Jesús María Aguirre SJ
El domingo, 26 de julio, leímos en los titulares de CIUDAD CCS, “Homenaje a un revolucionario. No se puede ser de izquierda si no se ama” y a continuación un sumario atribuido a Jorge Rodríguez, hijo: “Jorge Rodríguez pidió asumir como legado de su padre que nunca más en este país se permita la violencia de la derecha” (p. 10).
Después de los últimos acontecimientos en la cota 905 y en el Cementerio me atrevería agregar y tampoco de la izquierda. Pensando en la defensa de los derechos humanos no podemos condicionar nuestras reacciones a unos tic condicionados por los que respondemos con justificaciones mecánicas para excusar las represiones que provienen de regímenes autodenominados de izquierda o revolucionarios. ¿Será que el principio de que “la violencia es la partera de la historia” sirve para justificar cualquier desmán?
Para que no duden de nuestras intenciones desestabilizadores y de otros tantos que defienden los derechos humanos ayer y hoy, les pido que lean estas línea de la revista SIC, publicadas con motivo del asesinato de Jorge Rodríguez, padre. No lo defendimos porque fuera de la izquierda, sino porque se merecía nuestro respeto y defensa como persona humana.
Nuestras condolencias a sus familiares y que su memoria no emborrone nuestras luchas por la defensa de los derechos humanos.