver sobre los saqueos que se han producido en todas partes de Venezuela, me han avivado los recuerdos de los momentos más dolorosos que presencié cuando estuve de misionero en Angola, en los precisos momentos en que se desarrollaba una cruel crisis humanitaria a consecuencia de la guerra fratricida.
Lo que más me impresionaba era cómo hombres, mujeres y adolescentes asaltaban los camiones que transportaban alimentos”.
El padre Infante, quien misionó en aquel país desde 1995 a 1999, recuerda que esa guerra encarnizada entre dos movimientos armados, que se prolongó por espacio de tres décadas hasta el 2002 cuando hubo el cese de las hostilidades, dejó como saldo miles de muertos, cien mutilados y cuatro millones de desplazados.
Aquí no tenemos guerra, aunque el Gobierno habla de una mítica guerra económica; pero el manejo del Gobierno a esta situación ha sido perverso.
¿En qué sentido?
-Ante la demanda de la gente de comida, de satisfacer sus necesidades mínimas, no ha hecho otra cosa que regularizar el saqueo.
Dakazo de la comida
¿Cómo puede entenderse esa regularización?
-Ha propuesto un “dakazo” –en referencia a la medida tomada por el Gobierno en 2013 de obligar a Daka y otros establecimientos a vender los electrodomésticos a los precios que le estableció, situación que se repitió en otros negocios posteriormente y últimamente en 26 cadenas de supermercados en todo el país. Esa decisión tomada por la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) va a traer más hambre. Porque en vez del Gobierno de revisar sus políticas económicas y cambiar el modelo que ha venido implantando, bajo el mito de que estamos en una guerra económica acusando a los comerciantes de ser los causantes de la misma, no resuelve la crisis.
Ahora vendrá lo peor
La situación que estamos viviendo no es fruto de una guerra económica, sino provocada por las malas políticas del Estado. Se ha regularizado el saqueo por parte del Ejecutivo nacional porque cuando queden vacíos los anaqueles, no habrá capacidad para reponerlos y en caso de que se pueda, los productos van a tener precios más elevados porque el desequilibrio que se ha instalado por falta de dólares para importar, prácticamente, se convertirá en una subasta.
El padre Infante considera que la intención del Gobierno es que todos pasemos a depender del Estado y sobrevivamos hasta donde podemos llegar.
Pan para hoy y más hambre
No estoy justificando ni avalando los saqueos, aclaró. Pero, indudablemente, estos son causados por la necesidad que tiene la gente de comer y no puede porque no tiene los medios económicos para adquirir los alimentos.
Puede ser que esas acciones violentas produzcan el pan para hoy, pero será mayor el hambre mañana. No es la vía. Se quiebra el respeto y se pierde la convivencia social. Es por eso que la Iglesia ha llamado la atención para que haya una solución al problema.
Al paso que vamos, los comerciantes irán a la ruina, persistirá la escasez y el alto precio de los comestibles, el hambre será mayor y la crisis se agudizará.
El Gobierno tiene que dar respuestas y la ciudadanía debe organizarse para buscar alternativas pacíficas ante esta situación. Cualquier solución no puede ser la de pañitos calientes.
La advertencia de la Iglesia
La Conferencia Episcopal Venezolana ha sido la institución de la Iglesia que agrupa a la dirigencia eclesiástica y ha venido haciendo monitoreo de la situación país con información veraz y objetiva porque está presente en todos los rincones del país y ha advertido de las consecuencias que se han venido presentando por no atender el clamor de la gente, dice el padre Infante. “Quienes sentimos lo que está pasando pedimos que se atienda a este pueblo, porque el hambre le está agravando sus males todos los días”.
Fuente: http://www.elimpulso.com/home/alfredo-infante-estoy-viendo-aqui-saqueos-angola