Por Jesús María Aguirre, s.j.
Al enterarme del retiro del compositor Ennio Morricone a sus 90 años, me he preguntado sobre las relaciones entre cine y música y los mejores filmes que armonizan ambas artes. He escogido cuatro creadores: dos italianos, Nino Rota, Ennio Morricone; y dos estadounidenses, Bernard Herrmann y Leonard Bernstein. Uno de los mejores musicalizadores de la historia del cine, es sin duda Ennio Morricone. He rememorado canturreando las melodías de la película “El bueno, el malo y el feo”, un western spaghetti; la cantata de “La misión” sobre las reducciones jesuíticas del Paraguay, y el leit motif de “Paradiso”, dirigida por Tornatore, sobre los recuerdos del cine en su infancia.
De Nino Rota cabe recordar que fue el musicalizador preferido de Fellini, como puede comprobarse en la “Strada”, “La dolce vita”, “Ocho y Medio”, sin olvidar “El padrino” de F.F. Coppola o su “Divertimento concertante”.
Del germano americano Herrmann me quedaría con “Ciudadano Kane”, “Psicosis” y “Taxi Driver”, mientras que de Bernstein destacaría “La ley del silencio”, “Un día en Nueva York” y “West Side Story”. La primera expresamente creada como banda sonora y las otras como musicales.
Más allá del cine Ennio Morricone compuso en 2015 la: “Missa Papæ Francisci. Anno Ducentesimo. A Societate Restituta“, misa en honor al Papa Francisco por el cumplimiento de los 200 años de la restauración de la orden jesuita, estrenada en el Gesú de Roma.
Le deseamos un feliz retiro a un músico que deleitó nuestros oidos y sigue elevando nuestras vidas a través de sus grabaciones.