Mg. Pablo Alexander Muñoz García
El reconocido pedagogo latinoamericano Paulo Freire (1921-1997) señalaba que la calidad de un sistema educativo consistía en las cualidades del mismo. Desde esa perspectiva, el Movimiento de Educación Popular y Promoción Social Fe y Alegría, construyó un modelo para la certificación de la calidad centrado en fases, condiciones, principios y contenidos que apuestan por cualificar el trabajo que vienen haciendo las Instituciones Educativas de preescolar, básica y media, logrando el reconocimiento del Ministerio de Educación Nacional (MEN) entre los seis únicos modelos y sistemas de gestión de la calidad válidos para el País. El MEN dice al respecto: “Este modelo otorga certificación a los establecimientos que adelantan exitosamente el proceso, pero incluye adicionalmente pruebas de calidad académica a los estudiantes”.
Por su parte, la Institución Educativa Monseñor Jaime Prieto Amaya (Colegio ubicado en el barrio Torcoroma III, entregado en concesión por la Secretaría de Educación Municipal de Cúcuta a la Unión Temporal Compañía de Jesús – Colegio San Ignacio – Fe y Alegría) optó por asumir el Sistema de Mejora de la Calidad de Fe y Alegría, iniciando tales labores desde fines del año 2012 cuando apenas finalizaba el primer año lectivo de su historia, con la fase de diagnóstico de la situación institucional para entonces.
En 2013 se inicia reflexionando sobre los resultados de la evaluación del año anterior, aprovechando para planear la mejora y empezar a implementar tales propuestas a lo largo de ese año y el siguiente. Para el segundo semestre de 2014 se solicita la intervención de evaluadores de Fe y Alegría, quienes en el mes de agosto viajan desde las ciudades de Cali y Bogotá para revisar las el cumplimiento de las condiciones de la fase de iniciación. Revisan todos los soportes documentales y otras evidencias, se entrevistan con padres de familia, estudiantes, profesores y personas de la comunidad aledaña escogidos aleatoriamente por ellos durante la visita, así como con el Equipo Directivo del Colegio; recorren las instalaciones y visitan algunas prácticas pedagógicas, tomado atenta nota de los hallazgos.
Luego que los evaluadores construyen su informe, lo remiten al Equipo Nacional de Calidad de Fe y Alegría, quienes revisando el mismo y cotejando las evidencias compiladas, otorgan la Certificación en el Sistema de Mejora de la Calidad de Fe y Alegría, por un periodo de dos (2) años en el Nivel de Iniciación, señalando además que el Colegio obtuvo un total de 600 puntos de los 600 puntos posibles, es decir, que la Institución se certifica con el máximo puntaje posible.
Esta noticia es formalmente comunicada hacia principios del mes de diciembre de 2014 y se constituye en un reconocimiento a toda la Comunidad Educativa Pastoral por los buenos resultados verificables en su breve existencia (este es apenas su cuarto año de vida).
Así que 2015 inició con tan buena noticia, con la exaltación del trabajo realizado por cada miembro de la Comunidad para obtener tal logro, que por sus características exige la participación como condición para su autenticidad.
El compromiso entonces es continuar en tónica de estar mejorando continuamente lo que se ha logrado, es decir, cualificando la oferta educativa pastoral que se entrega en cada práctica pedagógica institucional a los estudiantes y habitantes de la ciudadela La Libertad, a través de
– Una Gestión Directiva centrada en las personas como base de un buen trabajo pedagógico para la promoción escolar especialmente de quienes más dificultades tienen.
– Un Proceso de Enseñanza-Aprendizaje que a través de tres estrategias de aula concreta una educación transformadora del estudiante y su entorno, a la medida de sus posibilidades, capacidades y sueños.
– Un Proceso de Convivencia y Construcción de Ciudadanía, que fomenta las relaciones interpersonales y la capacitación para la acción pública-política desde los principios de justicia y equidad.
– Un Proceso de Pastoral gestado desde el asociacionismo infantil y juvenil, que le posibilita a los estudiantes propios y ajenos al colegio, la experiencia de vida en comunidades y la formación de la dimensión trascendente del ser humano, durante las actividades académicas, pero también en el transcurso del tiempo libre.
– Un Proceso de Interacción Escuela-Comunidad, desde el que se está creando un Centro de Desarrollo Comunitario abierto luego de la jornada escolar a toda la Ciudadela, para el fomento del deporte, la capacitación laboral y el fomento del liderazgo sociopolítico. Que sea esta certificación, una prueba fehaciente de que vale la pena apostarle a la educación de las clases populares y de que otra ciudadanía, desde otra escuela ¡es posible! En la Frontera Boletín Quincenal ¿Es posible la educación de calidad para las clases populares?
Fuente: Boletín quincenal de la Región Apostólica Interprovincial en la frontera Colombo-Venezolana