Recuerdan al Estado su responsabilidad de garantizar derechos fundamentales como la vida y la salud. Insisten en la necesidad de realizar la demarcación de territorios para la protección de comunidades indígenas amenazadas por minería ilegal y narcotráfico
Carlos Zapata
Las comunidades: Jödi, Yanomami y Piaroa cumplen con las características de los grupos “Indígenas en aislamiento relativo” y de “poco contacto”, así establecidas por las Directrices de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el año 2012. Se trata de poblaciones altamente vulnerables y en riesgo de extinción que habitan en la Amazonía venezolana.
La advertencia se desprende de las ponencias presentadas durante un foro organizado por el Grupo de Trabajo Socioambiental de la Amazonía “Wataniba” y la Organización Regional de Pueblos Indígenas en Amazonas “ORPIA”, el cual congregó a defensores indígenas, comunicadores y ambientalistas este martes 21 de noviembre en instalaciones del CELARG.
De acuerdo con Luis Jesús Bello y Guillermo Arana, sus organizaciones “quieren evidenciar que hay grupos en condición de aislamiento, semi-aislamiento y poco contacto en Amazonas y Bolívar”, donde más de trescientas comunidades sobreviven en condiciones que hacen de estos, unos grupos étnicos “muy vulnerables”.
Tales poblaciones se encuentran en áreas de difícil acceso geográfico: principalmente en altas cuencas, adonde están expuestos a dificultades sanitarias y enfermedades hasta hace poco erradicadas que nuevamente están causando estragos en estas zonas, muchas de ellas en lo más profundo de la selva venezolana.
Durante el evento, al que acudió Reporte Católico Laico, recordaron que el censo del año 2011 registró un número de 9.289 integrantes de la comunidad yanomami, una cifra particularmente baja en comparación con los 15.269 del conteo anterior. La “desaparición” de esas 5989 personas, un 39% de la población, seis años después sigue generando controversia.
Aunque en aquella oportunidad la cifra “se atribuyó a fallas técnicas debido al difícil acceso a las zonas aisladas”, reiteradamente surge la inquietud acerca de si el aparente desplome que muestra la estadística es en realidad una respuesta a las amenazas de minería ilegal, garimpeiros, narcotráfico y otros actores” que sufren actualmente los yanomamis.
En este aspecto se pronunció Gregorio Mirabal, representante de ORPIA, quien dijo que en la Amazonía venezolana “se da aún un comercio inter-étnico que se suma a un elevado nivel de vulnerabilidad por razones sanitarias”.
Recordó que es responsabilidad del Estado la garantía de los derechos humanos de los indígenas y destacó la importancia de delimitar territorios de protección, porque “solamente nuestros ancestros milenarios comprenden que el agua es vida y que la madre Tierra debe ser protegida, algo que la ‘población mayoritaria’ no termina de entender”.
En su opinión, “no se trata de dividir el estado dentro del estado, sino de lograr una articulación global y aliarnos, porque la salud no tiene límites”. Llamó por ello a construir una agenda de integración “en la que el Estado participe de manera activa y no sea solamente un actor que distribuye consultas a sus empleados cada vez que algún organismo internacional le solicita rendición de cuentas o cifras”.
Dijo que es “vital” proteger la Amazonía venezolana “porque queremos un futuro mejor, no sólo para las comunidades indígenas sino para todo el planeta”.
Denunció igualmente la serie de amenazas a las que considera están expuestas las comunidades indígenas, cuyos integrantes sufren por la presencia de grupos irregulares en sus tierras. En este sentido, indicó que es “corresponsabilidad del Estado brindar soluciones con base en la legislación nacional y en los protocolos internacionales a los que la nación está adherida”.
Sostuvo además que la Amazonía es un pulmón de la humanidad y que únicamente se salvará con los conocimientos ancestrales de las comunidades indígenas que históricamente han vivido en ellas, porque son quienes “saben administrar los recursos y la vida”.
Insistió en que: “¡Si no hay demarcación (territorial), no hay protección!”, y dijo que “el agua como espíritu es parte de la vida”, algo que no entiende la “población mayoritaria” que se empeña en ensuciarla y acabar con las cuencas necesarias para la generación presente y la futura.
Fuente: http://reportecatolicolaico.com/2017/11/en-venezuela-hay-tres-grupos-indigenas-en-aislamiento-y-son-muy-vulnerables/