Jesús María Aguirre
Trump y el Papa no se conocían, pero si recordamos las declaraciones de febrero el año pasado hubo un intercambio de comentarios mordaces. Trump acusó al Pontífice de dejar que lo usaran como peón del gobierno mexicano en el tema de la migración. Francisco respondió cuestionando la fe cristiana del entonces candidato republicano, indicando que su plan de construir un muro en la frontera con México no tiene bases religiosas. “Una persona que solo piensa en construir muros, donde quiera que sea y no en construir puentes, no es cristiano”, comentó el Papa a periodistas durante su vuelo a México.
Posteriormente en mayo, Francisco adoptó una posición más conciliadora diciendo que la próxima visita de Trump ofrecía la oportunidad para escucharse mutuamente. “Nunca he juzgado a una persona sin conocerla”, dijo. “Yo diré lo que pienso y él dirá lo que piensa”, agregó. Por otra parte hay que tener en cuenta que en el triunfo electoral de Trump hubo una contribución notable del voto católico, ya que cada seis de diez católicos blancos votaron por él.
Quienes no acaban de entender de diplomacia y menos aún de la vaticana auguruban un choque, seguido de algunas declaraciones polémicas para los medios. Especulaban con preguntas como las siguientes: ¿El Papa denunciará ante Trump la construcción del muro con México? ¿No le enrostrará las taras del imperialismo, especialmente el armamentismo? Hasta algún venezolano ingenuamente se preguntaba: ¿Le sacará alguna declaración contra la dictadura en Venezuela?
La agencia ZENIT con fecha del 24 de mayo describe escuetamente el encuentro del Papa con Trump. El presidente de Estados Unidos de Norte América, Donald Trump, llegó a las 8:45 al Vaticano, ingresando por el portón del Perugino, al costado de la Residencia Santa Marta.
Una vez llegado al Patio de San Damián, el presidente bajó del auto con su esposa Melania. El patio flameaba la bandera de Estados Unidos y la esposa vestía de negro con el velo que le cubría la cabeza, así como su hija Ivanka.
El piquete de honor de la Guardia Suiza rindió homenaje al huésped, y el prefecto de la Casa Pontificia, Mons. Georg Ganswein saludó al presidente y le acompañó junto a un cortejo hasta la Biblioteca privada del Palacio Apostólico, donde se realizó la audiencia con el papa Francisco.
El Santo Padre le recibió con una sonrisa, y a continuación fue la foto de rito. El presidente muy sonriente el Pontífice menos. La audiencia a puertas cerradas inició a las 8:30, con la ayuda de un intérprete. A continuación fue en coloquio del presidente Trump con el cardenal secretario de estado, Pietro Parolin, y con Mons. Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados.
https://es.zenit.org/articles/el-papa-recibio-a-trump-en-el-vaticano/
No trascendieron los temas tratados, pero a juzgar por los textos regalados por el Papa a Trump, entre ellos Laudato Sí, se presume que hablaron del cambio climático y de las responsabilidades de Estados Unidos como potencia para el logro de la paz mundial.
Consta que tras las últimas fotos, un largo apretón de manos, se desearon mutuamente “buena suerte”, para concluir el histórico encuentro. Trump se convertía, así, en el 13 presidente de Estados Unidos que se reúne con un Pontífice en el Vaticano en 98 años, desde que Woodrow Wilson visitó al papa Benedicto XV en enero de 1919. Cuatro papas, en ese lapso de tiempo, visitaron los Estados Unidos: Pablo VI en octubre de 1965; Juan Pablo II, seis veces a lo largo de su pontificado (1978-2005); Benedicto XVI en 2008 y Francisco, en septiembre de 2015.
Algunos siguen elucubrando sobre las diferentes sonrisas del Papa según el invitado de turno y no faltan los fotomontajes en los que lo sacan más sonriente con los líderes de izquierda que con los de derecha. Adjunto un enlace procedente del Vaticano a un video producido por el TV de la Santa Sede.
https://www.youtube.com/watch?v=UZEf5s7jN3s#t=40.997313